El papa Francisco pidió perdón por la suspensión de su viaje a África debido a su problema de rodilla

El papa Francisco se para con ayuda de su colaborador, monseñor Leonardo Sapienza
El papa Francisco se para con ayuda de su colaborador, monseñor Leonardo Sapienza

ROMA.-El papa Francisco pidió hoy públicamente disculpas por haber tenido que suspender su viaje a África previsto para principios de julio, debido a su problema en la rodilla. “Con gran pesar, debido a los problemas de la pierna, he tenido que postergar mi visita a República Democrática del Congo y a Sudán del Sur. Siento realmente una gran pena por haber tenido que posponer este viaje, que tanto deseaba. Les pido perdón por esto”, dijo Francisco al final de la tradicional oración mariana del Ángelus, dirigiéndose a las poblaciones y autoridades de estos dos países del centro del continente africano.

La visita estaba programada para los primeros días de julio –entre el 2 y el 7- y, aunque muchos se esperaban en verdad una suspensión de último momento visto los evidentes problemas de movimiento del Papa debido a problemas en los ligamentos de su rodilla derecha, finalmente fue aplazada el viernes último. Entonces el vocero papal, Matteo Bruni, anunció que, respondiendo a un pedido de los médicos y para “no comprometer los resultados de la terapia en la rodilla aún en curso”, el Papa había decidido aplazar este esperado viaje a dos países aún envueltos en situación de conflicto del centro de África. Aunque el Vaticano no dijo nada más sobre la situación médica, La Nación pudo saber que Francisco –que tiene 85 años y desde el 5 de mayo viene utilizando una silla de ruedas para desplazarse-, dos veces a la semana tiene infiltraciones en la rodilla derecha y se somete casi a diario a sesiones de fisioterapia que están dando paulatinos buenos resultados.

“Recemos juntos para que, con la ayuda de Dios y de los tratamientos médicos, yo pueda estar entre ustedes lo antes posible. ¡Estamos confiados!”, agregó, hablando como siempre desde la ventana de su despacho del tercer piso del Palacio Apostólico, mostrándose en buena forma. Entonces las 20.000 personas congregadas en la Plaza de San Pedro, bajo un sol implacable, para escucharlo en el tradicional encuentro del mediodía dominical, estallaron en un aplauso.

El 9 de mayo pasado el Vaticano ya había anunciado que el Papa había tenido que suspender una visita al Líbano programada para mediados de junio debido a los problemas de su rodilla derecha. Así como para el viaje a África, ese anuncio puso hincapié en que la visita estaba suspendida, no cancelada. El Papa tiene previsto otro viaje a Canadá para finales de julio que, se deduce, también dependerá de cómo evoluciona su rodilla.

Francisco les confesó a obispos italianos que no quiere operarse de la rodilla porque cuando se vio obligado a someterse a una anestesia general para la operación de colon del 4 de julio pasado, tuvo consecuencias muy molestas, según trascendió de un encuentro que tuvo con ellos el 23 de mayo pasado, a puertas cerradas pero del que se filtraron contenidos.

Desde hace semanas, el Papa, que también fue visto con un bastón tipo trípode, con tres patas, se vio obligado a rediseñar su participación en importantes ceremonias litúrgicas en el Vaticano, que incluyeron la Vigilia de Pascuas y la solemnidad de Pentecostés, el domingo pasado. Asistió a las dos celebraciones, sentado, porque no podía presidir las misas, aunque pronunció las dos homilías. Al parecer, este mismo formato es el que iba a utilizar en las tres grandes misas multitudinarias programadas para su visita a África, dos en la República Democrática del Congo, el país con el mayor número de católicos de ese continente y una en Sudán del Sur, el país más joven del mundo.

En este marco, como hace una semana el Papa convocó a un nuevo consistorio de cardenales para finales de agosto y poco después, se anunció una visita para esas mismas fechas a la ciudad de L’Aquila, en el centro de Italia, donde se encuentra la tumba de Celestino V, pontífice que, en 1294, renunció a su cargo, arrecian especulaciones en cuanto a un gesto similar. Más de una vez Francisco elogió el coraje de su predecesor, Benedicto, que renunció al trono de Pedro el 11 de febrero de 2013 y hoy, con 95 años y muchos achaques, vive encerrado en un monasterio del Vaticano. Francisco también varias veces dijo que no tendría problemas en seguir su ejemplo de verse impedido a gobernar y en una entrevista con la radio española Cope, en septiembre pasado, luego de rumores y especulaciones de renuncia a raíz de su operación de colon, aseguró que “nunca se le había pasado por la cabeza” dimitir. Aunque ahora tiene problemas de movilidad, su cabeza sigue más lúcida que nunca y es claro que la silla de ruedas no imposibilita su capacidad de gobierno.

En otro orden, siempre después de la oración mariana del Angelus el Papa, que volvió a mostrarse muy preocupado por Ucrania, lanzó un llamado para que el mundo no se acostumbre a esta “trágica realidad”.

“Sigue viva en mi corazón la preocupación por la población ucraniana, afligida por la guerra. Que el tiempo que pasa no enfríe nuestro dolor y nuestra preocupación por esa gente castigada”, pidió. Y fue más allá. “Por favor, no nos acostumbremos a esta trágica realidad. Tengámosla siempre en el corazón. Recemos y luchemos por la paz”, exhortó.