El Papa Francisco celebra multitudinaria misa en Cuba, se reúne con Fidel Castro

Por Anahi Rama y Nelson Acosta LA HABANA (Reuters) - El Papa Francisco celebró el domingo una multitudinaria misa en el lugar considerado el corazón del gobierno comunista de Cuba y se reunió con Fidel Castro, pero en su homilía pidió dejar de lado las ideologías y tener cuidado con la seducción del poder. Ante decenas de miles de cubanos en la Plaza de la Revolución de La Habana, Francisco, de 78 años, llamó a los fieles a ayudar al prójimo en un mensaje espiritual que no estuvo exento de referencias políticas. "Lejos de todo tipo de elitismo, el horizonte de Jesús no es para unos pocos privilegiados capaces de llegar al 'conocimiento deseado' o a distintos niveles de espiritualidad. El horizonte de Jesús, siempre es una oferta para la vida cotidiana también aquí en 'nuestra isla", dijo el primer Papa latinoamericano. Mientras se celebraba la misa, que millones de cubanos siguieron por la televisión, la policía impidió un aparente intento de un grupo de disidentes de dar un mensaje político. A muchos opositores al Gobierno no se les permitió asistir a la ceremonia, según grupos de disidentes. "El servicio siempre mira el rostro del hermano, toca su carne, siente su 'projimidad' y hasta en algunos casos la 'padece' y busca su promoción. Por eso nunca el servicio es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a las personas", sostuvo en la homilía, bajo un intenso calor. Muchos cubanos agitaban emocionados carteles que decían: "Francisco tú nos traes esperanza", "Bendícenos Francisco". La multitud ondeaba banderas de Cuba y las blancas y amarillas del Vaticano. Después de haber jugado un papel clave en la histórica recomposición de relaciones con Estados Unidos, los cubanos esperan que el Papa pueda empujar una mayor apertura económica, política y de respeto a los derechos humanos en un país donde por décadas ha gobernado el Partido Comunista. "El Papa nos dará la fe y la confianza para continuar por el buen camino en las relaciones con Estados Unidos", dijo Enrique Mesa, un trabajador de turismo de 32 años, delante de dos enormes relieves de los revolucionarios Ernesto "Che" Guevara y Camilo Cienfuegos. Francisco agradeció durante la misa al mandatario cubano Raúl Castro, que lo escuchó en primera fila junto a la presidenta argentina Cristina Fernández, por trabajar en la reconciliación con Estados Unidos y facilitar el diálogo de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC. Poco después de terminar la ceremonia, se reunió con el líder de la revolución, Fidel Castro, con quien intercambió libros y conversó sobre problemas mundiales y ambientales. "Tuvo un encuentro muy familiar, muy informal, de más o menos media hora o 40 minutos" con Fidel Castro en la residencia del ex presidente, que la mayoría de los cubanos no sabe exactamente dónde se encuentra. Luego de su gira por Cuba, a donde llegó el sábado para también visitar ciudades del oriente de la isla, Francisco partirá a Estados Unidos para entrevistarse con el presidente Barack Obama y participar de la asamblea de Naciones Unidas. ALGUNOS ESPERANZADOS, OTROS ESCÉPTICOS Francisco, que se ha hecho popular por dejar de lado el lujo que ha rodeado a sus predecesores y por posturas más audaces respecto a temas como la homosexualidad y el divorcio, instó el sábado a Cuba y a Estados Unidos a avanzar en su acercamiento, que aseguró es un ejemplo para el mundo. Pero también señaló la necesidad de que "la Iglesia siga acompañando y alentando al pueblo cubano en sus esperanzas y en sus preocupaciones", que para muchos tienen que ver con apertura en un país donde el Estado mantiene un férreo control sobre la economía y donde muchos se quejan de la falta de oportunidades. "Tenemos la esperanza de más cambios, porque se abrieron las embajadas, pero no se habla del bloqueo y de la base de Guantánamo. Francisco ahora tiene que ir con ese mensaje a Estados Unidos", dijo Leysmir Acosta, un ingeniero de 32 años cuando ya se había acabado la misa. Cuba aplaudirá cualquier condena papal del embargo económico estadounidense a la isla, que persiste a pesar del cambio en la política de Obama porque sólo el Congreso de Estados Unidos -dominado por la oposición- puede levantarlo. Pero el Gobierno de Castro podría recibir con susceptibilidad cualquier crítica a su sistema político unipartidista o alguna referencia a la represión de disidentes. Antes de la llegada del Papa, fueron detenidos entre 30 y 40 disidentes en todo el país para impedir que participaran en los eventos programados para la visita del Papa, y otros tantos fueron advertidos, denunció Elizardo Sánchez, presidente de Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional. "El Santo Padre no va a cambiar nada en Cuba", dijo Berta Soler, líder del grupo disidente cubano Damas de Blanco, que a menudo tienen escaramuzas con la policía. Aunque Francisco no criticó abiertamente al gobierno, había dicho el sábado que le gustaría que su saludo abrazase a aquellos que por diversos motivos no iba a poder ver, y a los cubanos de todo el mundo. Con esas palabras aludió a los exiliados cubanos en el mundo, como los estridentes anticomunistas que se concentraron en el sur de Florida en los primeros años tras la revolución. Algunos interpretaron que Francisco también aludía a los opositores políticos del Gobierno de Cuba que están en prisión. Cuba niega que tenga presos políticos, pero un grupo disidente de derechos humanos dice que hasta 60 están presos en cárceles del país. Durante su misa el domingo, el Papa también aprovechó para exhortar al gobierno colombiano y a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que desde hace casi tres años negocian un acuerdo en La Habana para acabar con el conflicto interno que ha dejado unos 220.000 muertos, a llegar una reconciliación definitiva. "Por favor, no tenemos derecho a permitirnos otro fracaso más en este camino de paz y reconciliación", dijo el Papa.