Murió Jacobo Langsner, destacado dramaturgo y autor de Esperando la carroza

A los 93 años murió Jacobo Langsner, según confirmó Argentores a LA NACION. El importante dramaturgo hace años que se encontraba con algunos problemas de salud. Fue popularmente conocido por ser el autor de Esperando la carroza, pieza estrenada en 1962 y que en 1985 fue llevada exitosamente al cine de la mano del director Alejando Doria.

"Con profundo pesar, Argentores despide al destacado autor Jacobo Langsner, socio activo y ex miembro del Consejo de Previsión Social de nuestra entidad, quien falleció a los 93 años", informó la entidad en su página de Facebook.

Langsner nació en Rumania, el 23 de junio de 1927, pero tres años después sus padres se instalaron en Uruguay, país en donde se formó y en donde dio sus primeros pasos en el mundo del teatro. En 1958 se radicó en Buenos Aires y siguió firme su carrera como dramaturgo, aunque pasaron varios años hasta que consiguió consagrarse.

Sus inicios en el teatro

Radicado en Uruguay a partir de 1930, Langsner pasó allí su infancia y juventud. A los 6 años mirando una película de gitanos se dio cuenta que esas fotos se movían y que los personajes hablaban. "Siempre quise hacer cine. Tenía tres hermanas, una era muy bonita. Le arrastraba el ala el gerente de dos cines que estaban a dos cuadras de casa. Entonces entraba gratis al cine todo el tiempo, y ahí ya supe qué quería hacer", confesó en un artículo firmado por el periodista Osvaldo Bazán.

Con poco más de veinte años comenzó a transitar el mundo del teatro montevideano, semillero de grandes piezas latinoamericanas. En esos años iniciales de su carrera, a comienzos de los cincuenta, estrenó El hombre incompleto, El juego de Ifigenia y Los artistas, consagrándose como un autor de nombre propio en la escena teatral independiente de su país.

En 1962 escribió y puso en escena la pieza más popular de su carrera. Esperando la carroza vio la luz por primera vez el 12 de octubre de ese año, en el teatro de la Comedia Nacional de Montevideo. No le llevó mucho tiempo escribirla. En verdad, apenas dos días. Fue, reconoció él mismo, como estar viendo una película y copiando esa película en su cuaderno. Cuando lo pasaba a la máquina de escribir ahí mismo iba corrigiendo esos diálogos que le resultaban tan familiares. El tono sarcástico de la historia, con esos personajes tan cotidianos que coqueteaban con el absurdo, generó una reacción de rechazo de parte de muchos críticos, que consideraron que esa puesta no merecía ser tenida en cuenta. "Un crítico llegó a decir que se notaba, por la manera en la que el autor se burlaba de la muerte, que no había sido criado en el seno de una familia cristiana", comentaba el dramaturgo entre risas. El elenco original de esa primera versión fue encabezado por Dumas Lerena y Elena Zuasti. La versión que se montó en el Teatro Circular logró un récord de permanencia. Estuvo siete años en cartel y, cuentan, el público iba a verla y repetía los párrafos más graciosos.

Una de las escenas más recordadas de Esperando la carroza

Ocho años más tarde, en 1970, ya radicado en la Argentina, el dramaturgo estrenó El tobogán, otro título emblemático de su carrera que le valió un gran reconocimiento. Esa historia, que también hace foco en los grises de una familia de clase media, marcó un importante paso en la carrera profesional de su protagonista, la actriz China Zorrilla.

Su trabajo en cine y televisión

Instalado en Buenos Aires, no pasó demasiado tiempo para que Langsner se convirtiera en una importante personalidad de la cultura argentina y sus obras pronto se vieron en ambos lados del charco. Por esa época su trabajo en televisión era recurrente, en el ciclo de unitarios Alta comedia, emitido a partir de 1970 por Canal 9, para el cual escribió nuevas historias así como también se ocupó de adaptar algunas de sus puestas teatrales. En el marco de este programa presentó Véndame a su hijo, cuya dirección corrió por cuenta de Alejandro Doria, un realizador que pronto estaría asociado al proyecto más exitoso de Langsner. También en ese ciclo se haría la primera adaptación (esta vez, para la pantalla chica) de Esperando la carroza, con un elenco del que formaron parte China Zorrilla, Dora Baret, Pepe Soriano y un veinteañero Pablo Alarcón.

La llegada de la dictadura militar provocó el exilio de Langsner en Madrid, en donde permaneció siete años hasta su regreso a la Argentina, a comienzos de los ochenta. Durante su exilio Doria se fue una vez de la casa del creador con el guión de Darse cuenta, película que terminó transformándose en un emblema de la época. "El público le dio una lectura simbólica que no tenía. Esa cuestión donde Darío Grandinetti empieza a caminar de nuevo era una cosa hollywoodense de final feliz, el país puesto a caminar. Esa escena se hizo por exigencia de los actores. La obra no terminaba con una cosa muy para arriba, el tipo moría, porque lo importante era que los médicos tomaran conciencia. Y lo tuve que cambiar, porque se habían puesto durísimos los actores, decían que había que levantar el entusiasmo de la gente. A mí no me gusta eso. Que se levante la realidad, y yo escribo las cosas de otra manera. Pero en fin, lo tuve que hacer", contó durante aquella charla con Bazán.

Esperando la carroza

El estreno en 1985 de la adaptación de Esperando la carroza supuso uno de los momentos más importantes en su carrera y un verdadero hito del cine nacional. Dirigida por Doria y escrita por el propio director junto a Jacobo, estuvo protagonizada por China Zorrilla , Luis Brandoni , Antonio Gasalla , Enrique Pinti , Mónica Villa, Betiana Blum, Julio De Grazia, Juan Manuel y Andrea Tenuta. Se estrenó el 6 de mayo en el cine Atlas Lavalle. Aquella noche, cuentan, el público disfrutó la trama aunque las críticas fueron un tanto tibias. De todos modos fue un enorme éxito de la cartelera argentina y, con los años, se convirtió en un objeto de culto. La película se instaló en el imaginario popular local y aún hoy, a 35 años de su estreno, varias de sus escenas son íconos de la historia cultural argentina.

Langsner reconoció que en el proceso de adaptación había modificado la presencia del personaje de Mamá Cora (Antonio Gasalla) haciéndola estar todo tiempo interactuando con el resto de los personajes. Originalmente había pensado en Niní Marshall, a quien adoraba. Llegaron a tener varias reuniones, pero esa idea no prosperó. "Habría sido muy doloroso ver a una mujer de 90 años, y más a Niní, en ese papel. Al hacerlo Gasalla, en cambio, el público entró en un juego teatral, porque por más que le pegaran, se cayera o la creyeran muerta, sin importar cuán bien lo hiciera, no dejaba de ser un hombre joven disfrazado de mujer", señaló.

Luego de producir Darse cuenta, película dirigida por Alejandro Doria, y escrita también por él en colaboración con Langsner, Diana Frey asumió el desafío de también producir el nuevo proyecto de esa dupla. En diálogo con LA NACIÓN, ella explicó cómo fue el primer paso de ese film que se convirtió en ícono del cine nacional: "Con Jacobo teníamos una relación muy fraternal y amorosa. Y cuando terminamos de filmar Darse cuenta, Alejandro me dio a leer la obra de teatro Esperando la carroza. Yo quedé fascinada porque realmente tenía encanto, y yo era muy coincidente con esa mirada tan ácida y crítica sobre la familia y los falsos vínculos fraternales".

Frey también recuerda la alegría que significó para Langsner el éxito de Mama Corá en la pantalla grande: "Él estaba encantado con esa versión y con su repercusión. Jacobo era un gran observador de la familia, de los vínculos. Él iba a la feria municipal de Viamonte y se paraba en las colas a escuchar cómo hablaba la gente y cómo eran los diálogos". Como productora de Esperando la carroza y Darse cuenta, Frey fue testigo privilegiada de la forma de trabajar de Doria y Langsner, y sobre eso expresa: "Ellos estaban muy conectados. La relación era muy graciosa, había muchas peleas, pero eran peleas divertidas. Resultaba muy gracioso participar de esas reuniones con ellos".

En 2009 hubo una segunda versión en la que no estuvieron ni Gasalla ni Pinti. La dirigió Gabriel Condrom. En ese caso se confirmó el dicho que de las segundas partes no siempre son buenas. El mismo Brandoni lo reconoció:"No era coherente con la historia, resultó mala". El dramaturgo y guionista ya tenía escrita un versión que se iba a llamar Seguimos esperando la carroza, que nunca se concretó. En 2005, a 20 años de su estreno, el Festival de Mar del Plata organizó un homenaje con una copia nueva en el cine Colón. Se volvió a llenar y un nuevo público cumplió el rito de repetir ciertos diálogos. El mito continuaba vigente.

Las anécdotas del elenco de Esperando la carroza

En los años posteriores a la versión cinematográfica de ese título que marcó a fuego a este creador, Langsner continuó con su carrera teatral con el estreno de otras recordadas obras como Malayunta, De mis amores, Locos de contento, Otros paraísos y Damas y caballeros. Su paso por la televisión dejó huella en programas como Juguemos al amor, Alguien como usted o la ya mencionada Alta comedia. En los ochenta y noventa escribió capítulos para El teatro de Irma Roy, Atreverse y Amores. En cine su último guion fue para la película Cohen vs Rossi, con Adrián Suar, Laura Novia y Alfredo Alcón.

Durante su trayectoria recibió premios, reconocimientos y homenajes varios.Tal vez el más contundente sea que nuevos públicos siguen repitiendo los desopilantes textos de Esperando la carroza.

El adiós de Luis Brandoni y Carlos Rottemberg

En diálogo con LA NACION, el actor Luis Brandoni, protagonista de la versión cinematográfica de Esperando la carroza, se mostró conmovido por la noticia: "Lamento muchísimo la muerte de Jacobo, porque además de una gran persona y un gran amigo fue un autor muy importante. Él hizo obras que han quedado en la memoria de todos los argentinos, como Esperando la Carroza, o el guion de Darse cuenta".

Para Brandoni, el recuerdo de su vínculo con Langner es muy especial y, gracias a un libro de su autoría, su carrera como actor dio un paso muy importante: "Recuerdo que yo en ese momento no lo conocía porque era el año 57 o 58, pero mi primer papel considerado como un rol importante fue en base a un libro suyo para el ciclo Cuentos de navidad. Yo fui elegido y ese fue mi primer trabajo como actor en la televisión. Estaba basado en un libro de Jacobo, y para mí fue un hecho importantísimo".

El productor teatral Carlos Rottemberg, desde la cuenta oficial de Twitter del Multiteatro, también lamentó la muerte de Langsner: "Desde Los elegidos, estrenada en Buenos Aires y Montevideo en 1958, o Esperando la carroza, en la Comedia Nacional de Uruguay en 1962, hasta La gotita, Una margarita llamada Mercedes o Locos de contento, entre tantas otras, con Jacobo Langsner se va un hombre de teatro".