El Papa Francisco aboga en Mongolia por la fraternidad entre las religiones

AFP - ALBERTO PIZZOLI

El domingo 3 de septiembre fue el tercer día del Papa Francisco en Mongolia. Por la mañana, el Pontífice participó en un encuentro interreligioso y ecuménico en un teatro no lejos de la capital, Ulán Bator. Allí abogó por la armonía entre las religiones y su contribución a la sociedad. Y aprovechó para enviar un "caluroso saludo al noble pueblo chino".

Con información del enviado especial de RFI a Ulán Bator, Éric Sénanque

"El hecho de que estemos juntos en el mismo lugar ya es un mensaje. Las tradiciones religiosas, en su originalidad y diversidad, representan un tremendo potencial de bien al servicio de la sociedad", dijo el Papa Francisco, tras dar las gracias a cada líder espiritual: representantes budistas, el presidente de la Unión Chamánica de Mongolia, así como un ortodoxo, un hindú, un judío y líderes de distintas ramas del protestantismo.

Francisco también se centró en una palabra: "Armonía". Una palabra "con un sabor típicamente asiático", subrayó. Por el contrario, el Pontífice condenó "la cerrazón, el fundamentalismo y el constricción ideológica", que arruinan la fraternidad, alimentan las tensiones y comprometen la paz. "La Iglesia católica quiere avanzar creyendo firmemente en el diálogo ecuménico, interreligioso y cultural", añadió.

Cada representante religioso pudo hablar brevemente de su historia en el patrimonio espiritual de Mongolia. Entre los discursos clave estuvo el del líder chamán, aunque el chamanismo se considera aquí la religión "verdadera", la de Gengis Kan. "Nuestro objetivo es restaurar la tradición, rendir culto y honrar nuestras raíces nacionales mongolas", dijo, refiriéndose a las persecuciones del pasado y al entorno natural, siempre amenazado.

Desconfianza


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