Jorge Castañeda, el hombre que quiso ser presidente de México y en su lugar logró un cambio radical

“Los candidatos de los partidos podrán formular propuestas más o menos interesantes, imaginativas y pertinentes, pero por definición no podrán abanderar una agenda ciudadana centrada en el combate a la impunidad, a la corrupción y a las violaciones a los derechos humanos”.

¡Sopas!

¿Sabe usted quién es el autor de la frase que acaba de leer?

… Pues nada más y nada menos que el flamante Coordinador estratégico de la campaña del PAN a la presidencia de la república; digo, usted perdone, de la Alianza Por México al Frente, que ha formado ese partido con el PRD y con MC: Jorge Castañeda.

Atención, esa frase suya es tanto como asegurar que ser candidato partidista es igual a consentir la impunidad, la corrupción y las violaciones a los derechos humanos.

¿Y su postura proindependiente?

Nos habíamos quedado en un Jorge Castañeda aspirante pionero a la presidencia de la república por la vía independiente, sí: luchó denodadamente por obtener para él una candidatura sin estar atado a la losa impopular de la infraestructura partidaria, que en sus tesis resulta ser –como se citó arriba- el mal en persona…

No fue una lucha estéril, al cerrarle toda instancia en México el acceso a esa candidatura, nuestro personaje elevó su caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la cual falló a su favor.

De manera que entre las muchas cosas de las que sí puede enorgullecerse está la de haber vencido en las cortes internacionales al Estado mexicano.

Así, abrió camino para ese tipo de candidaturas que buscan el voto ciudadano liberando al elector del aparato partidista. Varias de ellas han triunfado y existe al menos una que no ha defraudado la confianza, y que va –incluso- al alza.

Una vez más: Jorge Castañeda es abanderado inequívoco de esa vía. Él mismo lo dijo de esta forma: “(…) gane o pierda con un caudal de votos significativo, una candidatura independiente puede sacudir a la clase política, estremecer a la partidocracia, obligar a una reforma político-electoral y a reconfigurar el sistema de partidos, y devolverle confianza a la población en las elecciones, en las
instituciones y en la política en general”.

¿Entonces, qué pasó?

Con tales antecedentes, uno clama: ¿qué pasó con esa independencia, doctor?

Una de dos:

Una. Como dijo el que pidió a su esposa el divorcio: “es que uno cambia”; u

Otra. Es que con el abanderado de la Alianza Por México al Frente, Ricardo Anaya, hay grandes coincidencias.

Ricardo Anaya y Jorge Castañeda, ahora coincidentes

Dice Castañeda que Anaya suscribe una antigua propuesta suya: buscar un régimen de coalición, concentrar en un solo gobierno una pluralidad de expresiones políticas.

Por otra parte, hemos visto que tanto el candidato como el hoy designado estratega comparten una causa: enjuiciar al presidente de la república, creando una comisión de la verdad –según ha planteado el politólogo-.

En efecto, hay que reconocer que desde antes escribió el internacionalista: “(…) la mancuerna mortal de corrupción y violaciones a los derechos humanos, unida por el pecado mayor de la impunidad, hundió al sexenio de Peña Nieto”.

Apunte final

Jorge Castañeda: poseedor (como escribió acerca de él Miguel Ángel Granados Chapa) de una esmerada educación; excomunista; promotor de cambios políticos –como el castigo para quien no vote-; contradictorio, pero dueño –sin duda- de una precisión y elocuencia que lo hacen parecer –tal vez por lo mismo- terrible.

Curiosidades

-La maestra más famosa de México fue la casera de Jorge Castañeda, en Polanco.

-Así como los dos Manuel Tello, dos Jorge Castañeda, padre e hijo, han sido cancilleres mexicanos. El progenitor de nuestro personaje lo fue en el gobierno de José López Portillo.

-Una anécdota pinta al congruente diplomático Jorge Castañeda padre: cuando López Portillo nacionalizó la banca, anunció la aventurada decisión antes a su gabinete. Todos los integrantes se levantaron y aplaudieron… excepto el canciller.

hectorosoriolugo2013@yahoo.com.mx