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Los trabajadores de Nissan protestan contra el cierre de la planta de Barcelona

El logo de Nissan se ve a través de una valla en la Zona Franca en Barcelona, España, el 26 de mayo de 2020. REUTERS/ Albert Gea

BARCELONA, 28 may (Reuters) - Cientos de trabajadores de Nissan Motors Co quemaban pilas de neumáticos al grito de "guerra" el jueves frente a la planta del grupo en Barcelona, después de que el fabricante japonés anunciara su cierre a partir de diciembre como parte de su plan de reestructuración mundial para reducir costes.

La decisión supone un mazazo para la economía española, en un momento de aumento del desempleo y de creciente amenaza de una recesión por causa de la crisis del coronavirus, ante lo que el principal partido de la oposición, el Partido Popular, acusó a la coalición de Gobierno de izquierdas de haber fallado a los trabajadores de Nissan.

El Gobierno español, que tras reunirse con representantes de la alianza Renault-Nissan dijo en enero que los puestos de trabajo en la planta barcelonesa estaban "garantizados", lamentó la decisión e instó a Nissan a barajar otras opciones para la fábrica.

En una entrevista con Reuters, la ministra española de Exteriores, Arancha González Laya, dijo que hará todo lo que esté en su mano para convencer a Nissan de que de marcha atrás.

La canciller dijo también que estaba a la espera de la decisión que tome Renault, socio principal de la japonesa, sobre sus plantas españolas y que esperaba convencer al fabricante francés para que siga apostando por el país.

El cierre de la principal fábrica de Nissan y de otras dos plantas auxiliares en las inmediaciones de la ciudad condal pone de manifiesto las dificultades a las que han de hacer frente los fabricantes de coches, en un momento en el que tratan de reducir costes y resucitar la demanda tras la crisis mundial.

Nissan dijo que recortará su capacidad de producción en una quinta parte para ayudar a recortar sus costes fijos en 300.000 millones de yenes (2.800 millones de dólares), en línea con su plan de reducir su tamaño y mejorar su eficiencia tras publicar sus primeras pérdidas en 11 años.

Sin embargo, el presidente de Nissan para Europa, Gianluca de Ficchy, dijo a la prensa que la planta tenía un bajo índice de uso y que la producción no habría mejorado con el montaje de nuevos modelos.

"No había una solución viable para el futuro de la fábrica de Barcelona", dijo a la prensa, añadiendo que las dos plantas de Nissan en el norte de España seguirán operando.

De Ficchy declinó hacer estimaciones sobre el coste del cierre en Barcelona, si bien el sindicato Comisiones Obreras dijo en un comunicado que podría ascender a más de 1.000 millones de euros.

El consejero delegado de Nissan, Makoto Uchida, dijo a la prensa en Japón que la empresa discutirá la situación con el Gobierno de España, si bien no aportó más detalles.

El complejo industrial de Nissan en Barcelona emplea a 3.000 personas y su cierre podría afectar de forma indirecta a otros 25.000 puestos de trabajo, según fuentes sindicales.

La industria del automóvil representa el 10% del producto interior bruto de España, según la patronal de fabricantes ANFAC.

EN HUELGA Unos mil trabajadores enmascarados bloquearon el área que rodea la planta de Nissan en Barcelona el jueves, primero con una procesión de vehículos, después quemando una pila de neumáticos a su entrada y finalmente cortando una carretera central y una avenida.

El cierre le costaría a Nissan hasta 1.000 millones de euros (1.100 millones de dólares), según dijo el Gobierno en un comunicado, argumentando que invertir en la fábrica sería una alternativa más barata para el gigante japonés.

Los socios de la alianza automovilística Nissan, Renault y Mitsubishi Motors dijeron el miércoles que estaban reorganizando su producción a nivel mundial para ahorrar costes y ser más eficientes.

Renault, que ahora dirigirá la alianza en Europa, tiene dos fábricas en España.

Un portavoz de Renault en España declinó comentar la posibilidad de realizar recortes de plantilla en sus fábricas y dijo que daría detalles sobre el futuro de sus operaciones en una reunión informativa el viernes.

Pablo Casado, líder del principal partido conservador de la oposición, el Partido Popular, culpó al Gobierno del cierre de la planta: "La demonización de la izquierda a la industria del motor tiene nefastas consecuencias para nuestra economía y empleo", escribió en su cuenta en la red social Twitter.

La planta de Barcelona, que funciona desde los años ochenta, produce principalmente furgonetas eléctricas y pickups, siendo la principal planta europea de Nissan tras la del norte de Inglaterra.

Los trabajadores llevan en huelga desde principios de mayo, organizando protestas después de que Nissan reanudara tan sólo parcialmente la producción tras un paro temporal debido al coronavirus.

Los principales sindicatos de trabajadores españoles mostraron su profundo descontento con la decisión de Nissan.

Comisiones Obreras (CCOO) cuestionó en un comunicado el valor estratégico de reducir el aparato productivo en Europa de la alianza de Nissan con Renault y Mitsubishi.

El sindicato denunció el supuesto incumplimiento por parte del fabricante Japonés de los pactos alcanzados con trabajadores e instituciones, ya que con anterioridad se había acordado la prejubilación de 600 empleados en el marco de reestructuración del grupo y la obtención de ayudas institucionales para fabricar un nuevo modelo eléctrico en Barcelona.

Por su parte, la Unión General de Trabajadores (UGT) acusó a la dirección de Nissan de haber manipulado a los representantes de los más de 3.000 trabajadores con los que cuenta en Barcelona, ya que con anterioridad habría ofrecido la posiblidad de un plan industrial de continuidad en España que finalmente no llegó a producirse.

"La viabilidad de Nissan es todavía posible con voluntad de las partes y una inversión inferior a lo que supondrá el coste del cierre", dijo en un comunicado publicado en la página web de UGT FICA su secretario general, Pedro Hojas, quien exigió al Ministerio de Industria español que lidere la reactivación de la industria nacional.

"Lo que ha pasado hoy en Nissan no es un hecho aislado (...) está ocurriendo en otras muchas empresas de otros sectores, y es consecuencia de tantos años de inexistencia de una política industrial dirigida a reindustrializar el país para dar a la economía española la solidez necesaria para afrontar retos como los actuales", dijo.

(1 dólar = 0,9079 euros)

(Información de Joan Faus y Luis Felipe Castilleja desde Barcelona e Inti Landauro desde Madrid; información adicional de Emma Pinedo, Naomi Tajitsu, Jordi Rubio, Nathan Allen y Belén Carreño; editado por Ingrid Melander y David Clarke; escrito en español por Darío Fernández)