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Las algas tiñen de rosa los Alpes, provocando preocupación científica

El responsable del color rosa de la nieve es el caroteno, pigmento provocado por ciertas algas de la división Chlorophyta como las <i>Chlamydomonas nivalis</i>.  (Imagen CC vista en Flickr / crédito Dick Culbert).
El responsable del color rosa de la nieve es el caroteno, pigmento provocado por ciertas algas de la división Chlorophyta como las Chlamydomonas nivalis. (Imagen CC vista en Flickr / crédito Dick Culbert).

Los científicos expertos en ciencias planetarias, y los climatólogos, manejan un concepto llamado “albedo” que hace referencia al índice de refracción que una superficie concreta muestra frente a la radiación solar. Así, las grandes superficies heladas de polos y glaciares (con su característico color blanco) y los grandes desiertos arenosos como el Sáhara, reflejarán al espacio buena parte de la radiación UV que reciben (más del 80% en el caso del hielo). Por el contrario, las zonas más oscuras de la Tierra (selvas, océanos, etc.) absorberán mucha más radiación.

En el fondo no hace falta ser científico para conocer las ventajas de lucir colores claros, o de encalar las casas hasta que queden de un blanco inmaculado, para combatir el calor. Hace milenios que lo sabemos ¿verdad?

¿Entonces qué sucede si por ejemplo alguien (o algo) pinta la nieve de un color diferente al blanco? Pues que este cambio en su albedo atraerá mayor radiación sobre la nieve, acelerando su deshielo.

Normalmente los humanos somos los principales sospechosos del calentamiento global, pero en ocasiones contamos con “cómplices” inesperados, que ayudan aún más a desestabilizar el clima. Pensemos por ejemplo en un alga extremófila como la Chlamydomonas nivalis, capaz de vivir en la superficie de los neveros situados en las zonas alpinas y polares de todo el planeta. Cuando la ocasión es propicia y el nivel de agua líquida aumenta, estas pequeñas algas unicelulares prosperan formando colonias sobre la nieve, en las que el rosa de los carotenos que producen (sí, el mismo pigmento que da a las zanahorias su típico color naranja) forma parches vistosos.

Ver a estas algas coloridas tiñiendo la nieve puede ser una experiencia estética remarcable, pero sin duda implica malas noticias para el hielo, que se derretirá más rápido, formando balsas de agua en las que el alga prosperará aún más. El típico círculo vicioso, vamos.

A comienzos de este año, un enorme afloramiento de estas algas alrededor de una base ucraniana en la Antártida dejó imágenes realmente llamativas de la así llamada “nieve sandía”. Ahora el fenómeno nos toca más de cerca, ya que glaciólogos italianos han encontrado parches de nieve rosa en los Alpes. El hallazgo tuvo lugar concretamente en el glaciar Presena, situado entre Trentino Alto Adigio y Lombardía. Este glaciar, que lleva perdido un tercio de su volumen desde 1993, es noticia desde hace años por una iniciativa curiosa destinada a proteger sus neveros: cubren sus laderas con lonas blancas durante el verano para impedir el deshielo. ¿Veis lo importante que es reducir el albedo?

¿La responsable de estas manchas rosas es también la Chlamydomonas nivalis? Pues parece ser que no. En esta ocasión el fenómeno se podría deber a otra planta bien conocida llamada Ancylonema nordenskioeldii. Esta alga de agua dulce está presente en la llamada “zona oscura” de Groenlandia, un lugar en el que el deshielo se está acelerando. Ambas especies (pertenecientes a la división Chlorophyta) suelen ser dominantes en entornos alpinos.

Según el investigador Biagio Di Mauro, del Instituto de Ciencias Polares (dependiente del Consejo Nacional de Investigación italiano) no resulta inusual encontrar estas algas en los Alpes durante la primavera y el verano, sin embargo de un tiempo a esta parte se le está prestando más atención al fenómeno, puesto que está sucediendo con más frecuencia. Esto sin duda es una prueba más de ese hecho innegable al que llamamos calentamiento global. Tal y como explicó el profesor Di Mauro, la escasez de precipitaciones durante el 2020, sumado al alza en las temperaturas medias, ha facilitado el crecimiento de estas algas.

Me enteré leyendo The Guardian.

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