El público acudió en masa a ver el Clásico en Miami. ¿Qué harán los Marlins para replicar la fórmula con su equipo?
Sandy Alcántara todavía puede escuchar el ruido en las gradas.
Casi 36,000 personas llenaron el loanDepot park para la primera noche del Clásico Mundial de Béisbol el 11 de marzo, cuando el as de los Marlins de Miami fue el abridor por República Dominicana contra Venezuela.
Día y noche, la pachanga no para en el West Plaza.
Mas fiesta: https://t.co/5rOTQv6054 pic.twitter.com/0SndqBGA1f— Miami Marlins (@Marlins) March 14, 2023
Con cada jugada realizada, con cada lanzamiento, los fanáticos hicieron notar su presencia.
“Cuando ves ese tipo de multitud dices ‘Maldita sea. Eso es lo que quiero’’’, expresó Alcántara.
El derecho de los peces rara vez ha tenido un público como ese en el estadio de la Pequeña Habana en su carrera con los Marlins.
Tuvo una apertura ante 30,000 personas en casa solo una vez: el primer partido de la temporada pasada contra los Filis de Filadelfia.
Pero después de experimentar la atmósfera que el Clásico Mundial trajo al loanDepot park durante la última semana y media, que culminó con la victoria de Japón 3-2 sobre Estados Unidos el martes, Alcántara, otros peloteros del club y ejecutivos del equipo están tratando de encontrar formas de replicar ese escenario de más de 81 juegos en casa.
¿Cómo pueden hacerlo?
El infielder Jean Segura, quien jugó con República Dominicana en el Clásico estuvo en su primera Serie Mundial la campaña pasada, lo resume en su forma más simple.
“Ganar los partidos y llegar a los playoffs”, afirmó Segura, quien firmó un contrato de dos años con Miami esta temporada baja después de pasar las últimas cuatro campañas con los Filis de Filadelfia.
“Te garantizo que los fanáticos van a aparecer. Si soy un fanático, no voy a pagar por un boleto para ver a tu club perder. Tenemos que cuidar el negocio y jugar de la manera correcta. Tenemos que llevar energía al terreno. Si hacemos eso, garantizo que los fanáticos vendrán’’.
La asistencia en el estadio de los Marlins la temporada pasada en 81 encuentros fue de 907,487, un promedio de 11,204 que ocuparon el puesto 29 entre 30 equipos de las Mayores.
Este no es un fenómeno nuevo.
El club de Miami siempre ha estado entre los peores equipos en asistencia desde hace años, pero durante 10 días a mediados de marzo, los aficionados acudieron en masa al recinto de la Pequeña Habana.
La asistencia en los 15 partidos del Clásico Mundial en el loanDepot park (10 en la fase de grupos, dos en cuartos de final, dos en semifinales y uno por el campeonato) fue de 475,269, un promedio de 31,684 aficionados por juego.
Nueve partidos tuvieron más de 35,000 espectadores, incluidos 36,098 para el encuentro por el título el martes.
“Una vez que ves esto es difícil quitar ese recuerdo de la mente’’, señaló la presidenta de operaciones comerciales de los Marlins, Caroline O’Connor.
Parte del trabajo de O’Connor es encontrar formas de replicar esa experiencia del Clásico Mundial en los juegos en casa de los Marlins, desde personas que vienen al estadio orgullosas de representar a su país hasta los que vienen al estadio para apoyar al equipo local.
Es más fácil decirlo que hacerlo cuando la novena en el campo ha sido consistentemente mediocre en el mejor de los casos.
O’Connor está en su sexta temporada con Miami. Se desempeñó como directora de operaciones del club durante los primeros cinco años antes de ser ascendida a presidenta de operaciones comerciales en noviembre.
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Los Marlins no han ganado más de 69 encuentros en una temporada regular durante el tiempo que ella ha estado en el club.
Llegaron a los playoffs una vez en este lapso, pero fue en la temporada 2020 acortada por la pandemia cuando no se permitieron fanáticos en los estadios.
“Ganar es genial, pero no podemos confiar en eso en el aspecto comercial. Nuestro trabajo es lograr que la gente disfrute de la experiencia y quiera estar aquí a pesar de todo”, aseguró O’Connor.
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Los Marlins usaron el Clásico Mundial como una oportunidad para intentar que los fanáticos regresaran.
En cada partido destacaron las celebraciones de la herencia hispana, que se planifican los sábados en los juegos en casa, adaptando la publicidad a los equipos que estaban en el terreno.
Cuando los fanáticos se conectaron con el wifi del estadio se les hicieron ofertas para comprar boletos.
El equipo también comenzó a vender entradas para un solo partido en noviembre.
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“Nos encanta tener el Clásico Mundial aquí pero este es el hogar de los Marlins y queremos que nos visiten nuevamente’’, reiteró O’Connor.
Quizá ese tan esperado buen inicio de temporada les pueda ayudar.
El club de Miami reorganizó su plantilla esta temporada baja y agregó más ofensiva en Segura, el venezolano Luis Arráez y los cubanos Yuli Gurriel y José Iglesias.
En sus filas está al actual ganador del premio Cy Young de la Liga Nacional en Alcántara y una posible futura cara del béisbol en Jazz Chisholm Jr.
Y tienen la expectativa de competir, a pesar de jugar en una División Este de la Liga Nacional que incluye a tres equipos que fueron a los playoffs la pasada temporada.
“Todos queremos salir a competir y básicamente mostrarle a la gente lo que creemos podemos hacer”, apuntó la gerente general de los Marlins, Kim Ng, la semana pasada.
Si los Marlins pueden hacer eso, tal vez vengan fanáticos. Ya vieron cómo podría ser esa experiencia en las últimas dos semanas.