"Nunca me había pasado algo así": la desgarradora historia tras la foto de un niño mendigo en Argentina

Miguel Bovati, un joven argentino que vive en Mar del Plata, hacía escala en la estación de Retiro, en Buenos Aires, cuando un encuentro fortuito cambió su día.

Un niño se le acercó y le pidió algo de comida. No es algo inusual en la bulliciosa estación de autobuses y trenes; todo lo contrario, pero algo hizo que Miguel le prestara atención.

Dormido en el asiento, con la cabeza ladeada, delante de una botella de Pepsi Cola de dieta y vestido con una sudadera negra, la imagen del pequeño tomada por el viajero se ha vuelto viral en Facebook, donde ha sido compartida miles de veces y ha generado más de miles de comentarios, en particular tras la reflexión con que Bovati, un técnico en Logística, cierra su comentario:

“En algún punto de inflexión, perdimos el rumbo, desordenamos las prioridades”, aseguró. “Sean felices si tienen dónde dormir, algo para comer, y a quién abrazar. El resto, son puras mierdas”

No conocemos el nombre del niño, que no aparenta más de 12 años.

Bovati ofreció más detalles sobre el encuentro con el pequeño en declaraciones con la prensa argentina luego de que su publicación se volvió viral.

“Antes de dormirse me había contado que no quería sentarse porque los mozos lo echaban cuando lo encontraban pidiendo monedas en el bar. Por eso me quedé al lado de él 50 minutos mientras dormía para que nadie lo saque”, abundó.

“Cuando faltaban diez minutos para que llegue el micro intenté despertarlo, porque tenía miedo de que lo maltraten si me iba del lugar. Era muy flaquito, lo agarré de las manos, de los brazos, pero no se despertaba. A todo esto un mozo se acercó y me recriminó lo que había hecho, porque los dueños del café no quieren ver a estos chicos entre sus clientes”.

Finalmente, un empleado de un bar le dijo que cuidaría del pequeño para que nadie lo echara de la estación.

El fenómeno de los niños mendigos está extendido en Retiro; el diario Clarín entrevistó a un policía que afirmó que les permiten dormir allí pero a la mañana siguiente les piden que se vayan pues molestan a los dueños de negocios al estar pidiendo dinero o comida a los clientes.

Algunos niños también se drogan.

“Cuando me preparaba para irme, noté que tenía sus manos dentro del bolsillo canguro de su buzo [chaqueta con bolsillos delanteros], donde sujetaba algunos pocos billetes para que nadie se los robe. Algunos papeles de 2 y de 5 pesos se le habían caído al piso, y se los volví a guardar”, relató Miguel.

Bovarti no alcanzó a despedirse del pequeño, pues corrió para tomar su microbús. Sin embargo, no ha dejado de pensar en él desde entonces.

“Nunca me había pasado algo así, sentir la necesidad de tener que seguir ayudando a un nene”, confesó. “Mi deseo es ubicarlo, viajar a verlo y estar con él para poder ayudarlo. Recibí muchos mensajes de apoyo y mucha gente se ofreció para darme una mano”.

Hasta ahora el niño no ha sido identificado, pero se sabe que tiene entre 11 y 12 años y debe regresar a Retiro una de estas noches.