Netflix tiene una genialidad histórica para reírse a carcajada limpia

Diane Morgan como Philomena Cunk para 'La Tierra según Philomena Cunk'. Fotografía por Jonathan Browning (cortesía de Netflix)
Diane Morgan como Philomena Cunk para 'La Tierra según Philomena Cunk'. Fotografía por Jonathan Browning (cortesía de Netflix)

Entre la marea constante de producciones que estrena Netflix a veces aparece una genialidad inesperada. Hablo de propuestas originales que aportan algo completamente diferente a un catálogo que cada semana renueva nuestro interés con otra serie adolescente, thriller o true crime. Fue el caso de Supongamos que Nueva York es una ciudad, la soberbia serie sobre la gran amiga de Martin Scorsese, Fran Lebowitz, repasando sus opiniones ácidas sobre el mundo y la vida. O Stutz, el interesante documental de Jonah Hill dedicado a su psiquiatra. Y ahora es el turno de La tierra según Philomena Cunk, un falso documental de cinco episodios para reírse a carcajada limpia.

Se trata de un mockumentary (como REC, Borat, The Office o American Vandal) que repasa la historia de la humanidad a través de capítulos de menos de media hora. Desde la invención del fuego, la rueda y las pinturas rupestres, a las primeras civilizaciones, la creación de religiones, la Edad Media, guerras, avances industriales y la modernidad que nos rodea. Pero contado desde un tono humorístico singular, donde la estupidez, el disparate y la ironía cumplen un rol esencial.

Para quien no la conozca -que sospecho que somos todos en Latinoamérica- Philomena Cunk es un personaje interpretado por la comediante inglesa Diane Morgan (también conocida por interpretar a Kath en After Life), muy conocido en Gran Bretaña por haber aparecido en un programa cultural del canal BBC Two que repasaba la actualidad desde el humor. Weekly Wipe (2013-2015) fue creado y protagonizado por Charlie Brooker, el creador de Black Mirror, mientras Philomena fue ganando notoriedad como una periodista mal informada y torpe. En la última década tuvo sus propios especiales para la BBC, repasando la historia de Inglaterra, temas de enciclopedia o la pandemia de Covid-19 con vídeos que circulan con éxito por YouTube y Tik Tok. Sin embargo, solo los británicos podían reírse con ella en televisión… hasta ahora.

A lo largo de los cinco episodios el personaje entrevista a historiadores, profesores y especialistas en las diferentes etapas de la humanidad, manteniendo la compostura ante las preguntas estúpidas o sinsentido que les plantea Philomena. Siguiendo el estilo británico de los reportajes televisivos de la BBC, con el mismo tono serio y estilo cercano de un periodista hablando y caminando hacia la cámara, Philomena transmite la misma imagen de seriedad pero con frases, comentarios y fallos que rompen todos los esquemas.

Al tratarse del clásico humor británico, donde la ironía lidera el tono de la gracia, es probable que al principio no provoque la risa fácil. Sin embargo, a medida que vas descubriendo a Philomena y sigues su relato documental, te va conquistando con su estupidez engreída, dejando a Borat literalmente por los suelos.

Además de definir a Albert Einstein como el “modelo profesional de lengua” (por estar junto a la clásica foto del físico) o que creemos que los primeros seres humanos eran “tontos por tener las cejas grandes y decir ‘ag’”, Philomena va hilando su tono humorístico con frases rápidas que vas cazando al vuelo, provocando una risa tras otra mientras mantiene la seriedad periodística y los entrevistados le siguen el juego.

Por ejemplo, cuando dice que la radioactividad es invisible como los chacras, esos que “afectan la forman de digerir el gluten”, o al repasar la guerra civil estadounidense y los horrores de la esclavitud, Philomena explica con acidez social: “tras meditar bien acerca del tema, la gente del norte hizo un horrible descubrimiento: que dentro de cada esclavo había un ser humano de verdad. El norte le preguntó al sur en qué clase de país quería vivir: uno donde los blancos vivieran de otras razas mientras las trataban como inferiores o uno donde pretendían no hacerlo”.

Nadie va a aprender historia de la mano de este falso documental, pero sí podemos repasarla riéndonos un episodio tras otro. La tierra según Philomena Cunk funciona sin abusar del estilo, el humor o la ironía, siendo consistente y breve. Por momentos las bromas pueden resultar demasiado simples, por otros nos obliga a hacer pausa para saborearlas un rato, pero nunca decae. De esta manera, Diane Morgan consigue hacer de Philomena un personaje real, carismático e irresistible, abriéndose al mundo de la mano de Netflix con un formato que nos deja pidiendo más. Altamente recomendable.

La tierra según Philomena Cunk ya está disponible en Netflix.

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