El COI podría admitir los eSports en los Juegos Olímpicos

Varios jugadores participando en una competición de eSports. (AFP Photo/PATRIK STOLLARZ)
Varios jugadores participando en una competición de eSports. (AFP Photo/PATRIK STOLLARZ)

Posiblemente muchos lectores no estén familiarizados con el término eSports. Este anglicismo es la contracción de “electronic sports”, es decir, deportes electrónicos, y no hace referencia a otra cosa que a los videojuegos cuando se participa de forma competitiva. Porque, al igual que ocurrió con sus hermanos del mundo “real” hace más de un siglo, el software de entretenimiento al principio se concebía como puro ocio en el ámbito doméstico, pero su cada vez mayor popularidad ha hecho que surjan todo tipo de ligas y torneos organizados, con profesionales dedicados en exclusiva y muy bien pagados.

Pero ¿hasta qué punto son equiparables los eSports con los deportes “tradicionales”? ¿Tiene sentido estirar la definición del diccionario, que recalca el carácter de “actividad física”, para incluir en el mundo del deporte el manejo de mandos, botones y pantallas? Sobre la controversia que se genera al respecto se ha pronunciado ni más ni menos que el Comité Olímpico Internacional, probablemente el organismo más importante del deporte a nivel mundial. Y ha despejado muchas dudas al insinuar que está dispuesto a aceptarlos e integrarlos en su seno.

Así lo ha reconocido Thomas Bach, ni más ni menos que el presidente de la institución, en declaraciones a medios de comunicación de China. Sería parte de la estrategia de acercamiento a las generaciones más jóvenes, los llamados millenials, que son en general los más interesados en los eSports. No hay que olvidar que se trata de un negocio que mueve cantidades enormes de usuarios y de dinero: se estima que en 2019 habrá 215 millones de jugadores y se facturarán 1.100 millones de dólares en todo el mundo.

Eso sí, con matices. Bach ha especificado que “hay que trazar un límite claro” para continuar promoviendo valores fundamentales del olimpismo como “la no discriminación, la no violencia y la paz entre los pueblos”, por lo que se descarta todo videojuego que contenga elementos como explosiones y muertes. En la práctica los favoritos para pasar a formar parte del programa olímpico serían los que replican en la pantalla deportes “reales” como fútbol o baloncesto. También es precisa una mayor regulación en el ámbito de los eSports en materias como una reglamentación estandarizada, el comportamiento de los competidores con sus rivales o incluso la lucha contra el dopaje; esto probablemente requeriría la creación de algún tipo de federación internacional, ya que, como recuerda el propio presidente, “es una industria con mucho éxito, pero todavía no está realmente organizada”. Desde 2016 existe la World eSports Association (WESA), aunque todavía no tiene reconocimiento generalizado.

Por ese motivo no se han dado plazos concretos, si bien los más optimistas ya hablan de incluirlos en París 2024. De momento, habrá eSports en acontecimientos como los Juegos Asiáticos de 2018, que se celebrarán en Indonesia, aunque por ahora como deporte de exhibición. La veda está abierta y es solo cuestión de tiempo que gimnastas, atletas y nadadores compartan villa olímpica con los reyes de la consola.

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