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'La ola roja ha llegado': el ascenso de las latinas de ultraderecha

La congresista Mayra Flores es una de tres latinas republicanas que buscan transformar la política del sur de Texas rehuyendo de los electores moderados y respaldando a los extremos.

WASHINGTON — Durante años, los republicanos de Texas intentaron ganar el voto hispano con un conservadurismo compasivo típico de la era de Bush. La idea era que el toque moderado y la retórica suavizada en materia de inmigración eran clave para llegar a los votantes hispanos, sobre todo en los bastiones demócratas de la frontera sur.

Esa es la Texas de antaño. La época de Trump ha hecho surgir un nuevo tipo de republicano de Texas, uno que ya camina por los pasillos del Congreso: la latina de ultraderecha.

La representante Mayra Flores se convirtió en la primera republicana en representar al valle del río Grande en más de un siglo luego de que el mes pasado ganó la elección especial y convirtió una curul azul en roja. También se convirtió en la primera latina republicana que Texas haya enviado al congreso. Su mandato abreviado solo dura hasta el fin del año y se considera que tendrá dificultades para ganar la reelección en un mandato completo.

Pero lo que más sorprende es que Flores ganó haciendo de lado a los moderados, alineándose a la ultraderecha y haciendo gala de su apoyo a Donald J. Trump, más al estilo de Marjorie Taylor Greene que de Kay Bailey Hutchison.

Su eslógan de campaña — “Dios, familia, país”— buscaba atraer a lo que llama los “valores tradicionales” del distrito de mayoría hispana en la ciudad fronteriza de Brownsville que representa. Pidió que se hiciera un juicio político al presidente Biden. Tuiteó etiquetas de QAnon. Y dijo que el Partido Demócrata era la “mayor amenaza que Estados Unidos enfrenta”.

En una entrevista en su despacho, aún vacío, el día posterior a su toma de protesta, a Flores se le preguntó si consideraba que Biden era el presidente electo legítimamente.

La representante Mayra Flores de Texas con legisladores y sus hijas en la escalinata del Capitolio. Es la primera latina republicana que el estado ha enviado al Congreso. (Shuran Huang/The New York Times)
La representante Mayra Flores de Texas con legisladores y sus hijas en la escalinata del Capitolio. Es la primera latina republicana que el estado ha enviado al Congreso. (Shuran Huang/The New York Times)

“Es el peor presidente de Estados Unidos”, respondió.

Cuando se le preguntó tres veces más si Biden había sido elegido legítimamente, repitió la misma evasiva.

Otras dos latinas republicanas, Monica De la Cruz en McAllen y Cassy Garcia en Laredo, también están compitiendo por cargos legislativos en la frontera con México. Las tres —a quienes funcionarios del Partido Republicano llaman “la triple amenaza”— comparten puntos de vista derechistas en materia de inmigración, la elección de 2020 y el derecho al aborto, entre otros temas.

Ellas comparten los mismos asesores, han realizado mítines de campaña y eventos de recaudación de fondos juntas y han salido a tocar las puertas de sus vecindarios. Acusan al Partido Demócrata de dar por sentado a los votantes hispanos y se perciben a sí mismas, al igual que sus partidarios, como la encarnación del sueño americano: Flores suele hablar de cuando era adolescente y trabajó junto a sus padres en los campos de algodón en Texas.

Flores, De La Cruz y García crecieron en el valle del río Grande, una región de cuatro condados de clase trabajadora en el extremo sur de Texas, donde los hispanos constituyen el 93 por ciento de la población. Las tres son bilingües; Flores nació en Tamaulipas, México, y las otras dos en el sur de Texas. Solo De La Cruz ha sido respaldada por Trump, pero todas son grandes defensoras del expresidente, de su movimiento político y su discurso duro sobre la restricción a la inmigración y la construcción del muro fronterizo.

Durante mucho tiempo, el valle del río Grande ha sido un lugar políticamente liberal pero culturalmente conservador. Las bancas de las iglesias están llenas los domingos, las banderas estadounidenses ondean en las astas en los jardines delanteros y se reverencia a las fuerzas del orden. El esposo de Flores es un agente de la Patrulla Fronteriza, algo que solía enfatizar en la campaña electoral.

En 2020, la cultura conservadora de la zona comenzó a ejercer una mayor influencia en el aspecto político. Trump dio la vuelta al condado rural de Zapata y redujo el margen de las victorias demócratas en los cuatro condados del Valle y otras ciudades fronterizas.

“Al crecer allí, veías que los republicanos no se expresaban”, dijo Garcia, exasistente de Ted Cruz, senador por Texas. “Ahora, el deseo de apoyar a los republicanos se está extendiendo. Sienten un genuino sentido de pertenencia”.

Otras latinas pro-Trump se postulan para escaños en la Cámara de Representantes en Virginia, Florida y Nuevo México, entre otros lugares.

Los líderes y estrategas republicanos dicen que la victoria de Flores y las candidaturas de otras mujeres hispanas de derecha muestran que los votantes latinos se están desplazando cada vez más hacia la derecha. Más de 100 candidatos republicanos a la Cámara son hispanos, un número récord, según el Comité Nacional Republicano del Congreso.

Los demócratas ven la situación de manera muy diferente. Algunos líderes demócratas descartan la victoria de Flores como una casualidad, producto de una elección especial, y fugaz, caracterizada por la baja participación puesto que solo votaron 28.990 personas.

Flores, quien fue elegida para cumplir los últimos seis meses del mandato de un congresista demócrata que se retira, se postulará en noviembre para un mandato completo. Se enfrenta a un popular líder demócrata que está cambiando de distrito, el representante Vicente González.

Los líderes demócratas se muestran optimistas ante la posibilidad de que Gonzalez derrote a Flores y que Gariía pierda su campaña contra el representante Henry Cuellar, un demócrata conservador que venció por un estrecho margen a un aspirante progresista en la segunda vuelta de las primarias.

De La Cruz, sin embargo, compite por un cargo en la contienda por la Cámara de Representantes más competitiva de Texas y se enfrentará a Michelle Vallejo, una demócrata progresista.

El representante Ruben Gallego, un demócrata de Arizona que lidera la campaña del Caucus Hispano del Congreso, desestimó la victoria de Flores calificándola como una “estrategia de relaciones públicas” para los republicanos.

“Eso no significa que ella represente a los principales votantes hispanos”, dijo Gallego.

Gonzalez, el congresista demócrata, casi pierde con De La Cruz hace dos años cuando ella lo desafió en el distrito 15 del Congreso de Texas. Ganó por solo 6588 votos. Ahora, está desafiando a Flores en el Distrito 34.

“Este fue un mensaje profundo para el partido”, dijo sobre la victoria de Flores. “Realmente ha despertado a la base demócrata. Nunca he tenido tanta gente voluntaria gratis en todos mis años de carrera”.

Mientras se mudaba a su oficina del Congreso frente al Capitolio, Flores, cristiana evangélica, miró las paredes desnudas. Planeaba colocar una foto grande del sitio de lanzamiento de SpaceX en su distrito, así como imágenes de Jesús.

Ella hizo campaña con el apoyo de iglesias evangélicas; su pastor realizó un gran esfuerzo de divulgación para “Hacer que Estados Unidos vuelva a ser piadoso” y viajó a Washington para su toma de posesión. “Creo que los pastores deberían involucrarse en la política y guiar a sus congresistas”, dijo Flores. “Nuestros pastores conocen a nuestra gente mejor que nosotros”.

Flores no perdió tiempo mostrando un estilo combativo con los demócratas. Minutos después de su juramentación, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, posó con Flores y su familia para una fotografía. Lo que sucedió después es un tema de debate. Para los demócratas, parecía como si Pelosi hubiera rozado su brazo contra la hija de Flores, de 8 años, mientras estaban juntas. Para los republicanos, parecía que Pelosi la había hecho a un lado.

“Ningún niño debe ser empujado a un lado en una sesión de fotos. ¡¡PUNTO!!”, escribió Flores más tarde en Twitter.

Según Flores, su cambio al Partido Republicano era inevitable

Al principio, dijo, había votado por los demócratas, principalmente porque todos sus conocidos hacían lo mismo. La primera vez que votó por un republicano para presidente, dijo, fue por Mitt Romney en 2012.

Después de asistir a un evento republicano para los cónyuges de los agentes de la Patrulla Fronteriza, Flores comenzó a ser voluntaria del Partido Republicano del Condado de Hidalgo en McAllen. Para 2020, estaba organizando caravanas a favor de Trump a través del valle del río Grande.

También estaba publicando tuits usando la etiqueta #QAnon.

Cuando se le preguntó acerca de QAnon, Flores negó haber apoyado la teoría de la conspiración, que afirma que un grupo de élites adoradoras de Satanás que dirigen una red de explotación sexual infantil está tratando de controlar al gobierno y los medios de comunicación. Durante mucho tiempo, las etiquetas se han considerado abreviaturas en las redes sociales para expresar apoyo a una causa o una idea, pero Flores insistió en que su intención era expresar su oposición a QAnon.

“Es solo para llegar a más personas, para que más personas puedan ver, y saber que esto debe terminar”, dijo sobre el uso de la etiqueta QAnon. “Esto solo está dañando a nuestro país”.

Flores borró los tuits sobre QAnon, pero no se abstuvo de expresar otros puntos de vista derechistas. Después de las elecciones de 2020, insistió en Twitter que Trump había ganado y escribió en una publicación: “¡Ganamos y lo vamos a demostrar!”. Después del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, retuiteó una publicación calificándola falsamente como un “montaje”. Ha dicho que Biden “solo es un presidente de nombre” y ha exigido su juicio político. Y como su propio juramento coincidió con las audiencias del comité de la Cámara que investiga el ataque del 6 de enero, Flores desestimó en gran medida los procedimientos.

“Honestamente, a mi distrito no le importa eso”, dijo sobre las audiencias. “Mi distrito está luchando para pagar sus cuentas. Se supone que eso es en lo que debemos centrarnos”.

Al igual que Flores, De La Cruz se describe como una exdemócrata que “se alejó” del partido. Dijo que emitió su primer voto en una primaria republicana por Trump en 2016.

“Creo que el presidente estaba sacando a la luz las cosas terribles que le estábamos haciendo a nuestro país”, dijo De La Cruz.

Después de perder por poco ante Gonzalez en 2020, De La Cruz sugirió, sin pruebas, que tanto ella como Trump habían sido víctimas de fraude electoral en ese distrito.

Garcia, por el contrario, dijo que ha sido republicana toda su vida. Criada como conservadora, iba a la iglesia tres veces a la semana y entró en política poco después de la universidad, con un trabajo como directora de extensión para el senador Cruz en McAllen.

Como candidata, se ha centrado en la libertad religiosa, la elección de escuelas y la prohibición del aborto, temas sobre los que dijo que los votantes hispanos de la región tienen ideas cada vez más afines.

“La ola roja ha llegado”, dijo Garcia.

Jennifer Medina es una reportera de política nacional y cubre las actitudes políticas y el poder con énfasis en el oeste estadounidense. Originaria del sur de California, ha pasado varios años cubriendo la región para la sección Nacional. @jennymedina

Flores, la integrante más reciente del Congreso, a menudo relata de cuando trabajó junto a sus padres durante su adolescencia en los campos algodoneros de Texas. (Shuran Huang/The New York Times)

© 2022 The New York Times Company