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Nabucco, la música más hermosa del mundo

Imagen tomada de YouTube
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Por Héctor Osoriolugo / ¿Cuál es la música más hermosa del mundo?, ¿cuál es la que hay que llevarse a una isla desierta, la que no puede uno dejar de oír?

Quién sabe; pero muchos dan como respuesta Nabucco.

En realidad ese nombre lo lleva toda una ópera, de Guiseppe Verdi, de la que el famoso coro es una pequeña parte denominada “Coro de esclavos”, exactamente “Va pensiero, sull’ali dorate…” (vuela pensamiento, con alas aúreas). O solo “Va pensiero”.

Historia de exilio (pero no del siglo XXI)

Es la historia del pueblo hebreo víctima de los babilonios, que han destruido su templo y los han esclavizado, desterrándolos.

El monarca de los babilonios es Nabucodonosor, padre de 2 hijas, una legítima y otra no, una buena y la otra mala: Fanena y Abigaíl. Ambas están enamoradas del mismo hombre, Ismael, mas éste le corresponde a Fanena, con el agravante de que él… pertenece al pueblo contrario y es su líder.

Una escena culminante de la historia es la famosa escena de los judíos condenados a muerte, a orillas del río Éufrates. (En contraste con el dolor, por ahí sonreían en aquellos tiempos los jardines colgantes de Babilonia, obra de Nabucodonosor). En sus vísperas, pues, los exiliados entonan el “Coro de esclavos”. Antes que entender la letra, las voces cautivan porque representan con asombrosa fidelidad lo que es la nostalgia (remontándose al sentido original de esa palabra: pena por verse lejos de la patria).

Cuándo obtuvo su reconocimiento, cuándo lo perdió, y cómo lo recuperó

El que para muchos es el autor operístico más grande, o al menos uno de los tres en toda la historia, estuvo a punto de no componer Nabucco, porque su composición anterior fracasó estrepitosamente.

Sin embargo, para bien de todos nosotros, se animó y continuó su carrera, logrando con este trabajo el éxito. Pero sorprendámonos, porque nuestra obra, después… ¡enmudeció! durante décadas ¿Por qué?, pues más sorpresas, porque varias obras de Verdi estrenadas en la segunda mitad del siglo XIX fueron de tal manera más exitosas aún, que no dejaron a Nabucco volver a las carteleras.

En la segunda mitad del siglo XX resurgió, para no irse jamás del gusto del público. Por supuesto que eso no necesita explicación, pues ninguna es válida: basta y sobra con oírla.

He aquí esta música inmortal, a cargo de un gran coro y una gran orquesta, los del Metropolitan Opera House de Nueva York. Dirige James Levine.

Uno de los arreglistas que detonaron aún más -si eso fuera posible- la popularidad de la obra, fue el afortunado director de orquesta galo Franck Pourcel; lo que tocaba se convertía en éxito gracias a su talento y al equilibrio de su gran orquesta.

La siguiente es su versión. Por supuesto que se trata meramente de un arreglo, o desarreglo, dirán los ortodoxos. Lo que no podemos negar es que, para bien o para mal, en los años ’70 muchos conocieron la obra por medio de este también compositor francés. (Ojalá que su versión los haya llevado a buscar y disfrutar la composición original).

O bien, muchos conocieron este coro por medio de un músico argentino que se formó en su tierra pero hizo carrera en España: Waldo de los Ríos.

De los Ríos –quien se suicidó a los 42 años- dejó huella cuando entró en la moda de usar instrumentos modernos para grabar a los clásicos, haciendo un arreglo propio -¿o impropio?-:

La letra, en castellano

VUELA, PENSAMIENTO

Vuela, pensamiento, con alas doradas,
Vuela, pósate en las lomas, en las colinas,
donde difunde su dulce aroma
aquel suave viento de nuestra tierra.

Saluda a las riberas del Jordán
y a las torres derruidas de Sion
¡Oh, mi patria, tan bella y perdida!
¡Oh, evocación amada y fatal!

Arpa áurea de fatídicos adivinadores,
¿por qué cuelgas muda del sauce?
¡Revive en nuestro pecho la evocación,
háblanos de aquellos tiempos!

Como el destino de Jerusalén,
alumbra un coro de vivo lamento:
¡Que te inspire el Señor un canto
que al sufrimiento infunda virtud,
que al sufrimiento infunda virtud,
que al sufrimiento infunda virtud,
al sufrimiento, virtud! (Versión de Héctor Osoriolugo).

Cajón de sastre con curiosidades

– Hábilmente, el libretista sacó partido -Nabucco es una historia que ya existía con anterioridad- al sentimiento nacional que la pieza despierta, lo que tuvo eco en las ansias de liberación del pueblo, pues en las bardas empezaría a aparecer un “¡VIVA VERDI!”, pero no refiriéndose al músico, sino significando con ello Viva Vittorio Emanuel Re D’Italia: aclamación a su próximo soberano y protesta frente a la dominación austriaca.

-La película “1900” (“Novecento”), de Bernardo Bertolucci, empieza cuando un italiano aparece anunciando a gritos que ha muerto Verdi. Según el filme, esa la noticia inaugural de la centuria, pues el músico partió en 1901, de la misma manera que “2001,…” (otra gran película) es el año inicial del siglo XXI. Todo ello contra lo que muchos otros sostienen.

-La letra de nuestro coro tiene un paralelo bíblico, en el Salmo 137; con un remate definitivamente vengativo, por cierto.

http://www.bibliacatolica.com.br/biblia-latinoamericana/salmos/137/

-En el funeral de Verdi, el pueblo, espontáneo, no encontró mejor medio de expresar el bien perdido que cantando “Va, pensiero”.

hectorosoriolugo2013@yahoo.com.mx

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