¿Afectará la detención de los sobrinos del presidente Maduro las elecciones del 6-D?

Hace dos décadas, cuando el diputado Vladimir Gessen alertó sobre la infiltración de las fuerzas armadas venezolanas por el narcotráfico, en particular las alianzas de militares venezolanos con capos colombianos, sus denuncias fueron tomadas como maniobras oportunistas para atraer atención y aumentar su popularidad. Durante ese tiempo, pero sobre todo en la última década, una sucesión de eventos ha ido dando evidencias de que no solo el estamento militar puede estar involucrado en narcotráfico, sino también funcionarios ligados a la administración de puertos e incluso a la anteriormente todopoderosa empresa estatal de petróleos venezolana, PDVSA.

Por ejemplo, entre 2005 y 2006 se detectaron una serie de vuelos que despegaron del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, el primero del país, con destino a México. Se descubrió que muchos de esos vuelos podían haber estado cargados de cocaína. Hasta donde se conoce, esa droga estaba destinada al Cartel de Sinaloa, liderado por el escurridizo y temible Joaquín Guzmán Loera, alias “Chapo” Guzmán, el narcotraficante más buscado del mundo. En septiembre de 2013 se repitió la historia, con un giro más grave si se quiere, cuando un avión de Air France, procedente del mismo aeropuerto, aterrizó en París con 31 maletas que contenían 1.300 kilos del polvo alcaloide.

Ahora, la detención en Haití de Efraín Antonio Campos Flores y Franqui Francisco Flores, ambos sobrinos de Cilia Flores, esposa del presidente venezolano Nicolás Maduro y también llamada la primera combatiente, ha puesto a los venezolanos de nuevo frente a la sospecha, cada vez más sustentada, de que no solo la jerarquía militar, sino también el gobierno, a través de un círculos de allegados, podría estar infiltrado por una enorme red de corrupción y narcotráfico. Por años se ha rumorado acerca de la existencia de un cartel de drogas en el alto estamento militar. La organización es llamada el cartel de los soles, en alusión a los máximos galones concedidos al generalato venezolano, y vendría operando de la manera más sigilosa en supuesta complicidad activa de prominentes miembros del Ejecutivo y el Legislativo.

La noticia de la detención de los sobrinos de la pareja presidencial fue dada casi simultáneamente por “The Wall Street Journal” de Nueva York y “ABC” de Madrid, diarios que vienen siguiendo investigaciones de la Drug Enforcement Agency, agencia antidrogas estadounidense, y la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, pero ha sido reseñada por gran parte de la prensa mundial. Ambos organismos anunciaron la detención de los familiares de Flores y Maduro, acusándolos de conspirar para importar cinco o más kilogramos de cocaína a Estados Unidos, cargos que pueden acarrear la pena de cadena perpetua. El gobierno no ha dado una respuesta oficial. El primer mandatario, quien conoció la noticia cuando se encontraba de viaje en Arabia Saudita para una reunión con miembros de la OPEP, se limitó a hacer una oscura e indirecta alusión por Twitter: “La Patria seguirá su camino, ni ataques, ni emboscadas imperiales, podrán con el Pueblo de los Libertadores; tenemos un solo destino: vencer”.

NARCOTRÁFICO Y ELECCIONES

 No cuesta trabajo descifrar esta jerga propia de los portavoces de la revolución bolivariana: las acusaciones son un capítulo más en la vasta historia de patrañas del gobierno estadounidense en su esfuerzo por minar las bases de la revolución de Chávez. También es un llamado a los chavistas a cerrar filas alrededor del presidente. De hecho, Jorge Rodríguez, alcalde chavista del municipio Libertador, en Caracas, dijo que la noticia es parte de una “guerra sucia” del gobierno estadounidense contra Maduro.

En marzo, el presidente llamó a sus huestes a protestar contra acción ejecutiva de Barack Obama para imponer sanciones a funcionarios venezolanos acusados de violaciones de derechos humanos. Es posible que Maduro apele al enemigo externo, usando las detenciones como pretexto para tratar de movilizar sus partidarios frente a las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, comicios vistos por la mayoría de los analistas como un atolladero para el chavismo. Pero ante una economía asolada y con los niveles de aprobación en su punto más bajo, el tiro podría salirle por la culata llevándolo en vez de a una victoria electoral a un pozo de arenas movedizas que termine de hundir a su gobierno.

Las detenciones han generado una ola de especulaciones sobre su posible efecto en el escenario electoral. A tres semanas de las elecciones, un gobierno desesperado por la brecha prácticamente insalvable que muestran las encuestas, podría llegar a suspender los comicios con el argumento de defender el interés nacional ante un ataque extranjero.

Fausto Masó, uno de los más lúcidos comentaristas políticos en Venezuela, considera que ya no hay forma de que esto suceda. “La detención de esos muchachos no tendrá una repercusión importante en el escenario político. Primero, porque no es reseñada en la televisión y los principales medios de prensa a causa del control informativo impuesto por el gobierno. La información que aparece en las redes sociales y medios de Internet es vista mayoritariamente por opositores”. La virtual ausencia de información en los medios más importantes del país –casi todos en manos de testaferros del chavismo–, le dan la razón a Masó.

“En la época de Chávez otro habría sido el desarrollo de esta noticia, pero Maduro es impopular a través de todo el espectro, no tiene prácticamente seguidores ni dentro del mismo chavismo, y solo tiene a favor la inercia. Lo que afecta a los chavistas es la caída del ingreso, la inflación y las colas interminables como nunca se han visto en Venezuela. Antes la gente comía carne todos los días, ahora solo puede comer una vez a la semana. De modo la preocupación real de los chavistas son las elecciones. Por eso Caracas y Venezuela están cubiertas de propaganda electoral chavista”.

 La oposición ha pedido al gobierno rendir cuentas sobre el incidente. El líder y ex candidato presidencial opositor, Henrique Capriles Radonski, demandó a la canciller explicar porqué Efraín Antonio Campos Flores y Franqui Francisco Flores portaban pasaportes diplomáticos. La ex congresista María Corina Machado fue aun más lejos proponiendo la renuncia del presidente Maduro.

Sin embargo, la oposición mantendrá el foco la campaña que arrancó el viernes 13. Uno de los aspectos cruciales será garantizar la movilización para hacer efectiva la diferencia de entre 20 y 30 puntos que muestran las encuestas. El viernes en la mañana, durante una conferencia en The Council of the Americas en Nueva York, el economista Francisco Rodríguez, analista del Bank of America para la región andina, dijo que veía como irreversible que la oposición ganara por amplio margen.

El “blackout” informativo en torno a lo que la prensa ha llamado el escándalo de los “Narcosobrinos” o del “Cartel de los Flores”, en contraste con el “Cartel de los Soles”, está siendo en buena medida derrotado por el boca a boca de las redes sociales. Incluso dejando de lado las acusaciones de narcotráfico, el simple hecho de que mientras la población general sufre los efectos de la mayor crisis económica y Maduro y Flores predican austeridad y sacrificio sus sobrinos vivan una vida de billonarios rusos es marcadamente inconsistente, incluso chocante. Estas contradicciones podrían devolvérsele al gobierno como un bumerán y, en última instancia, acentuar la tendencia al voto castigo.

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