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El mundo observa atentamente el cauteloso regreso a la normalidad en Corea del Sur

SEÚL- Arrancó la liga de béisbol, los estudiantes empezaron a volver a clase y la gente se está animando a comer afuera y a disfrutar de paseos nocturnos en los parques públicos. Corea del Sur flexibilizó significativamente sus rígidas reglas de distanciamiento social y el mundo entero está pendiente del resultado: ¿logrará una suerte de regreso a la normalidad o sufrirá un rebrote de casos de coronavirus?

De hecho, un minibrote conectado con los clubes nocturnos de Seúl puso en duda el tan elogiado método surcoreano para lidiar con la enfermedad, que consistió en un combo rápido de rastreo de contactos, testeo y tratamiento, con una rígida práctica de distanciamiento social.

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"Muchos países se estarán preguntando si nuestro país seguirá teniendo buenos avances", dice Jin Yong Kim, médico del Centro Médico Incheon, cerca de Seúl, quien confirmó el primer caso de coronavirus en Corea del Sur el 20 de enero y que desde entonces atendió a más de 100 pacientes de la enfermedad. "Pero no puedo predecir fehacientemente lo que ocurrirá de ahora en más", reconoce.

En determinado momento, Corea del Sur llegó a ser el segundo país del mundo con más casos de coronavirus después de China Continental, pero desde entonces su índice diario fue bajando hasta ubicarse entre los 10 y 30 casos nuevos, y en las últimas semanas incluso tuvo algún día con cifras de un solo dígito. Sin embargo, ayer Corea del Sur registró 40 casos nuevos, el mayor salto en los últimos 50 días.

El repunte de contagios de hace unas semanas vinculado a los clubes nocturnos de Itaewon, un barrio céntrico de Seúl, encendió luces de alarma por la posibilidad de un gran rebrote. El primer paciente conectado con los clubes nocturnos fue detectado el 6 de mayo, el primer día de flexibilización del distanciamiento social, y desde entonces Corea del Sur confirmó más de 250 casos relacionados con ese incidente.

No queda claro cómo evoluciona esa cadena de contagios, pero hasta el momento el brote no parece avanzar, a diferencia de lo ocurrido a fines de febrero y principios de marzo, cuando se reportaban cientos de nuevos vasos diariamente, muchos de ellos conectados a polémicas reuniones religiosas en iglesias del sudeste del país.

El método probado y demostrado de rastreo, testeo y tratamiento intensivos, así como el uso generalizado de tapaboca también jugó un rol crucial para impedir que el brote de Itaewon estallara, cuenta Hyukmin Lee, profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad Yonsei, en Seúl.

Los funcionarios surcoreanos ya habían dicho que el país se estaba acercado a sus límites económicos y sociales. Pero Lee agrega que el gobierno ahora tiene que pensar si puede resistir pequeños brotes y dejar que la economía funciona suavemente, o si debería volver a apretar las tuercas del aislamiento social.

Mientras tanto, se reestableció una especie de vida cotidiana. La demorada temporada de báisbol y fútbol arrancó sin hinchas en las tribunas. Los parques, museos e instalaciones al aire libre reabrieron. La semana pasada volvieron a clase los alumnos de los años superiores del secundario y los años inferiores lo harán en etapas a partir del 8 de junio.

En estos días, a la hora del almuerzo, los restaurantes del centro de Seúl se llenan de oficinistas, ya que muchos dejaron de trabajar desde sus casas. Y en hora pico, el subte está repleto de pasajeros que van o vuelven de trabajar con barbijo. De noche, es común ver parejas de jóvenes paseando por los parques, sin máscara.

La cuarentena de Corea del Sur suele ser comparada con las de Estados Unidos, Gran Bretaña e Italia, algunos de los países más golpeados: todos ellos registraron sus primeros casos a fines de enero. Pero Corea del Sur lanzó la campaña de testeos masivos desde muy temprano: ya a principios de febrero había abierto los testeos al público, que incluso podían hacerse las personas sin síntomas y realizó rastreo de contactos de todos los casos confirmados.

En Italia los testeos aumentaron mucho más lentamente. En Gran Bretaña, a pesar de haber arrancado temprano con los testeos, había señales de que el país no lograba seguirle el paso al avance del brote. Los testeos en Estados Unidos empezaron a mediados de marzo, según un reciente análisis de la publicación científica online sin fines de lucro Our World in Data, de la Universidad de Oxford.

De los 5,6 millones de infectados a nivel mundial, Estados Unidos encabeza la lista con 1,6 millones, mientras que Gran Bretaña e Italia tienen más de 230.000 casos respectivamente. Corea del Sur registró un total de 11.265 casos y 269 muertes.

Jaehun Jung, profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Gachon, dice que el levantamiento de las restricciones en Estados Unidos, Italia y Gran Bretaña muy probablemente provocará una segunda oleada de Covid-19, que podría ser "mucho más grande y severa".

En Corea del Sur, los funcionarios dicen que reabrir las escuelas probablemente será la prueba de fuego para saber si las autoridades pueden mantener el relajamiento de las restricciones. El gobierno de Francia dijo la semana pasada que ya tenía unos 70 casos de coronavirus vinculados a las escuelas, apenas una semana después de que un tercio de los escolares franceses volvieran a clases como parte de un relajamiento de la cuarentena.

Existe la sensación de que los arduos logros de Corea del Sur contra la pandemia podrían perderse o incluso revertirse sin la vigilancia apropiada. "La segunda oleada también caerá sobre Corea del Sur", opina Kim, del Centro Médico de Incheon. "Ya sean brotes pequeños como el de los clubes nocturnos o diez veces más grandes, en Corea del Sur seguirá habiendo brotes de la enfermedad. Y si pensamos en nuestra altísima densidad poblacional, somos incluso más vulnerables que Estados Unidos", concluye Kim.

Agencia AP

Traducción de Jaime Arrambide