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Oler cosas raras que no existen: ¿secuela del Covid-19 o problema neurológico?

La fantosmia es un trastorno puntual o reiterado en el que se perciben olores ‘fantasma’ que suelen ser desagradables y que no están en el ambiente, como comida podrida o humo. (Foto: Getty)
La fantosmia es un trastorno puntual o reiterado en el que se perciben olores ‘fantasma’ que suelen ser desagradables y que no están en el ambiente, como comida podrida o humo. (Foto: Getty)

Desconcertados por la avalancha de problemas del olfato y el gusto, científicos de todo el mundo están prestando una atención inusual al sistema olfativo humano, las áreas de la nariz y el cerebro donde se procesan los olores.

Es vox populi que algunas personas que han pasado el Covid-19 experimentaron problemas de olfato durante la enfermedad: o bien sufrieron anosmia (desaparición del olfato) o parosmia, una distorsión del olfato que transforma los olores, por ejemplo, una rosa podría oler a heces.

Sin embargo, ahora se están dando a conocer casos de personas que, una vez superada la enfermedad, detectan olores fantasmas que no existen (fantosmia). Se trata de una alucinación olfativa que te hace detectar olores que no están realmente presentes en tu entorno.

El olor a quemado o podrido son los más comunes. Pero, por ejemplo, puede ocurrir que estos pacientes sientan que inhalan el olor de los cigarrillos en momentos en que nadie fuma y están solos en su habitación.

Es el caso de Samar Khan, paciente de una clínica especial en síntomas neurológicos relacionados con la Covid-19 en el Northwestern Memorial Hospital de Chicago, quien -con 25 años y meses despúes de pasar el coronavirus de forma leve- empezó a oler a cigarrillos o desinfectante, según ella misma ha contado a The New York Times. Los médicos que la atendieron creen que esto podría ser una secuela y estar relacionado con “una reacción inflamatoria al virus” que puede afectar tanto al cerebro como al resto del cuerpo. En otros casos, muchos de los síntomas se parecían a los de personas que habían tenido conmociones o lesiones cerebrales traumáticas.

Los olores que se detectan en la fantosmia varían de una persona a otra y pueden ser agradables o desagradables (en este caso se habla de cacosmia), y ocurrir en una o ambas fosas nasales, tal y como apunta el doctor Juan Carlos Portilla, vocal de la Sociedad Española de Neurología (SEN), en estas declaraciones reocgidas por WebConsultas: "La fantosmia puede ser periférica o central. La primera se da cuando el problema proviene de las fosas nasales, y la segunda cuando el fallo se encuentra en los receptores cerebrales. Una de las principales señales que permiten diferenciarlos es que cuando se trata de un problema cerebral los episodios se dan de manera más reiterada que cuando es nasal".

Este trastorno hace referencia a una alteración del sentido del olfato en la que el cerebro es incapaz de percibir correctamente los olores y aromas, concretamente la persona afectada refiere sentir olores desagradables e incluso pestilentes cuando el resto perciben aromas normales o, incluso, no perciben ningún olor.

Cualquier persona que sufra un episodio de fantosmia debe acudir al médico para averiguar la causa que lo ha provocado porque aunque no parezca un problema muy grave, es más serio de lo que parece ya que puede llegar a complicar la sencilla y diaria tarea de comer o beber. Además, ese aroma imaginario provoca irritación, ansiedad y desesperación, y si se repite de manera reiterada puede hacer que los afectados entren en depresión.

Pero no siempre hay que ponerse en lo peor porque en lo que respecta a los trastornos del olfato, cabe señalar que son frecuentes en los adultos de edad avanzada. A medida que nos hacemos mayores, cosas que antes nos abrían el apetito o nos generaban bienestar, ahora nos turban.

Sin embargo, esta alteración olfativa sí resulta algo más preocupante en personas jóvenes ya que puede deberse a patologías subyacentes. Por eso los adultos y jóvenes deben prestar atención a este tipo de 'síntomas' ya que la percepción imaginaria de un olor puede estar ocasionada por una infección de las vías respiratorias superiores, un problema neurológico o también podría deberse también a una lesión interna en la cabeza o un tumor cerebral que se manifiesta de ese modo, según recoge Healhtline, la web especializada en salud con sede en San Francisco. Por ejemplo, podría ser consecuencia de convulsiones del lóbulo temporal, de senos paranasales inflamados, tumores cerebrales o un signo de la enfermedad de Parkinson.

La incidencia de este trastorno olfativo parece ser más común de lo que parece, según un estudio publicado en la revista JAMA - Otolaryngology-Head and Neck Surgery, el 6,5 por ciento de los adultos mayores de 40 años tienen fantosmia, y es dos veces más común en las mujeres que en los hombres y crece a medida que se envejece; al contrario del sentido del olfato, que tiende a disminuir con la edad.

Todavía no se conoce a ciencia cierta los motivos por los que aparece la fantosmia, no obstante, Kathleen Bainbridge, principal autora del estudio anterior, expone que alguna de sus causas podría estar asociada con las células hiperactivas que no detectan de manera correcta los olores en la nariz o con un mal funcionamiento de la parte cerebral encargada de procesar los estímulos olfativos.

Estos falsos olores pueden ser un síntoma de enfermedades importantes, por lo que el Dr. Portilla advierte de que "si se notan de manera bilateral y constante -características de una fantosmia central- se debe acudir al médico para someterse a un chequeo".

Para diagnosticar la fantosmia/cacosmia, al igual que con el resto de parosmias, es necesario someterse a un exámen físico de los oídos, la nariz y la garganta, para concretar el origen de la afección o bien para descartar que las causas sean física. Este análisis se realiza mediante una endoscopia, que consiste en introducir un tubo con un pequeña cámara en la nariz para visualizar las cavidades nasales desde el interior.

En el caso de descartarse las posibles causas físicas (sinusitis, rinitis o por complicaciones tras una cirugía de la cavidad nasal en la que los cuernos nasales sufren alguna lesión o perjuicio) es muy posible que la cacosmia sea una consecuencia de alguna alteración cerebral.

Esto significaría que la alteración perceptiva no es debida a un mal funcionamiento del sentido del olfato, sino a una adulteración de las zonas del cerebro encargadas de gestionar las funciones sensoriales, por lo que podría deberse a hipotiroidismo, epilepsia o, como dijimos antes, a Párkinson.

También debes saber que las personas que están más expuestas a la contaminaciónson más propensas a la fantosmia. Además, se ha observado que las personas con la boca seca persistente (xerostomía) presentaban tres veces más posibilidades de tener estas alucinaciones olfativas y uno de cada diez pacientes con lesiones neurológicas como consecuencia de pérdidas de conciencia también declararon tenerlas

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