Pago de salarios. Los empresarios piden financiamiento, acuerdos entre partes y seguro de desempleo

Son días en los que el sector privado no llega siquiera a trabajar a media máquina, obligado a mantener al mínimo sus operaciones por la cuarentena total. La pregunta de cómo pagar los sueldos de abril se transformó hacia fines del primer tramo del aislamiento en la posibilidad de que peligren las fuentes de trabajo. Con la mayoría de los ingresos recortados y gran parte de los gastos que se mantienen, los pedidos de los empresarios consultados por LA NACION son financiamiento barato, alivio fiscal y mayor dirección del Estado y de la dirigencia sindical para sobrellevar un momento excepcional.

Javier Madanes Quintanilla es presidente de Aluar y tiene a su cargo unos 6500 trabajadores. En la cuarentena, la compañía trabaja con dotaciones mínimas en la producción de aluminio en su planta de Puerto Madryn, que opera al 50% de su capacidad.

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"Esto es muy simple: si se prolonga [la cuarentena total] vamos a tener que cubrir un porcentaje de la remuneración que atienda a la subsistencia de quienes estén licenciados en una situación en la que no hay producción ni ingresos", explicó el empresario a LA NACION.

Consideró que hay que evitar "cualquier desvinculación o situación de ruptura del contrato laboral de hecho". Para lograr acuerdos que permitan evitar llegar a la "peor" instancia, Madanes Quintanilla pidió que se involucren todas las partes -privados, Estado y gremios- y "navegar esto de la mejor manera posible". Imaginó una situación en la que cada empresa de manera individual plantea su problemática frente a su cuerpo de trabajadores y afirmó que eso se convertiría en una "torre de Babel".

"Esto hay que manejarlo bajo la directiva desde el Estado Nacional y dentro de un órgano que pueda llegar a una solución que pueda ser cumplida por todas las partes", resumió.

En las últimas horas circulaban versiones sobre la posibilidad de que el Gobierno prohibiera por decreto los despidos y las suspensiones. "Prohibir los despidos no tiene sentido en este contexto, porque con la doble indemnización ¿quién podría afrontarlos?", se preguntó Daniel Funes de Rioja, presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal) y miembro del comité ejecutivo de la Unión Industrial Argentina (UIA).

"Nadie sabe cuánto va a durar la emergencia. Hay que incentivar a que el empresario preserve la mano de obra", añadió. En ese sentido, señaló la posibilidad de que haya "licenciamientos" mediante el pago de asignaciones no remunerativas y ayuda del Estado a través del Programa de Recuperación Productiva (Repro). Aclaró que prefiere hablar en esos términos y no de "suspensiones" porque se trata de una medida que no se tomaría "por voluntad del empleador" sino por "fuerza mayor, la emergencia sanitaria".

"Todo el mundo está cooperando: no es que se esté ganando más o menos, es que aspirábamos a dejar de perder. Ahora hay que resignarse a esta emergencia, y no he visto a un solo empresario decir que hay que priorizar la economía por sobre la salud", apuntó, respecto de los dichos del Presidente a los empresarios respecto de que llegó la hora de "ganar menos". "Lo cierto es que es imposible ganar en este contexto en la economía real", agregó.

Un empresario de la construcción que prefiere mantenerse en el anonimato añadió que un decreto de suspensión de despidos complicaría de manera particular a su sector ya que no permitiría que se active el fondo de desempleo que tienen los operarios, que hace las veces de seguro para los momentos en los que se paralizan las obras y se hace efectivo con la desvinculación. "Es difícil que las empresas puedan seguir pagando por jornal mientras no se está produciendo nada", resaltó.

Ignacio Noel es presidente y principal accionista de Sociedad Comercial del Plata, un holding con 1900 empleados y activos en los sectores de la construcción, agroindustria, entretenimiento, energía, transporte e infraestructura y real estate. A su juicio, la medida más necesaria en este momento es el financiamiento al sector productivo a tasas bajas. "Se anunció, pero a nivel operativo no se está cumpliendo", advirtió.

Para el empresario, quien además compró y revitalizó la marca centenaria de harina Morixe, la Argentina "no puede tratar la insolvencia de las empresas con rapidez", como sí sucede en Estados Unidos. "Una empresa puede estar 20 años en concurso de acreedores; es preferible ser más keynesiano y más expansionista con la financiación antes que meterse en problemas en los que está probado que no hay eficiencia para resolverlos", concluyó.

José Urtubey, directivo de la papelera Celulosa y miembro del comité ejecutivo de la UIA, también abogó por financiamiento para pagar salarios y mantener las fuentes de trabajo -que, en su caso, son 1900-. "Se necesita en forma prioritaria acceder a estos créditos de forma automática para el pago de salarios y para descuentos de cheques", dijo, para así cuidar la cadena de pagos.

José Urtubey

Desde su punto de vista, Martín Cabrales, titular de la empresa alimenticia Cabrales, señaló que su compañía sigue trabajando pero con la mitad de la demanda, porque el canal de cafés y restaurantes que abastecía antes está cerrado. Propuso, por un lado, la ampliación de los créditos a tasas bajas o a tasa cero destinados directamente a la producción para mejorar la oferta.

Por otro lado, se refirió a la situación que se da frente a la desvinculación de un empleado. "La Argentina tiene un déficit, que es un buen seguro de desempleo que proteja tanto al empleado como al empleador cuando la actividad cae, porque de otra manera hay una situación incómoda e imposible de resolver: no se pueden pagar las indemnizaciones porque son altísimas", dijo.

Martín Cabrales

El descontento del sector privado comenzó a mostrarse en los últimos días, cuando Alberto Fernández les planteó a los empresarios que es la hora de "ganar menos" y dijo, en su cuenta de Twitter, que "algunos miserables olvidan a quienes trabajan para ellos y en la crisis los despiden".

La Cámara Argentina de Turismo (CAT) emitió un comunicado esta mañana en el que rechazó "los términos y calificativos del mensaje del Presidente de la Nación", e hizo hincapié en la palabra "miserables".

"En nuestra cámara están nucleadas todas las pymes y empresas familiares de una industria que está afectada como ninguna otra y que esperan de usted medidas económicas que nos permitan sostener los puestos de trabajo. Nos resulta imprescindible que se pronuncie urgentemente sobre estas medidas, las que venimos solicitando desde el 12 de marzo", añade el comunicado, dirigido al Presidente.

La posibilidad de encontrar soluciones a la merma de ingresos que no tengan que ver con la reducción del personal o rebajas salariales no es una preocupación solo de unos pocos empresarios. Así lo demuestran encuestas difundidas en los últimos días. El IAE Busines School sondeó a 120 representantes del sector privado y solamente el 17% planteó hablar con el sindicato como una de las medidas, frente a un 67% que afirmó que hará ajustes sobre costos no laborales.

En una encuesta de LIDE, un grupo de presidentes, CEO y country managers de grandes empresas del país, los empresarios respondieron que las opciones para transitar la crisis serán iniciar una renegociación con proveedores (44,9%); implementar nuevas estrategias comerciales (36,7%) y, en un porcentaje menor, reducir el plantel (28,6%).