Los nervios de Djokovic: ganó, pero lo confundieron con Federer, le gritó a una jueza y estrelló una raqueta contra el suelo

A paso firme, pero también tenso. Novak Djokovic avanzó a semifinales del Masters 1000 de Roma y chocará con el noruego Casper Ruud por el pasaje a la definición. El número uno del mundo se impuso al alemán Dominik Koepfer con parciales de 6-3, 4-6 y 6-3. Sin embargo, más allá del triunfo, el serbio le gritó a una jueza que le corrigió una bola, se molestó con el umpire que lo llamó "Federer" y estrelló una raqueta contra el polvo de ladrillo.

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Djokovic, de 33 años y cuatro veces campeón en el Foro Itálico, superó a Koepfer (97°) en dos horas y 10 minutos de juego. Nole, quien viene de ser descalificado del US Open por pegarle un pelotazo a una jueza de línea en el partido de cuartos de final, es el máximo favorito en el torneo de Roma, uno de los más importantes sobre polvo de ladrillo en la previa de Roland Garros (el Grand Slam parisino comienza el 27 de septiembre).

No obstante, no fue sencillo el camino del serbio para meterse entre los cuatro mejores. Al conceder su servicio en cuatro ocasiones en total, precisó de más de dos horas para deshacerse del combativo alemán, que había llegado desde la clasificación. Horas antes, Ruud (34°) eliminó al último representante italiano, Matteo Berrettini (8º) por 4-6, 6-3 y 7-6 (7/5). Casper se convirtió en el primer tenista noruego en meterse en las semifinales de un Masters 1000.

Asimismo, en el partido de Djokovic volvieron a verse algunas particularidades dentro de la cancha. Cuando su rival le rompió el servicio para emparejar 3-3 en el segundo set, el serbio lanzó con furia la raqueta al suelo. El líder del ranking se vio forzado a pedir una nueva y recibió una advertencia del árbitro.

Djokovic ya se había visto enojado en el game previo, cuando le dio una mirada al árbitro luego de un par de anulaciones y un punto repetido. En una de las correcciones el tenista le gritó en serbio a una jueza.

Cabe recordar que el serbio dijo el lunes que había aprendido una "gran lección'' tras ser expulsado del US Open por golpear inadvertidamente a una jueza de línea con una pelota.

Por otro lado, los 38 errores no forzados por apenas 24 golpes ganadores delataron un partido con varios baches del número uno. Djokovic, sofocado por el calor de Roma, tuvo más problemas de los previstos. Su semana, en general, redondeó altibajos, algo impropio del mejor jugador del ranking ATP.

Djokovic se medirá mañana por un puesto en su décima final en Roma ante el ascendente Ruud, miembro de la Rafa Nadal Academy de Manacor. Hasta el momento nunca se cruzaron oficialmente en el circuito.

Finalmente, Djokovic vivió un momento curioso cuando el juez de silla, Nacho Forcadell, cometió un error: cantó un juego para el serbio... y lo confundió con Federer. "Gioco Federer", se escuchó por los parlantes, y fue rectificado unos segundos después. La cara del serbio fue de muy pocos amigos.