Muerte de bebés en Córdoba: “Te reconozco”, le dijo la madre de una recién nacida que sobrevivió a la enfermera acusada
CÓRDOBA.– Justine Bustamante, madre de F., una beba que nació el 23 de abril de 2022 en el Hospital Materno Neonatal de esta ciudad y se descompensó pocas horas después a punto de quedar internada nueve días en terapia intensiva, fue contundente esta mañana en su declaración. “Te reconozco perfectamente”, le dijo hoy cara a cara a Brenda Agüero, la enfermera acusada de ser la autora material del homicidio de cinco bebés y de intentar asesinar a otros ocho entre el 18 de marzo y el 6 de junio de aquel año. Las mujeres estaban separadas por pocos metros en la sala de audiencias donde se lleva adelante un juicio histórico por jurados populares.
Bustamante repitió que Agüero estaba en la sala de recuperación cuando ella dio a luz a su hija y fue la encargada de llevar hasta allí a la beba; iba detrás de ella, a sus espaldas, explicó. La vio después, cuando la acomodó en la cuna. “No me la dio para que la alzara. No había tocado a mi bebé”, contó. La joven, que entonces tenía 19 años, relató que ella estaba nerviosa, con náuseas y frío. La enfermera le ofreció un té y salió de la sala.
En ese momento, F. “dejó de llorar”. La enfermera regresó y le comentó: “Parece que se durmió”. La madre se intranquilizó porque vio a la criatura “pálida, con los labios morados y las uñas muy moradas”. Fue en ese minuto cuando la acusada, según el testimonio, la alzó y salió corriendo. Ella la siguió, se cayó en el pasillo desmayada; la regresaron a la sala. Entró su marido –Raúl Abregú, quien también declaró este martes– y, enterado de lo sucedido, fue a buscar a F. Estaba en la incubadora, llorando.
La beba nació a las 5.35 y, cuando Abregú entró a la sala, eran las 6.45 y ya estaba descompensada. F. hizo un paro cardíaco, según les explicaron en el hospital; nueve días quedó internada. La historia clínica dice que “tuvo dificultad respiratoria a los 90 minutos de vida, taquicardia e hiperpotasemia de 8,2 mEq/l”. Ese nivel de potasio, según los peritajes, solo se puede dar por administración exógena.
Los médicos, declararon los padres, les hablaron de una “muerte blanca, que debió ser reanimada”. Llorando, Bustamante afirmó que, incluso, tres enfermeras le preguntaron: “¿Qué le hiciste a tu beba?”, porque tenía “signos de violencia”.
Este martes también declaró Yasmín Barrionuevo, madre de G, quien nació y se descompensó el 1° de mayo de 2022. Dijo que lo recibió en la sala de recuperación Agüero, a quien identificó por sus “tres lunares” en el rostro. “Yo la reconozco después de que fui a declarar y pasaron imágenes de ella en la televisión y desperté a mi marido y le dije que ella fue quien me había llevado a G. en sala de posparto”, afirmó.
Su bebé tenía lo que algunos profesionales le indicaron que era una “picadura”. Terminó en terapia intensiva, a donde con su esposo le vieron en el muslo derecho “dos lesiones, compatibles con pinchazos, en la parte delantera y posterior. Había una mancha de sangre en la ranita”.
El peor día
Ayer, después de Brisa Molina, también declaró Ludmila Torres, madre de M., quien nació el 6 de junio de 2022, el día que marcó un quiebre en la historia de las muertes en el Hospital Neonatal. Entre esa jornada y la siguiente, fallecieron dos recién nacidos y se descompensaron dos más. La hija de Torres es una de estas últimas y quedó con secuelas.
Durante su embarazo, Torres había estado bajo tratamiento porque tenía una enfermedad de transmisión sexual, pero todos los controles dieron bien. Su hija nació a las 4.58, “en buen estado, todo normal”. La abuela de la beba vio cuando le pusieron las vacunas; sobre la enfermera que la vacunó, afirmó que era “gordita, petisa, pelo negro, joven, de unos 23 años”. Esa descripción coincide, en principio, con Agüero, que hoy tiene 29.
Después, madre e hija fueron llevadas a la sala de posparto; la mujer le dio de mamar y se durmió. “Fueron como dos horas, al despertar la chica de al lado me dijo que mi bebé había llorado de repente. En ese momento me buscan para irme a sala común. Le doy mi bebé a la enfermera para ponerme la bata. Ya en la sala común la vi a M. con las manitos frías, estaba helada y se dormía mucho”, contó ayer. No recordó cómo era esa enfermera que recibió a su hija.
Cuando en la sala común empezaron las corridas por la descompensación de la beba de Molina, que finalmente murió, revisaron también a la hija de Torres y se la llevaron: “La dejaron internada. Me dijeron que tenía el azúcar bajo en sangre. También me dijeron que tenía un virus en la sangre”. Estuvo casi un mes internada y después siguió con problemas. “Quiero que se haga justicia porque M. nació sana y no está como debería estar”, pidió.