El papa Francisco celebra la libertad religiosa de Mongolia, un país con apenas 1500 católicos
El Papa Francisco inició su visita a Mongolia, la primera de un pontífice a este país, con palabras de aliento a los poquísimos católicos, apenas 1500, que hay en una tierra fundamentalmente budista.
Francisco quiso celebrar igualmente la libertad religiosa existente en Mongolia. De manera un tanto velada, el papa hizo también referencia a China.
"Los Gobiernos y las instituciones seculares no tienen nada que temer de la obra evangelizadora de la Iglesia", decía Francisco, "porque esta no tiene ninguna agenda política que promover".
La visita de Francisco a Mongolia tiene en verdad mucho de diplomática, en una región en la que la Santa Sede mantiene desde hace tiempo tiranteces, con Rusia al norte y China al sur.
Aunque el cristianismo está presente en la región desde hace cientos de años, la Iglesia católica solo goza de presencia autorizada en Mongolia desde 1992, después de que el país dijera adiós al comunismo e instaurara la libertad religiosa en su Constitución.