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Prisionero que sobrevivió a la inyección letal muere por COVID-19

Un preso condenado a muerte en Ohio que sobrevivió a un intento de ejecución por inyección letal murió por complicaciones del COVID-19.

Romell Broom, que es solo el segundo recluso que sobrevive a una ejecución moderna, falleció el lunes.

Romell Broom. (Ohio Department of Rehabilitation and Correction via AP)
Romell Broom. (Ohio Department of Rehabilitation and Correction via AP)

Broom, de 64 años, es uno de los 124 reclusos que murieron a causa del virus mientras estaban en prisión. Un portavoz del Departamento de Rehabilitación y Corrección declaró que Broom había sido incluido en una lista de "probable COVID", que cuenta a los presos que probablemente murieron a causa del coronavirus.

Ohio intentó ejecutar a Broom por primera vez en 2009, pero se canceló después de que el verdugo no pudo encontrar una vena adecuada para la inyección letal. Broom lloraba de dolor después de haber sido pinchado con una aguja 18 veces esperando su muerte. Incluso trató de ayudar al verdugo a encontrar una vena viable para recibir la dosis letal, pero no tuvo éxito.

Estaba programado para ser ejecutado en junio de este año, pero el gobernador Mike DeWine le concedió una suspensión y la ejecución se aplazó hasta marzo de 2022.

Broom fue condenado a muerte tras ser declarado culpable de violar y asesinar a Tryna Middleton, de 14 años. Bloom la secuestró en Cleveland mientras caminaba a casa con dos amigos después de un partido de futbol.

Bessye Middleton muestra una pintura de su hija Tryna. (AP Photo/Tony Dejak)
Bessye Middleton muestra una pintura de su hija Tryna. (AP Photo/Tony Dejak)

Las inyecciones letales se han detenido en Ohio debido a la incapacidad del estado para encontrar el cóctel de sustancias necesarias para llevar a cabo las ejecuciones.

El cóctel de tres fármacos que se utiliza en las inyecciones letales suele incluir un barbitúrico para aliviar el dolor y actuar como sedante, bromuro de vecuronio o un fármaco bloqueador neuromuscular similar y cloruro de potasio, que detenie el corazón en dosis altas.

El método ha enfrentado controversia porque el barbitúrico utilizado puede ser de acción corta, lo que significa que el prisionero podría sentir el dolor insoportable de la ejecución pero, debido al bloqueador neuromuscular, no podría gritar de dolor o moverse.

Paul Enzinna, un abogado de Ellerman Enzinna que representa a los demandantes que desafían la legalidad de las inyecciones letales, describió sus preocupaciones a NPR.

"Pareces estar perfectamente tranquilo, pero podrías estar sufriendo horriblemente", declaró.

Las entidades de Estados Unidos que permiten la ejecución mediante inyección letal han tenido dificultades para encontrar los medicamentos necesarios en los últimos años.

En 2011, la Unión Europea prohibió la venta de drogas a Estados Unidos para su uso en ejecuciones.