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Algunos nostágicos, flores y banderas en el cementerio del dictador Franco

Madrid, 24 oct (EFE).- El cementerio madrileño donde hace un año fueron reinhumados los restos del dictador Francisco Franco ha cambiado poco desde entonces. Algo más concurrido, los fines de semana lo visitan nostálgicos de su régimen con ofrendas simbólicas, algunos curiosos y nunca faltan los ciclistas que se fotografían en el lugar.

Mingorrubio, una zona tranquila de Madrid, perteneciente al barrio (casi pueblo) de El Pardo, se vio alterada el 24 de octubre de 2019 con el polémico traslado de Franco a su pequeño cementerio desde el Valle de los Caídos.

Este monumento es una abadía benedictina a 50 kilómetros de Madrid que él mismo mandó construir tras las Guerra Civil (1936-1939), y donde fue enterrado cuando murió, en 1975.

Exhumarlo fue una decisión del presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, que originó una gran controversia y fue objeto de varios recursos ante la Justicia, principalmente de los nietos del dictador, sus parientes vivos más cercanos. Finalmente, el Tribunal Supremo avaló que fuera llevado a otro lugar.

FLORES Y BANDERAS DE ESPAÑA

Desde el 24 de octubre de 2019, yace junto a su mujer, Carmen Polo, en la cripta del pequeño templo situado al entrar en el camposanto de Mingorrubio a mano izquierda.

Sus barrotes están ahora llenos de banderas de España, fotos de Franco, imágenes de la Virgen, cirios, textos como el "Credo legionario", flores rojigualdas y emblemas militares, de la Policía Nacional y la Guardia Civil que van dejando los que lo visitan.

Cuenta un operario del cementerio a Efe que son muchos los ciclistas que frecuentan la zona y que también algún nostálgico de la dictadura franquista canta el "Cara al sol", el himno de la Falange (partido único del régimen, de inspiracción fascista) o toca la trompeta, e incluso se celebró misa en alguna ocasión terminado el confinamiento domiciliario obligatorio de la primavera pasada debido a la epidemia de covid-19, pero todo sin incidentes, aclara.

Todos los homenajes tienen que ser fuera del edificio, cerrado a cal y canto desde hace doce meses y que solo puede visitar la familia del dictador, previo aviso de 48 horas.

Únicamente sus nietos pueden acceder a la cripta donde reposan los restos, construida en 1969, de interior austero y con la inscripción en el techo "Yo soy el Alfa y la Omega", en alusión a Dios.

(c) Agencia EFE