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Paciencia, temor y esperanza entre los estudiantes de Erasmus confinados

Castellón (España), 28 mar (EFE).- La pandemia del COVID-19 sorprendió en España a muchos estudiantes extranjeros del programa internacional Erasmus y algunos de ellos, confinados en Castellón (este), optaron por quedarse en este país.

No solo por el altísimo precio de los billetes de avión, en caso de que los haya debido a las fuertes restricciones al transporte, sino también por el temor a llevar el coronavirus a sus familias.

La agencia Efe pudo con varios de estos estudiantes, que llevan este estado de alarma entre la paciencia ante la reclusión forzada, la esperanza de que todo esto finalice y el temor a cómo estarán sus familiares en sus dispares lugares de origen.

MAGDALENA, CHILE

Entre quienes más lejos tienen su tierra está Magdalena, chilena y estudiante de Periodismo en la Univesidad Jaime I (UJI). Intentó volver a su país más de una vez, pero "la gran mayoría de los vuelos ha sido cancelada, y los que hay en activo son muy caros".

Explica que su familia está preocupada por su situación en España, sobre todo porque estos últimos días sufrió ataques de ansiedad al no poder continuar con su intercambio de forma "normal", ni poder salir a la calle, una de las cosas que más echa de menos: "Pasear por Castellón libremente, ir a cafeterías y disfrutar del día fuera de casa", cosas que hará cuando pueda salir de ella, asegura.

DAVID, COLOMBIA

Por su parte, David, un colombiano de Bogotá, estaba realizando un máster cuando la situación se empezó a complicar en España y se planteó volver a su país, pero debido a que los vuelos a Latinoamérica salen en su mayoría desde Madrid y Barcelona, lugares donde la propagación del virus cada vez era mayor, decidió quedarse en España por unos meses más.

"Además, mi madre sufre enfermedades cardiovasculares, y por seguridad de ella y de mi familia he decidido quedarme y no salir de España", defiende David, aunque eso suponga tener que quedarse en un lugar que apenas conoce y con compañeros de piso, ya que él preferiría estar con su familia: "Lo más complicado es estar lejos de tus seres queridos sin saber si los vas a volver a ver".

BRAUNDT NAU, CHINA

Braundt Nau es residente de Hong Kong, estudia un máster internacional y explica a Efe que el brote le pilló cuando estaba en Lisboa (Portugal) con sus padres y, al conocer que se iban a cerrar las fronteras, decidió volver a Castellón y sus padres regresaron a China.

"Ellos querían que me fuera, pero yo quise quedarme en España, al principio por un par de semanas para empaquetar mis cosas y luego volver a Hong Kong, pero los vuelos empezaron a ser bastante caros, por lo que decidí quedarme en mi casa. Aquí me siento segura y no puedo contagiar a mi familia, ahora que ahí va a mejor", argumenta.

CAMILLA, ITALIA

Camilla es de Roma, estudia Lengua y Literatura y, desde el momento en el que empezó a haber casos de COVID-19 en España, decidió quedarse, porque sabía que "no era buena idea volver a Italia, donde la situación era y es mucho peor".

"Fue más por un tema de seguridad. Yo sé que no es fácil vivir sola, pero no es mi caso porque a lo largo de estos meses he conocido a gente muy buena que no ha querido dejarme sola; de hecho, ahora estoy viviendo en la casa de una familia española que me ha acogido", afirma.

Para ella, la situación que atraviesa Italia es muy dura -"toda mi familia está allí", remarca- pero cuando la pandemia pase, tiene claro que se irá a visitar la "bella Roma" y abrazará a su familia.

Lydia Ferrando

(c) Agencia EFE