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El cambio de Nicolas Cage: ahora puede aceptar chistes sobre él mismo

Nicolas Cage reflejado en los espejos del baño del hotel Park Lane en Nueva York, el 9 de abril de 2022. (Sinna Nasseri/The New York Times)
Nicolas Cage reflejado en los espejos del baño del hotel Park Lane en Nueva York, el 9 de abril de 2022. (Sinna Nasseri/The New York Times)

Hace 32 años, Nicolas Cage llegó al plató de un programa de entrevistas británico para promocionar su película “Corazón salvaje”. Después de hacer una voltereta y varios movimientos de kung-fu, se quitó la camiseta, se la lanzó al sorprendido presentador y se volvió a poner la chaqueta de cuero sobre el pecho desnudo antes de continuar con la entrevista.

“Me la voy a pasar genial”, declaró.

Los admiradores que apreciaron esa versión de Cage —la que al parecer no puede esperar a prenderle fuego a algo— se emocionarán tras saber que la resucita en su película más reciente, “El peso del talento”. En el filme, que se estrena el viernes, interpreta a Nick Cage, una versión endeudada y emocionalmente torturada de su yo contemporáneo, pero también interpreta a Nicky Cage, una réplica odiosa y arrebatada de la edad de su antiguo yo.

La película comienza cuando el Cage actual, en la ruina y amargado, acepta un trato de un millón de dólares para viajar a Mallorca y aparecer en la fiesta de cumpleaños de un admirador adinerado llamado Javi (Pedro Pascal) que podría ser un capo de la droga. Javi quiere que Cage colabore en una película y se drogue con él; la CIA quiere que Cage se infiltre en lo que cree que es la red de narcotráfico de Javi y ayude a rescatar a la hija de un político español que ha sido secuestrada. Cage solo quiere beber y estar en el fondo de la piscina. La película es un metacomentario sobre hacer cine, sobre el paso del tiempo y sobre el propio actor, ya que sus yos pasado y presente discuten sobre quién es realmente.

Fue idea de Cage basar a Nicky Cage en la persona que era durante aquella aparición en televisión. “En ese momento, pensé que era divertido, vergonzoso y arrogante”, comentó durante una entrevista este mes.

"Muchas cosas que no haría"

Estábamos sentados en una suite vacía del hotel Park Lane de Nueva York. Cage había volado desde Nueva Orleans y solo había dormido unas cuantas horas. “Desde luego, no volvería a hacer algo así”, dijo sobre sus payasadas de 1990.

Hay muchas cosas que ya no haría, afirmó, ahora que tiene 58 años; ahora que ha ganado un premio de la academia (por “Adiós a Las Vegas”, en 1996); ahora que ha hecho más de cien películas; ahora que ha tenido cinco esposas y dos hijos, con un tercero en camino; ahora que sabe lo que siente por sí mismo y por su carrera.

Nicolas Cage en el hotel Park Lane de Nueva York, el 9 de abril de 2022. (Sinna Nasseri/The New York Times)
Nicolas Cage en el hotel Park Lane de Nueva York, el 9 de abril de 2022. (Sinna Nasseri/The New York Times)

Por ejemplo, una de las cosas de las que se arrepiente es su decisión de adoptar la actuación del método y comerse una cucaracha viva durante el rodaje de la película de 1988 “El beso del vampiro”.

“Todavía me siento mal por la cucaracha”, dijo. “No puedo evitarlo. Empiezas a intentar averiguar qué pasa por su cabeza”.

El Cage de hoy es comedido, cortés, reflexivo y discursivo.

Aunque a menudo usa chaquetas brillantes o con texturas interesantes en tejidos exóticos; para la entrevista, Cage vestía con sobriedad, con un sencillo traje gris. Tiene un estilo de conversación inexpresivo y un acento nasal inmediatamente identificable, pero si cierras los ojos y escuchas un rato, te das cuenta de que a veces suena como Owen Wilson.

La idea de que Cage se interpretara a sí mismo en una película sobre sí mismo fue del director, Tom Gormican. Cage rechazó en repetidas ocasiones la premisa hasta que Gormican le escribió una carta en la que esbozaba su visión.

"Celebración"

“Necesitaba entender cuáles eran nuestras intenciones, que intentábamos que fuera una celebración de su carrera”, dijo Gormican.

Gormican también planteó la película como una forma de que Cage tomara el control de su propia reputación, alimentada por una explosión de recopilaciones en YouTube que muestran al actor siendo totalmente Cage en varias películas. (Las recopilaciones tienen títulos como “Montaje de momentos en que Nicolas Cage enloquece en sus películas”). “Si tu identidad es objeto de análisis público 24 horas al día en las redes sociales, esta es una oportunidad para apoderarte de la narrativa y jugar con ella en el lienzo de una película, como una pieza de arte performativo”, explicó Gormican.

Los Cageofílicos encontrarán en la película muchos chistes locales: homenajes a “Contracara”, “Adiós a Las Vegas” e incluso a la clásica escena “¡Las abejas no!” de “El culto siniestro”. Pero los personajes de la película también abordan de frente cuestiones como si Cage ha diluido su atractivo al aparecer en demasiadas películas, si sus personajes gritan demasiado o si algunas de sus obras recientes son tan autorreferenciales a sus trabajos anteriores como para acercarse a la parodia.

“Cuando estás escribiendo esas escenas, son divertidas y, cuando se las das a Nick, estás muy nervioso”, afirmó Gormican, que escribió el guion con Kevin Etten. “Hablar de los problemas financieros del pasado o de dónde estás en tu carrera te deja tremendamente vulnerable”.

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Cage, que por fin ha saldado sus deudas y le pagó a las autoridades fiscales, se resiste a la idea de que alguna vez haya aceptado un papel con fines cínicos o haya trabajado a un nivel inferior al 100 por ciento. No es una opinión generalizada. Por ejemplo, “La última profecía” (2014) obtuvo una calificación de cero por ciento en Rotten Tomatoes. “Con un rostro tieso que distrae y con un casco de cabello oscuro falso, parece que lo agregaron con Photoshop a la película”, escribió Christy Lemire, de RogerEbert.com, sobre la actuación de Cage.

Cage reconoció que no todo le funcionaba bien, pero dijo que cada película que hacía siempre tenía al menos una escena o un elemento del que podía sentirse orgulloso. “Quiero dejar constancia de algo”, señaló. “Independientemente de esa percepción o aura que haya tomado internet o ciertos organismos críticos de los medios de comunicación, hay un hecho real, según mi opinión: todo lo que tuve que hacer para salir de mis deudas, lo hice con el mismo nivel de compromiso que siempre tuve”.

Y continuó: “Me atengo al trabajo y, aunque en esta película nos burlamos de mi carrera, diciéndome cosas como: ‘¿Qué te pasó?’, la verdad es que pude interpretar a ‘Nick Cage’ de la manera en que lo hice porque nunca he dejado de trabajar. Seguí practicando y perfeccionando mi arte. Ahora me siento más cerca de mi musa y de mi instrumento que nunca”.

En un chiste recurrente en la película, la gente le sigue diciendo a Cage que “regresó”. Él siempre responde: “Nunca me fui a ninguna parte”.

© 2022 The New York Times Company

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