Anuncios
Elecciones México 2024:

Cobertura Especial | LO ÚLTIMO

La muerte de Nisman, un factor de división para la comunidad judía

En la tumba de Nisman hay piedras, que para la tradición judía, representan la perdurabilidad de la memoria del difunto

Una multitud de piedras, de distintos tamaños y colores, se distribuyen a lo largo y ancho del monumento que contiene los restos de Alberto Nisman , a pocos metros de la nueva entrada del cementerio judío de La Tablada y pegado a las lápidas dónde también descansan varias decenas de víctimas del atentado a la AMIA .

La simbología de esas piedras para la tradición judía-la perdurabilidad de la memoria del difunto-se extiende al propio Nisman, cuyo recuerdo, en el quinto aniversario de su muerte, parece más vivo que nunca, y aún sigue provocando en la comunidad judía argentina las mismas polémicas que las que siguieron a aquella fatídica y larga noche de enero de 2015.

Entre el reclamo popular de esclarecimiento y la necesidad de sostener buenos vínculos con el flamante gobierno de Alberto Fernández, la dirigencia nucleada en las entidades centrales (DAIA, AMIA, también el Congreso Judío Latinoamericano y la Organización Sionista Argentina) optó por separar aguas y no adherir, como entidades, a la marcha de la que sí participará la oposición de Juntos por el Cambio, en la plaza Vaticano.

Pero la división, en el seno comunitario, viene desde muy lejos, y replica la grieta que divide a la sociedad en este tema. Muchos dirigentes, familiares de víctimas de la AMIA y ciudadanos judíos que comulgan con postulados de la oposición creen que Nisman fue asesinado por su denuncia contra Cristina Kirchner y varios de sus funcionarios, a quienes el fiscal acusó de firmar el Memorándum de Entendimiento con Irán para desligar a Teherán del atentado a la AMIA.

Repudian, por estas horas, la "ambigüedad" de la dirigencia comunitaria y acusan a sus dirigentes de "transar" con el gobierno de Alberto Fernández. "Lo de Nisman fue un magnicidio, y no lo hicieron amateurs (.) Desgraciadamente los dirigentes comunitarios se acomodan a los vientos de turno, sin defender los valores que deberían sostener", fustiga Miguel Steuermann, director de radio Jai, quien en 2017 acompañó a las hijas de Nisman y su madre al Vaticano e Israel. Su pensamiento coincide con el que, con matices y desde la militancia opositora, sostienen por ejemplo el diputado de Pro Waldo Wolff y el exministro Sergio Bergman.

Desde las antípodas, dirigentes comunitarios y familiares de víctimas (Memoria Activa, 18-J, Llamamiento Argentino Judío) cercanos al kirchnerismo se inclinan a pensar que Nisman se suicidó, y también repudian a la dirigencia comunitaria por "comprar" la teoría del asesinato, que atribuyen a Cambiemos, pero también a Estados Unidos e Israel. "Alberto Nisman, el héroe con pies de barro, y los fiscales que lo sucedieron no hicieron absolutamente nada nuevo en la causa AMIA", dijo esta semana Sergio Burstein, de 18-J, uno de los referentes que defienden el pacto con Irán y atacan la actuación pública y privada de Nisman.

"Durante 2015 se manipuló su muerte como parte central de la campaña electoral. Luego se reconvirtió en la plataforma de la criminalización del peronismo", escribió Jorge Elbaum, referente del Llamamiento, en el sitio El Cohete a la Luna, del periodista Horacio Verbitsky. Elbaum cita en ese artículo al diputado radical K Leopoldo Moreau, para quien "el invento del asesinato de Nisman es una de las operaciones de marketing mejor concebidas a nivel global. La empujaron Israel, la derecha norteamericana, fondos buitres y socios locales de ese club".

Entre unos y otros, y más allá de sus posturas personales, la dirigencia intenta hacer equilibrio. "Hasta que no haya certeza y credibilidad en la Justicia no habrá contrato social en la Argentina", dice a LA NACION el presidente de la DAIA, Jorge Knoblovits, en el centro de las críticas de los extremos por estos días. Desde la dirigencia comunitaria se insistió en calificar de "partidaria y política" la convocatoria a la plaza Vaticano. El acto de recordación "íntimo" en el cementerio, al que asistirá Sara Garfunkel, madre de Nisman, fue pensado por la DAIA como una continuidad de las recordaciones anteriores, sin alusiones a la política. Estará allí, de todos modos, el propio Bergman, exministro de Mauricio Macri y uno de los firmes sostenedores de la teoría del asesinato. "Viene como rabino, a decir el Kadish por Nisman, no como político", puntualizan los organizadores de la recordación.

La división se extendió, durante los últimos días, a las declaraciones radiales de Mohsen Rabbani , el exagregado cultural de la embajada iraní en Buenos Aires y buscado por Interpol por su responsabilidad en el atentado. A su frase "A Nisman lo mataron" y sus alusiones críticas a Israel (que acusa directamente a Teherán por la AMIA y también califica de asesinato la muerte de Nisman) le siguieron, por un lado, repudios como el del Centro Wiesenthal, y defensas como la de Burstein, para quien "no existe ninguna prueba judiciable que pueda demostrar que Irán tuvo que ver en el atentado". Es esta última una posición "minoritaria", a juicio de no pocos dirigentes comunitarios.

"Este caso, como el de los atentados a la embajada de Israel y la AMIA, no se debe circunscribir a como actúa o deja de actuar la comunidad judía, sino como actúan o dejan de actuar los poderes del Estado, que desde hace muchísimos años no dan respuesta a los requerimientos de la sociedad", afirmó a LA NACION Luis Czyzewski, familiar de una de las víctimas de la AMIA.