Pamplona lanza un mensaje de seguridad a las mujeres sobre los Sanfermines

Una manifestación contra la sentencia del caso de La Manada en Pamplona, 22 de junio de 2018. REUTERS/Vincent West

Por Isla Binnie

PAMPLONA (Reuters) - El Ayuntamiento de la ciudad española de Pamplona quiere mandar el mensaje de que los Sanfermines que empiezan esta semana son seguros para las mujeres, después de que el abuso sexual a una joven en las fiestas de 2016 desatase multitudinarias protestas que exigían un mayor castigo para los crímenes sexuales.

Las celebraciones de este año -caracterizadas por su estridencia y el consumo desenfrenado de alcohol- dan comienzo este viernes.

En los últimos días han circulado llamadas al boicot, con la indignación aún viva por el abuso sexual perpetrado el pasado año por cinco hombres que se hacían llamar "La Manada".

En abril de este año, un tribunal condenó a los cinco por abuso sexual, un delito de menor gravedad que la agresión sexual que reclamaba la Fiscalía. Su posterior liberación bajo fianza desató nuevas protestas.

El caso puso en el centro del debate público la desigualdad de género en España, pero también los crímenes sexuales en grandes fiestas, contra los que las autoridades de Pamplona comenzaron a tomar medidas más duras desde 2014.

"Frente a esas campañas que llaman a no venir, haría un llamamiento a las mujeres, porque Pamplona es un espacio en el que la ciudad, su institución y la sociedad han dicho que no van a consentir las agresiones", dijo la concejal de Seguridad y Convivencia de Pamplona, Itziar Gómez.

"Éste es un espacio de seguridad y de respaldo social e institucional, además de policial".

El Ayuntamiento de la ciudad ha lanzado una campaña bajo el nombre de "Pamplona, libre de agresiones sexistas".

Algunas mujeres planean llevar camisetas negras esta semana en lugar de la tradicional vestimenta blanca para mostrar su rechazo a la exculpación judicial de la acusación de agresión sexual.

El caso de La Manada ha coincidido con un resurgir feminista en España. Cánticos como "hermana, yo sí te creo" o "sola o borracha, quiero llegar a casa" han resonado a lo largo de las plazas de todo el país y han tenido un peso similar a la etiqueta "#MeToo", usada para denunciar los casos de acoso sexual en Estados Unidos.

Atendiendo las llamadas para reforzar las políticas de igualdad, el nuevo presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha designado un ejecutivo formado mayoritariamente por mujeres y ha reinstaurado el Ministerio de Igualdad, encabezado por la vicepresidenta del Gobierno.

Acuciado por el caso de La Manada, su Gobierno también se ha comprometido a formar a los jueces en igualdad de género y revisar la definición de los crímenes sexuales en el código penal. El nuevo presidente se encuentra bajo presión para hacer más.

Sofía Castañón, diputada nacional del partido antiausteridad Podemos, cuyo apoyo fue clave para que Sánchez lograra imponerse en una moción de censura a su predecesor en junio, dio la bienvenida a la composición del nuevo Gobierno y al regreso del Ministerio de Igualdad, pero declaró: "No me voy a alegrar por los gestos a estas alturas, creo que los gestos son importantes para que podamos exigir los hechos".

ALEJADOS DE LA REALIDAD SOCIAL

Las medidas drásticas tomadas por el Ayuntamiento de Pamplona, en coordinación con miles de policías, personal especializado y líneas de ayuda en decenas de lenguas para lidiar con los posibles incidentes, se remontan más atrás en el tiempo que el caso de La Manada, pero han tomado ahora una relevancia nacional.

"Nos hemos convertido en una ciudad con un nivel de concienciación que se ha hecho muy grande", declaró Gómez.

Cada vez más mujeres denuncian conductas abusivas como los tocamientos en medio de multitudes y la policía detiene a un mayor número de autores de estos hechos, declaró.

España se encuentra en el número 17 de la lista de Eurostat de países europeos por número de denuncias por violación, con 18,6 casos denunciados por cada 100.000 habitantes en 2015.

Los números crecieron en el año del abuso de La Manada y los datos trimestrales del Ministerio del Interior indican que continuaron un aumento constante a lo largo de 2017, antes de incrementarse otro 14 por ciento a nivel nacional este año.

Colectivos de mujeres creen que el incremento se debe a que cada vez más víctimas están decidiendo dar un paso al frente, lo que indica una mayor concienciación sobre lo que constituye una agresión sexual y una mayor confianza en la respuesta estatal.

La desigualdad de género en la legislación y el sistema judicial españoles se ha convertido en uno de los grandes focos de las activistas por los derechos de las mujeres. El Gobierno de Sánchez ha dado pocos detalles sobre su revisión prevista del código penal, pero la mayor parte de las críticas hacia la sentencia han sido dirigidas a los que aplican la ley.

"En general, salvo excepciones, lógicamente, los jueces en nuestro país están alejados de la realidad social y, además, también han sido educados en un sistema patriarcal y tienen más empatía con los hombres que con las mujeres", declara Altamira Gonzalo Valgañón, vicepresidente de la organización de expertas legales Themis.

Algunos esperan que la fuerte reacción a la sentencia del caso de La Manada y la efusiva empatía despertada por la víctima pueda motivar a más mujeres que hayan sufrido abusos sexuales a dar un paso al frente.

"A mí (la sentencia) me parece de vergüenza porque al final es como que las víctimas se tienen que justificar ante algo que les ha ocurrido a ellas", declara Maitane Hermoso de Mendoza, una trabajadora de un bar de Pamplona de 26 años.

"Después de este caso la gente se está tomando más en serio todas estas cosas. Es triste, pero ha servido para tomar un poco conciencia de todo lo que está pasando".