Anuncios
Elecciones México 2024:

Cobertura Especial | LO ÚLTIMO

No puede pagar el IVA de su silla de ruedas y le quieren embargar la casa a cambio

María Luz Pierantoni tiene 18 años, sufre distrofia muscular congénita por déficit total de merosina y tiene doble nacionalidad, chilena e italiana. Desde hace siete años utiliza una silla de ruedas eléctrica que le fue enviada por la Sanidad de Italia de manera gratuita a Chile, donde vive. Por ella se le exige un IVA que no puede pagar y por culpa del cual les han dado un aviso de embargo sobre su casa.

María Luz Pierantoni ha contado su historia en Facebook. En 2011 el Gobierno italiano le mandó gratis una silla de ruedas eléctrica por la que Chile, país en el que vive, le pide un IVA que no pueden pagar. Ahora les quieren embargar la casa a cambio. (Foto: Perfil de Facebook de María Luz Pierantoni)
María Luz Pierantoni ha contado su historia en Facebook. En 2011 el Gobierno italiano le mandó gratis una silla de ruedas eléctrica por la que Chile, país en el que vive, le pide un IVA que no pueden pagar. Ahora les quieren embargar la casa a cambio. (Foto: Perfil de Facebook de María Luz Pierantoni)

El jueves pasado sonó el teléfono en casa de los Pierantoni. La llamada era para comunicarles que les iban a embargar su vivienda por no haber pagado el IVA de la silla recibida por su hija en 2011 de manera gratuita y enviada desde Italia. Con la preocupación ante el embargo y la sensación de estar viviendo una injusticia, María Luz decidió contar su caso en Facebook y explicar el calvario en el que lleva inmersa su familia desde hace siete años.

Cuenta en su post, que se ha vuelto viral con más de 4.300 comentarios, que su enfermedad le impide caminar y valerse por sí misma, pero que gracias al esfuerzo de sus padres puede estudiar y seguir adelante. Explica también que tiene “la suerte de tener la nacionalidad italiana y gracias a eso puedo acceder a los beneficios de salud gratuita de ese país tales como sillas de ruedas, consultas médicas, cirugías etc.”. Esto se debe a que su padre es italiano.

Esa ‘suerte’, como ella la define, le sirvió para conseguir una silla de ruedas eléctrica que el Gobierno italiano le envió por correo a Chile en 2011. Cuando recibieron el paquete, las autoridades les comunicaron que debían abonar una cantidad bastante elevada que ella no especifica en concepto de impuestos de aduana e IVA. No podían hacer frente al pago y, además, les parecía injusto. Más aún cuando la silla se la habían proporcionado de manera gratuita, algo en lo que insiste la joven. Así que reclamaron.

Llegaron, como explica, a dirigirse a la entonces y actual primera dama, Cecilia Morel, quien nos derivó al Ministerio de Hacienda el cual aclaró que no debíamos pagar impuesto sino solo IVA”. Para poder hacerlo, continua en su post, “es necesario que Aduana realice el trámite oficial de importación de la silla, el cual por una serie de trancas burocráticas que han puesto, lleva meses estancado, por lo que aunque mi padre quisiera, no se le permite hacerlo”.

Es decir, que aunque pudieran hacer frente a la cantidad que se les exigen, no podrían pagarlo porque el trámite necesario para ello no está habilitado. Así estaban las cosas, a la espera de acontecimientos, hasta que el jueves recibieron “una llamada en la que se nos comunicaba que ya no podían seguir esperándonos e iban a proceder a embargarnos nuestra casa”.

La indignación de Pierantoni estalla llegados a este punto de la narración de los hechos. “¿Creen ustedes que es JUSTO que el Estado de Chile, habiendo condonado deudas a grandes empresas, cobre impuestos por una ayuda que otro país le da a un chileno por una necesidad de salud que Chile debería ser capaz de suplir? No me mandaron de Italia un auto ni una cartera, NO ME MANDARON UN LUJO: me mandaron una SILLA DE RUEDAS, ¿es tan difícil de comprender para las autoridades?”, se pregunta.

Por eso pidió, cuando publicó su historia el viernes, “una solución justa ahora”. Recrimina a las autoridades que se hable de inclusión y solidaridad y que sea “el propio estado de mi país quien me está perjudicando”. Su historia ha alcanzado tal repercusión en Chile que el empresario y filántropo conocido del país, Leonardo Farkas, como recoge 24 Horas, se ha interesado por su caso y quiere donarle 2 millones de pesos (algo menos de 2.600 euros al cambio).