Cómo una mujer rastreó al ladrón que le robó su identidad

Jessamyn Lovell tomó todas las precauciones necesarias cuando su cartera desapareció en una galería de arte, en 2009. Canceló todas sus tarjetas de crédito y puso una alerta de fraude en su informe de crédito para evitar que alguien pudiera sacar una nueva línea de crédito a su nombre.

Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, un año y medio después, la joven de 38 años recibió una llamada telefónica de un policía con una noticia inesperada: una mujer había sido arrestada en San Francisco por usar la licencia de conducir de Lovell para confirmar su alojamiento en un hotel de lujo. Recientemente, Lovell contó su historia en NPR’s This American Life. Lovell había conseguido una nueva licencia pero no había reportado el robo de la anterior porque sabía que si un ladrón de identidad quería causar estragos, necesitaría su número de la Seguridad Social.

“Como era un trámite molesto, lo ignoré”, dijo Lovell, una artista y profesora que vive en Albuquerque, Nuevo México. “No pensé que el asunto trascendiera, hasta que comencé a recibir un montón de facturas”.

Las facturas incluían varias multas de aparcamiento sin pagar y miles de dólares en cargos por tres coches de alquiler que ella no recordaba haber usado. Poco tiempo después de que las facturas empezaran a llegar, recibió una citación de una corte de San Francisco para responder ante un cargo por robo en un supermercado.

A regañadientes, Lovell gastó 700 dólares en un billete de avión y se presentó la cita. Llevaba en la mano el informe policial que mostraba que su licencia había sido robada y que otra mujer la había utilizado. El juez desestimó los cargos pero Lovell no estaba dispuesta a dejar las cosas así.

“Fue entonces cuando todo el asunto se convirtió en una investigación”, dijo. En aquellos tiempos Lovell, que es una fotógrafa profesional, había estado fotografiando distintas clases socioeconómicas y su influencia en la identidad personal. De repente, la idea de reconstruir la identidad de la mujer que la había hecho sufrir tanto se convirtió en “un trabajo a tiempo completo”, dijo.

Con la ayuda de investigadores privados y sus habilidades como detective aficionada, Lovell rastreó a la ladrona, una mujer llamada Erin Hart. La encontró en una comisaría de la policía local, en San Francisco, donde Hart había sido puesta en libertad por no poder demostrarse su relación con los cargos que se le atribuían. La siguió durante algunas horas y le hizo fotos de manera encubierta, pero nunca se presentó.

Conocer a Hart en persona no fue tan satisfactorio como esperaba, dijo Lovell. Evidentemente, Hart no era una persona económicamente estable. Más tarde, Lovell encontró al oficial que estaba a cargo de su libertad condicional y este le reveló que desde diciembre de 2014 Hart vivía en la calle. Hart no respondió a las cartas ni a las peticiones en las que le pedía hablar con ella que Lovell le envió a través del oficial a cargo de su libertad condicional. Aun así, Lovell quería compartir su historia y las consecuencias que tuvieron las acciones de Hart.

Lovell acumuló todas las pruebas, las facturas vencidas de los coches de alquiler, los documentos de la corte, el informe de la policía y las fotos de Hart e hizo una muestra itinerante. La exposición, que actualmente se encuentra en una galería de arte de San Francisco, se convirtió en un libro que acaba de salir a la venta este mes, “Dear Erin Hart”.

“Aunque puede parecer extraño, es como si ella formara parte de mi vida. Siento haber expuesto esto, sobre todo por ella, ya que mi intención no era convertirla en un espectáculo público”, dijo Lovell. “De cierta forma, quería que me devolvieran lo que me habían arrebatado. Esa mujer no era yo, era otra persona”.

“Eliminar los antecedentes penales es una pesadilla”

Lovell fue capaz de evitar el daño económico que pudo haber sufrido. Contactó rápidamente a la agencia de alquiler de coches y disputó los cargos. Tardó unos nueve meses, pero finalmente dieron marcha atrás.

“Si no hubiera pagado los cargos por el alquiler de coches, las agencias podrían haber enviado esas cuentas por cobrar a los recobros de impagados y, sin duda, habrían terminado en sus informes de crédito”, comentó John Ulzheimer, experto en crédito de CreditSesame.com. Cumplido el plazo, la agencia podría haberla demandado y su puntaje de crédito se habría disparado.

Ulzheimer recomienda que apuestes por la alternativa más segura si sospechas que te han robado tu identidad, ya sea una licencia de conducir, el número de la Seguridad Social o de una tarjeta de crédito.

Al igual que hizo Lovell, puedes activar fácilmente una alerta de fraude en tus informes de crédito desde las tres agencias principales, para evitar que abran una cuenta nueva a tu nombre. Las alertas duran 90 días pero puedes extender ese plazo presentando la prueba de que has hecho una denuncia a la policía.

Neal O’Farrelll, el fundador del Identity Theft Council, una organización no lucrativa que ayuda a las víctimas de robo de identidad, comentó que perder la licencia es molesto. La mayoría de los Departamentos de Vehículos Motorizados no permiten cancelar una licencia vieja sin un informe de la policía. Sin embargo, la policía no realizará un informe solo porque la licencia haya desaparecido, normalmente tienes que demostrar que te han robado la identidad y que otra persona la ha usado de forma ilegal. Lovell fue afortunada porque Hart fue arrestada mientras la suplantaba y los policías fueron lo suficientemente listos como para darse cuenta de que estaba utilizando la identificación de otra persona. Algunos estafadores suelen utilizar las licencias de otras personas como carta de presentación para ‘salir libres de la cárcel’. Por ejemplo, pueden presentar una identificación robada o falsa al oficial cuando son detenidos por exceso de velocidad. De esta manera, personas inocentes terminan respondiendo por delitos que no cometieron.

“Eliminar los antecedentes penales es una pesadilla”, dijo O’Farrell. “Es fácil caer en este tipo de crímenes, pero salir puede tardar años”.

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Mandi Woodruff