Anuncios
Elecciones México 2024:

Cobertura Especial | LO ÚLTIMO

Netflix: La vigilante, una poderosa película sobre violencia doméstica con una gran actuación de Olivia Wilde

Wilde, protagonista excluyente de este apabullante drama
Archivo

La vigilante (A Vigilante, Estados Unidos/2018). Dirección y guion: Sarah Daggar-Nickson. Fotografía: Alan McIntyre Smith. Edición: Ben Baudhuin y Matthew C. Hart. Elenco: Olivia Wilde, Morgan Spector, Judy Marte, Tonye Patano. Duración: 90 minutos. Disponible en: Netflix. Nuestra opinión: buena.

Para su ópera prima, la realizadora Sarah Daggar-Nickson se metió de lleno en un tópico áspero que, en las manos equivocadas, puede ser un arma de doble filo. La directora estrenó La vigilante en 2018 en el festival South by Southwest, y este mes Netflix incorporó la película a su catálogo. Protagonizada por Olivia Wilde en una indeleble actuación de muchas capas, se trata de un film que excede lo que vemos en esa primera secuencia en la que Sadie (Wilde) golpea y amenaza a un hombre si no se aleja definitivamente de la vida de su esposa, abandona la casa, y le asegura una estabilidad económica antes de irse. Sí, efectivamente estamos ante una vigilante que tiene que proteger a esa mujer vulnerable, pero el drama de Daggar-Nickson (quien también escribió el guion) no es solo el relato de una justiciera.

Netflix: los estrenos de películas en junio de 2021

En consecuencia, la primera escena es apenas una muestra de quién es Sadie, de cómo fue su vida hasta llegar a ese momento, y de por qué decidió adentrarse en hogares quebrados por la violencia doméstica, ejercida especialmente en mujeres y niños. Por lo tanto, la película se mueve en varias líneas temporales y, en ese aspecto, no subestima nunca al espectador, quien va observando cada etapa en la vida de una mujer totalmente rota, quien un día elige combatir el duelo personal que atraviesa (completamente desgarrador y enfocado sin golpes bajos, como la mayoría de las secuencias del film) ayudando a otras víctimas a salir de esas prisiones personales.

La vigilante se encuentra disponible en Netflix
Archivo


La vigilante se encuentra disponible en Netflix (Archivo/)

Lo admirable de La vigilante es que no se queda en la superficie de todo lo que puede suscitarse puertas adentro, pero tampoco necesita retratarlo de manera gráfica. Su punto más fuerte es esa mezcla de sutileza y sensibilidad a la hora de contar la historia de un niño maltratado a quien Sadie aconseja y tranquiliza con las palabras precisas; o al mostrar cómo es la cotidianidad de una mujer sobre quien también se ejerce violencia económica, una de las razones por las cuales se le dificulta tanto pedir ayuda. Las aristas son múltiples y su directora las narra con sobriedad y respeto.

Con dirección de fotografía de Alan McIntyre Smith, La vigilante es profundamente sombría, gris, opaca, en la que solo ingresa la luz cuando las víctimas se reúnen en un grupo de autoayuda en el que Sadie apenas participa. Cuando lo hace, el impacto de sus palabras resuena, moviliza, inquieta. Antes de escribir el guion, Daggar-Nickson tuvo extensas conversaciones con mujeres víctimas de violencia, y muchas de ellas aparecen en su ópera prima, que ciertamente tiene un abordaje similar al cine documental, al menos antes de su último acto, en el que se erige como una película de supervivencia más cercana a un thriller que a un drama intimista. Afortunadamente, sobre el final se vuelve al interesante camino que su realizadora supo trazar, y a su objetivo primordial.

Sadie, quien pasa de la implosión a gritos catárticos en cuestión de minutos, no tiene todos los medios para poder asegurarles a las víctimas que acuden a ella -el cómo la encuentran aquí es irrelevante, y las conversaciones son equivalentes a la acción- que las salvará en cada aspecto de sus vidas. De todas formas, dentro de sus posibilidades, escucha y orquesta escenarios para que logren vislumbrar un futuro y, sobre todo, les pide que si conocen a otras víctimas no dejen de contactarla. Esos puentes que construye desde el dolor son tan relevantes como tristemente atemporales, y por eso La vigilante, además de estar muy bien lograda, es una película necesaria.