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La ofensiva comercial de EEUU priva a la OMC de su papel como árbitro global

FOTO DE ARCHIVO: Varias personas antes de la apertura del Consejo General en la sede de la OMC en Ginebra

Por Philip Blenkinsop

BRUSELAS, 10 dic (Reuters) - La disrupción del orden económico global provocada por Estados Unidos alcanzará un nuevo hito el martes, cuando la Organización Mundial del Comercio (OMC) pierda su capacidad de intervenir en las guerras comerciales, amenazando el futuro de la institución con sede en Ginebra.

Dos años después de empezar a bloquear los nombramientos, Estados Unidos paralizará finalmente el Órgano de Apelación de la OMC, que actúa como corte suprema para el comercio internacional, ya que saldrán dos de sus tres miembros, lo que le impedirá efectuar dictámenes.

Las grandes disputas comerciales, como el conflicto de Estados Unidos con China y los aranceles a los metales impuestos por el presidente Donald Trump, no serán resueltos por el árbitro comercial global.

Stephen Vaughn, que fue consejero general del representante comercial de Estados Unidos durante los dos primeros años de mandato de Trump, dijo que muchas disputas serán solucionadas en el futuro a través de negociaciones.

Los críticos aseguran que esto significa un regreso al periodo de posguerra de acuerdos inconsistentes, un problema que la creación de la OMC en 1995 debía arreglar.

El embajador de la Unión Europea ante la OMC dijo el lunes a sus pares en Ginebra que la parálisis del Órgano de Apelación abre la puerta a la creación de un sistema de relaciones económicas basado en el poder más que en las reglas.

La paralización del sistema de arreglo de disputas llega en un momento en que la OMC tiene problemas también en su otro gran papel: la apertura de los mercados.

El club, que cuenta con 164 integrantes, no ha producido ningún acuerdo internacional desde el abandono de las negociaciones de la "Ronda de Doha" en 2015.

"EEUU PRIMERO"

Las medidas restrictivas con el comercio en el seno del G-20 -el grupo con las principales economías mundiales- están en máximos históricos, marcadas por la agenda de "Estados Unidos primero" de Trump y su guerra comercial con China.

Phil Hogan, el nuevo comisario de Comercio de la UE, dijo el viernes que la OMC ya no cumple su propósito y necesita reformas más allá del simple arreglo del mecanismo de apelaciones.

Para los países desarrollados en particular, las reglas de la OMC deben cambiar para tener en cuenta las empresas controladas por el estado.

En 2017, Japón embarcó a Estados Unidos y la UE en un intento conjunto por fijar nuevas reglas globales a los subsidios estatales y las transferencias forzadas de tecnología.

Washington está presionando también al límite la capacidad de los miembros de la OMC de otorgarse un estatus de "en desarrollo", que les da por ejemplo más tiempo para implementar los acuerdos de la institución.

Entre estos "países en desarrollo" están Singapur e Israel, pero China es el objetivo obvio.

El secretario de Comercio estadounidense, Wilbur Ross, dijo a Reuters la semana pasada que su país quiere poner fin a las concesiones que se dio a economías en problemas y que ya no son apropiadas.

"Hemos estado consintiendo a los países desde hace mucho mucho tiempo, así que es normal que reaccionen cuando intentamos cambiar las cosas", señaló.

El problema con la reforma de la OMC es que los cambios requieren consenso para su aprobación. Y esto incluye el apoyo chino.

Pekín ha publicado sus propias propuestas de reforma, con una serie de reclamos contra las acciones estadounidenses. Las reformas deberían resolver asuntos cruciales que amenazan la existencia de la OMC, al tiempo que preservan los intereses de los países en desarrollo, según postula.

Muchos observadores creen que la OMC se enfrentará a un problema crucial a mediados de 2020, cuando se reúnan sus ministros de Comercio en un intento por sacar adelante un acuerdo multinacional para reducir los subsidios a la pesca.

"No es la OMC la que salvará a la pesca. Será la pesca la que salvará a la OMC", dijo un embajador.

(Reporte adicional de Emma Farge en Ginebra, Andrea Shalal y David Lawder en Washington, Daniel Leussink y Kaori Kaneko en Tokio y Gabriel Crossley en Pekín; editado en español por Carlos Serrano)