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El papa reconoce las "virtudes heroicas" del español Torres Padilla

Roma, 21 may (EFE).- El papa Francisco ha reconocido las "virtudes heroicas", primer paso hacia la santidad, del sacerdote español José Torres Padilla, cofundador de la Congregación de las Hermanas de la Compañía de la Cruz, nacido en 1811 en San Sebastián de La Gomera y fallecido en 1878 en Sevilla, informó hoy la Santa Sede en una nota.

Francisco aprobó el decreto que reconoce esas virtudes durante una audiencia celebrada este sábado con el cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

Torres Padilla se crió en el seno de una familia muy religiosa, estudió en las Universidades de La Laguna y Valencia, y en 1834 llegó a Sevilla para ofrecer su primera misa dos años después.

Fue catedrático del Seminario de Sevilla, consultor del Concilio Vaticano I y canónigo de la Catedral. Desde 1883 sus restos descansan en la cripta de la Casa Madre de las Hermanas de la Cruz, frente a la sepultura donde estuvieron enterradas Santa Ángela y Santa María de la Purísima hasta que fueron beatificadas.

De forma paralela, el papa también ha aprobado el milagro atribuido a la intercesión de la Venerable Sierva de Dios María de la Concepción Barrecheguren y García, fiel laica; nacida en Granada el 27 de noviembre de 1905 y fallecida también allí el 13 de mayo de 1927.

Durante su corta vida siempre tuvo una salud precaria y ya desde muy pequeña sufrió una enterocolitis aguda.

Para no exponerla a los peligros de la vida cotidiana, sus padres decidieron no dejarla asistir a ninguna escuela de la ciudad, y ellos se convirtieron en sus educadores. Mostró su deseo de hacerse carmelita, pero la enfermedad le impidió realizar esta elección y en 1917 se le diagnosticó una inflamación intestinal que le causó fuertes dolores y la obligó a seguir una dieta estricta.

En 1924, se vio afectada por una grave enfermedad mental, heredada de su madre, que, tras una serie de tratamientos en casa, llevó a los médicos a prescribir su ingreso en una residencia sanitaria.

En la Iglesia Católica, para ser canonizado es necesario superar varias etapas: la primera de ellas es el reconocimiento por parte del pontífice de sus virtudes heroicas, con el que el difunto pasa a ser considerado "Venerable Siervo de Dios".

Después, el venerable puede ser beatificado, cuando se certifique que se ha producido un milagro debido a su intercesión, y canonizado (declarado santo), cuando se haya producido un segundo milagro, que tiene que ocurrir después de ser proclamado beato.

(c) Agencia EFE