El naufragio que destapó un desastre marítimo oculto en Argentina

Lez – Buenos Aires, Argentina

Ochenta y seis víctimas fatales en 41 naufragios han ocurrido en el Mar argentino en los últimos 17 años, según la investigación difundida por la revista marplatense Puerto a pocas semanas del último siniestro sucedido este invierno austral: el hundimiento del fresquero Repunte a unos ochenta kilómetros de la ciudad de Rawson, en la provincia del Chubut, dejando tres muertos, siete desaparecidos y solo dos sobrevivientes.

El trabajo escrito por la docente Silvia Paleo fue presentado a la Fundación Atlántica y, según Puerto, analiza los desastres marítimos en los últimos diecisiete años. Además de pormenorizar las características de los barcos hundidos, la autora respalda su pesquisa con datos específicos, como los recopilados por el Centro Naval que develan como entre 1970 y 2000 la industria pesquera argentina alcanzó el primer puesto internacional en siniestros marítimos, lapsus además en el que el número de pesqueros hundidos supera en un 20% al conjunto de accidentes de su tipo registrados en el resto del mundo.

Esta relación de catástrofes cierra con los datos del Repunte, buque que integraba la flota de la empresa Ostramar S.A. y que el pasado 17 de junio regresaba al Puerto de Mar del Plata con su capacidad a tope de langostinos cuando en medio de gélidas temperaturas y un mal tiempo que acarreaba olas de hasta cinco metros comenzó a escorar y se hundió.

El capitán tuvo tiempo de comunicarse con la estación costera e informar el estado de emergencia y la necesidad de abandonar la pesquería; incluso la tripulación acudió a las dos balsas salvavidas, pero la suerte no estuvo con ellos: una se alejó sin que pudiera ser abordada y la otra estaba picada, de modo que en poco tiempo acabó bajo las aguas.

– Rescate tardío e incompleto –

Horas después, fuerzas de la Prefectura Naval rescataron a Julio Guaymas y Lucas Trillolos, dos únicos sobrevivientes de una tripulación de doce hombres; tres cadáveres aparecieron después y hasta la fecha continúan desaparecidos siete cuerpos.

“Tuvimos una reunión con los ministros bonaerenses Tizado y Villega donde además se planteó que se prosiga la búsqueda y que bajen los buzos a inspeccionar el casco”, aseguran familiares de los tripulantes en la página creada por ellos en Facebook (@ningunhundimientomas) para concientizar sobre el siniestro y con él sobre la precariedad en que viven los pescadores argentinos.

Desde ese punto de encuentro virtual, pescadores como Sergio Hernández, hoy jubilado, ratifican la pésima situación que vive el sector: “Navegué hasta el 2014 y sé de la corrupción que hay en el Puerto de Mar del Plata: barcos desechos, inspectores de pesca comprados por empresarios, barcos despachados con 5 tripulantes y después aparecen 6; la gente que trabaja no le importa a nadie”.

– Impotencia de familiares de las víctimas –

Desde la catástrofe del Repunte, familiares, amigos y trabajadores portuarios se han venido manifestando no solo en las redes sociales, sino en torno a la Prefectura Naval de Mar del Plata. Entre sus exigencias piden mayores controles a los buques pesqueros, reclamo ante el cual la Prefectura aseguró en principio que el buque hundido no había recibido asistencia en el último año.

Desde el principio varias fuentes insistieron en que los barcos de Ostramar S.A, propiedad del armador Luis Caputo, han padecido largos periodos de inactividad y asimismo muestran irregularidades por las que sus permisos son cuestionados. El propio Repunte, embarcación con 55 años de servicio, se mantuvo tres años en los talleres viviendo una “interminable y cuestionada reparación” admitida por el Consejo Federal Pesquero.

Estaba parado desde mayo del 2013 y consiguió mantener el permiso de pesca y lo autorizaron a pescar langostino, un barco que siempre fue merlucero y para esto lo modificaron”, se quejan los familiares en Facebook.

El caso del Repunte y con él la difícil situación de los pescadores no ha dejado de ser noticia en las redes sociales y en los medios de prensa independientes. Fotos videos, testimonios e informes aparecen cada día mientras el único lema de los familiares es no bajar los brazos: “Está en juego la vida de los trabajadores. Los tripulantes del Repunte pagaron demasiado caro. Todo lo que podamos hacer ahora en materia de seguridad e inspecciones, es de acá para adelante, para atrás no se puede cambiar nada, Nuestra lucha es solidaria con los que están y es solidaria con ellos porque es una forma de encontrarle sentido a lo que no lo tiene”.