En noviembre "tendría 22 años de casada y muerta"

SAN LUIS POTOSÍ, SLP., noviembre 25 (EL UNIVERSAL).- Hace más de 20 años, Mariana sobrevivió a un intento de feminicidio en la capital potosina. Ella estaba padeciendo un trastorno alimenticio, estaba más delgada que nunca y salía con un joven muy atractivo, hijo de un importante juez, y estaban prontos a casarse.

Él era alcohólico, celoso y posesivo, aún así ella lo aceptaba porque no creía que un hombre tan guapo estuviera con ella, con una mujer "ex gorda".

La violencia que se sufre dentro de una pareja, la mayoría del tiempo se enraíza porque las mujeres sienten que deben ceder para ser amadas, "esto es una trampa del patriarcado", narró a EL UNIVERSAL San Luis Potosí.

Una noche salieron a bailar, él se emborrachó. Ella se encontró con un amigo de la preparatoria, lo que disparó los celos de su novio. Para evitar una escena en el antro, prefirió sacarlo de ahí.

Subieron al automóvil, él manejaba de manera violenta. Llegaron a lo que se conocía como "El Mirador", lo que hoy es Plaza San Luis, ahí comenzó a presionarla para tener relaciones, ella se negó, él le arrancó la ropa y en ese momento sacó un arma, le apuntó en la cabeza.

Ella comenzó a pedirle que no jalara el gatillo, que no lo hiciera. Él bajó el arma, subió al automóvil y la abandonó en el cerro. Mariana se puso de pie y caminó hasta la carretera Guadalajara, sin zapatos, sin ropa, sin saber cómo logró salir con vida. Una familia la vio caminar por la orilla de la carretera, se ofreció a llevarla y le preguntaron si quería denunciar. Mariana sabía que no pasaría nada, si ella denunciaba porque el papá de su agresor era un juez.

Les pidió que la dejarán en la casa de una amiga en la comunidad de Escalerillas. Su amiga no estaba, pero Mari, trabajadora del hogar, le abrió la puerta, curó las heridas de sus pies y no la cuestionó, ni juzgó. Sólo la acompañó y abrazó en ese momento.

Mariana tomó el automóvil de su amiga para regresar a su casa. Al día siguiente él fue a buscarla, dijo "no recordar lo que había pasado anoche", frecuentemente tenía lagunas mentales por su excesivo consumo de alcohol.

Un fin de semana después, un pleito por una película que habían rentado fue lo último que soportó Mariana, él le dijo "ya me tienes harto", por lo que ella bajó del coche, el mismo coche donde aquella noche él intentó abusar de ella, en el mismo coche donde la había dirigido a su posible muerte, sin mirar atrás.

Ella le dijo a su papá que la boda se cancelaba, su papá no preguntó más, solo mencionó "ya sabía yo que no te ibas a casar con un alcohólico". Los días pasaron y él no dejaba de buscarla.

Mariana se acercó al grupo de mujeres feministas gracias a la invitación de un maestro. Ella siempre demostró interés en las discusiones por la defensa de las mujeres. Después una oportunidad la hizo salir del país, alejarse de su agresor, para continuar estudiando cuestiones de género.

Ella dice que cada noviembre solía mencionar que tendría "22 años de casada y muerta", sin embargo, el feminismo salvó su vida. Actualmente es una profesionista formada en Comunicación y está por titularse como licenciada en Derecho, para desde la ley luchar contra la violencia feminicida en San Luis Potosí.