Papu Gómez: la encrucijada de un campeón del mundo, que a los 35 años puede tomar una drástica determinación
“Lo di todo por el fútbol”. Alejandro Papu Gómez, a los 35 años, piensa en retirarse. Así lo anunció en una entrevista a un medio de Bérgamo, en donde vivió sus mejores años, al mando de Atalanta. Mientras pasa unos días de vacaciones en Sevilla, su última estación en el fútbol, confesó inesperadamente: “Estoy disfrutando de mi estadía en Sevilla, pero estoy esperando la oportunidad adecuada. Si no llega, podría considerar retirarme. Lo di todo por el fútbol y no quiero acabar amargado”, expresó el volante, el único campeón del mundo que nunca más fue citado al seleccionado. Y esa situación sigue siendo un misterio no revelado públicamente por nadie.
La Serie A, la MLS, el fútbol de Arabia Saudita, un viejo sueño de Juan Román Riquelme para que se ponga la camiseta de Boca incluso en el actual mercado de pases. Y hasta la liga mexicana. Todas esas son las opciones de Papu, que no se decide y sorprende con una decisión que evidentemente está madurando desde hace un tiempo. “Aunque la Argentina siempre estará en mi corazón, Europa es donde quiero vivir. Pero una cosa es segura: quiero volver a Bérgamo para sentir el cariño de los hinchas”, comentó, en un tramo de la entrevista en el portal Eco di Bérgamo, en la que también recordó la travesía de Qatar.
“Mirar hacia atrás y darme cuenta de que gané un Mundial sigue siendo surrealista. Me hace darme cuenta de que todo el arduo trabajo y la dedicación en mi carrera han dado sus frutos de una manera que nunca imaginé”, relató, sin nombrar a ningún compañero.
Mientras su ciclo en el equipo de Lionel Scaloni está concluido, tras firmar su desvinculación de Sevilla sigue en la búsqueda de un destino para su carrera, a los 35 años. Su representante, Giuseppe Risso, estimó que la situación se resolverá en breve: “Habrá que esperar unos días más. Puede surgir algo de Italia, pero también estamos atentos a los sondeos de otras ligas. Seguimos negociando su inminente vuelta a las canchas”.
De la postal festiva del seleccionado argentino, un éxito deportivo y social desde el título mundial obtenido en Qatar, se cayó definitivamente del mapa de la selección. Es el único de los 26 integrantes del plantel que salió despedido de un grupo que comparte objetivos futbolísticos y lealtades humanas, que contagia espíritu colectivo y es señalado como un modelo, una excepción dentro de una sociedad disgregada entre discordias y proyectos fallidos. En cualquier esquina se podría escuchar que el seleccionado es una de las pocas cosas que funcionan bien y despiertan orgullo en este país.
El tiempo y su actualidad futbolística hicieron su parte en su alejamiento definitivo del seleccionado. Disputó 15 partidos en el ciclo de Scaloni, marcó dos goles -ambos en la Copa América 2021- y también fue campeón en aquella Copa América de Brasil y la Finalissima. Es contemporáneo de los vigentes Lionel Messi, Ángel Di María y Nicolás Otamendi, pero claramente su aporte no se puede equiparar con el de los tres referentes. Está en un nivel inferior. Después del Mundial, Gómez solo disputó 416 minutos en siete partidos oficiales en Sevilla, condicionado por una lesión en un tobillo que lo mantuvo inactivo entre febrero y abril. Cuando reapareció, pasó más tiempo en el banco de suplentes que en el campo.
El plantel tramitó internamente el expediente “Papu” sin polémicas ni conventillos. El motivo nunca fue explicitado públicamente, el seleccionado llenaba el escenario con triunfos, compromiso y mensajes positivos. Ahora, Gómez piensa en colgar los botines. El seleccionado es recuerdo y el fútbol, por ahora, se escribe con puntos suspensivos.