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Segunda ola: las clínicas privadas porteñas deberán reprogramar o suspender las intervenciones programadas

El sanatorio Otamendi emitió su primer comunicado
El sanatorio Otamendi emitió su primer comunicado

Las clínicas privadas de la ciudad de Buenos Aires deberán reprogramar o suspender las intervenciones programadas, para liberar espacio en el medio de la segunda ola de coronavirus Covid-19.

Establécese que los efectores del subsistema de salud privado y los de la seguridad social deberán reprogramar y suspender, durante el plazo de treinta días corridos, la atención programada y las intervenciones médicas vinculadas a patologías que con criterio médico no sean de carácter urgente o que no puedan ser discontinuadas o postergadas, a fin de contar con la mayor cantidad de recursos asistenciales disponibles que permitan la atención de pacientes con Covid-19, tanto ambulatoria como de internación”, dice el artículo 1° del Decreto 137 que se publicó hoy en el Boletín Oficial porteño.

Es algo similar a lo que se estableció hace unas semanas para el sector público. Ahora también es para el sector privado”, dijeron fuentes porteñas consultadas por LA NACION. “El año pasado no se firmó ningún decreto, se estableció esto mismo de palabra”, agregaron.

Entre los considerandos del texto, que lleva la firma de Horacio Rodríguez Larreta, Fernán Quirós y el jefe de Gabinete, Felipe Miguel, se explica: “En virtud de la velocidad con que evoluciona la situación epidemiológica, el Ministerio de Salud en su carácter de Autoridad de Aplicación, ha considerado necesaria la adopción de medidas a los fines de reducir la amenaza y al riesgo sanitario, con el fin de mitigar el impacto de la epidemia de Covid-19 y preservar así la salud pública”.

Después se agrega: “En el contexto actual, y atento la evaluación de la condición epidemiológica realizada por el Ministerio de Salud, se advierte la necesidad de una acción articulada y coordinada de todo el sistema de salud en su conjunto, enfocando los esfuerzos del sistema sanitario para la atención de pacientes con Covid-19, sin desatender las necesidades más urgentes”.

Para ello corresponde en consecuencia establecer que los efectores del subsistema de salud privado y los de la seguridad social deberán reprogramar y suspender, durante el plazo de treinta días corridos, la atención programada y las intervenciones médicas vinculadas a patologías que con criterio médico no sean de carácter urgente o que no puedan ser discontinuadas o postergadas, a fin de contar con la mayor cantidad de recursos asistenciales disponibles que permitan la atención de pacientes con Covid-19, tanto ambulatoria como de internación”, suma el decreto, de cuatro artículos.

Luego remarca: “Dicha medida se fundamenta en el estado actual de la situación de emergencia epidemiológica, atento el elevado número de casos e incremento del nivel de ocupación de camas, tanto generales como de cuidados críticos, que se está verificando en esta etapa de la pandemia, resultando imperativo que el sistema de salud en su totalidad realice una adecuación y reprogramación de la atención sanitaria, priorizando la atención de Covid-19, a fin de proteger y salvaguardar la salubridad pública”.

Hace tres semanas, la Subsecretaría de Atención Hospitalaria del Ministerio de Salud porteño había enviado un documento titulado: “Refuncionalización de los servicios prestados en los Hospitales Públicos”, en el que informa cambios que se debían comenzar a aplicar en el sector público durante el fin de semana largo de Semana Santa.

El documento, de dos páginas, tenía 18 puntos en los que se detallaba cambios en la atención que se debía prestar en diferentes sectores que van desde las Unidades de Terapia Intensiva hasta las Unidades Febriles de Urgencia (UFU).

El asombro, la primera reacción de las clínicas

“Estamos esperando que se publique. No sabemos qué día lo van a publicar y desde cuándo comenzará a regir”, fue la respuesta a LA NACION de responsables de dos clínicas porteñas que solo habían visto un borrador del Decreto 137 que circulaba desde el mediodía. Fue este medio el que les confirmó que la norma ya estaba publicada en el Boletín Oficial porteño y que entraba en vigencia tal como establecía en su artículo cuatro.

Ante la consulta de qué pensaban de la medida, en ambos casos, prefirieron no emitir comentarios y se mostraron asombrados ante la medida que, adelantaron, será acatada. “Mañana comenzaremos a reorganizar los turnos y las intervenciones programas que se puedan mover”.

La decisión se toma en el momento en que las camas de terapia intensiva en la ciudad de Buenos Aires, tanto en el sector público como privado, alcanzaron su mayor porcentaje de ocupación en lo que va de la pandemia.

Según los datos oficiales, que difunde cada día a las siete de la mañana la administración de Horacio Rodríguez Larreta, de las 450 camas UTI que tiene el sector público porteño, 323 estaban ocupadas. Es decir, el 71,7%. En tanto, 725 de las 1500 camas de cuidados moderados en los 35 hospitales porteños estaban ocupadas. Esto representa el 48,3%.

Tan solo una semana atrás los datos eran muy diferentes: las camas UTI ocupadas eran 241, el 53,5%. En tanto, las de cuidados moderados alcanzaban las 512, lo que representa un 34,1%. Donde casi no hubo variación fue en las camas para enfermos leves: de las 5000 disponibles, hace una semana que ronda en el 10 por ciento del total.