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OPINIÓN: Migrantes de El Paso a Nueva York. Lecciones

Manifestantes piden al presidente electo estadounidense Joe Biden una reforma migratoria.
Manifestantes que forman parte de la Coalición de Inmigrantes de Nueva York piden al presidente electo estadounidense Joe Biden una reforma migratoria el 9 de noviembre del 2020, en Nueva York. (AP Photo/Mark Lennihan, File) (ASSOCIATED PRESS)

Hace unos días el alcalde la ciudad de Nueva York, Eric Adams, visitó la ciudad fronteriza texana de El Paso. De entrada, las dos ciudades tienen poco que ver. No las vincula el comercio, el turismo o las inversiones. Los texanos, particularmente los de El Paso y los habitantes de Nueva York poco tienen en común y sin duda, el primer alcalde neoyorquino que visita oficialmente El Paso es Eric Adams. ¿Qué lo llevó a visitar una ciudad que se encuentra a más de dos mil millas de la ciudad que gobierna?

La respuesta es relativamente sencilla: los migrantes. De hecho, la visita del alcalde ocurre pocos días después de que Joe Biden visitó la misma ciudad con objetivos diferentes, pero también por el tema migratorio. La región Ciudad Juárez-El Paso, como antes Tijuana, se ha convertido en el centro de llegada de inmigrantes, particularmente de quienes buscan refugio y asilo.

Históricamente, Nueva York es una ciudad especialmente amigable con los migrantes. Es una de las primeras y más importantes ciudades-santuario que tanto odiaba Donald Trump como presidente. Las autoridades locales no colaboran con las federales para detener o deportar migrantes indocumentados, prácticamente no hay redadas y los migrantes y sus familias tienen acceso fácil, sin regateos, a servicios públicos de educación y salud.

Precisamente esa actitud hacia los migrantes fue el pretexto que usó el gobernador texano para enviar camiones con migrantes que son detenidos en el estado que gobierna. La legalidad de la medida, originalmente sugerida por Donald Trump, es por lo menos discutible, pero mientras eso se aclara los migrantes de mil amores aceptan ser trasladados a Nueva York y no permanecer en El Paso.

El objetivo de la visita del alcalde Adams, que es proinmigrantes, es presionar al gobierno federal de Joe Biden, su colega de partido y amigo para que se haga cargo de los gastos ocasionados por la presencia de estos migrantes que le envía el gobernador de Texas. Según estimaciones de Adams, ese costo asciende a dos mil millones de dólares que la ciudad no tiene para atender a los 40 mil migrantes que ya han llegado a Nueva York y que no estaban programados. El mensaje es claro, lo dijo en su visita, reiteró sus posiciones a favor de los inmigrantes, pero la ciudad que gobierna, sin recursos adicionales, ya no los podría recibir en condiciones mínimas de sobrevivencia.

La visita de Adams deja varias lecciones que México debería aprender.

A nivel local, no hay contradicción entre ser del mismo partido y hasta amigo del presidente (a Adams le dicen el Biden de Brooklyn) y exigirle que cumpla con obligaciones que son de su competencia.

Contrasta tristemente con la actitud de los presidentes municipales fronterizos que parecen más comprometidos con su partido y con AMLO que con su ciudad y sus gobernados. AMLO anuncia que las ciudades fronterizas recibirán hasta 30 mil migrantes mensuales que serán rechazados por la patrulla fronteriza estadounidense, la mayoría de ellos en Ciudad Juárez y el alcalde del lado mexicano no dice nada. Total, ya verán los migrantes como se las ingenian.

Si su compromiso fuera con sus gobernados, bien haría Cruz Pérez Cuellar, alcalde de Ciudad Juárez y militante del mismo partido que AMLO (después de 20 años de militancia panista), en preguntarle cómo se atenderá a esos migrantes y exigirle los recursos para ello. Como hace Adams.

A nivel federal, AMLO se compromete a recibir 30 mil migrantes mensuales y no pide a Estados Unidos absolutamente nada, como si nos sobraran los recursos. Nueva York pide dos mil millones de dólares para atender a 40 mil migrantes. Como si los migrantes costaran en Estados Unidos y no en México. Como si los migrantes debieran ser atendidos en Estados Unidos y del lado mexicano se les pudiera dejar a la deriva.

Lo curioso del asunto es que AMLO, el alcalde de Ciudad Juárez y Eric Adams se dicen proinmigrantes, solo que uno de ellos exige recursos para atenderlos y los otros dos no. Me temo que el compromiso de dos de ellos con sus gobernados y con los migrantes es “de dientes para afuera”.

Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute

TW: @mexainstitute

Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.