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Muere Eusebio Leal, el erudito historiador amigo de Fidel Castro que salvó La Habana Vieja del derrumbe

leal
Leal era conocido por casi siempre vestir con una camisa gris.

Cuando la excavadora amenazaba con levantar los últimos adoquines de madera del tiempo colonial que quedaban en La Habana para pavimentar la zona, previo a la visita de una ministra soviética, los trabajos fueron interrumpidos por un joven que se acostó en cruz en medio de la calle.

"¡Sobre mi cadáver!", gritaba, "¡Sobre mi cadáver!".

Era los inicios de la década de 1970 y aún faltaba una década para que Eusebio Leal Spengler, quien falleció este viernes en La Habana a los 77 años tras una larga batalla con el cáncer, se convirtiera en el Historiador de la Ciudad y en la figura más reconocida a nivel internacional por los trabajos de restauración de la capital de Cuba.

Pero aquel hecho marcó quizás como ninguno otro su trabajo y esfuerzos durante casi cuatro décadas para salvar la parte histórica de La Habana del derrumbe, del salitre y de años de desidia y abandono.

"Cuando se cae un edificio es como si se cayera una parte de mi corazón", dijo en su última entrevista con la BBC.

Leal, conocido por su proverbial elocuencia, encabezó durante la mayor parte de su carrera las obras que devolvieron el esplendor a algunas de los edificios y áreas con mayor valor patrimonial de La Habana, a la vez que creó un modelo de desarrollo turístico y patrimonial único en la Cuba de Castro.

"De conformidad con su familia sus cenizas serán conservadas para que, una vez controlada la epidemia de la covid-19 y como justo reconocimiento a su imperecedera obra, nuestro pueblo pueda tributarle un merecido homenaje en el Capitolio de La Habana, emblemática instalación que él restauró en favor de la nación", indicó el periódico oficial Granma.

¿Quién era Eusebio Leal?

Nacido en La Habana en septiembre de 1942, Leal apenas terminó el sexto grado y gran parte de su formación fue autodidacta, aunque su interés por la cultura y la historia lo llevó a trabajar para el entonces Historiador de Ciudad, Emilio Roig, a quien siempre consideró su mentor.

Por un decreto rectoral, aunque no tenía el nivel escolar requerido, logró ingresar a la Universidad de La Habana, donde se graduó de Historia y donde luego alcanzaría el título de doctor.

Tras la muerte de Roig se convirtió en 1981 en el nuevo historiador de La Habana y su cercanía con Fidel Castro le permitió implementar un insólito modelo económico en la parte antigua de la ciudad que comenzó a funcionar de una forma paralela al resto de Cuba.

Leal construyó una red de tiendas capitalistas, hoteles boutique y atracciones y planes turísticos que generaron el dinero que necesitaba para preservar las gemas arquitectónicas de la ciudad.

Plaza Vieja
La renovación de la Plaza Vieja de La Habana fue una de sus grandes obras al frente de las tareas de restauración de la ciudad.

Como resultado, logró recuperar algunos de los edificios y zonas de mayor valor patrimonial de la capital, que todavía contrastan con los frecuentes derrumbes a inclemencias en otras zonas que no estaban bajo su control.

Devenido una figura admirada a nivel internacional por su obra y erudición, Leal se convirtió a lo largo de los años en uno de las personas que más distinciones y reconocimientos ha recibido en la historia de Cuba, desde Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio hasta la Orden de Mayo de Argentina o Comendador de la Orden del Mérito de la República Federal Alemana.

Fue nombrado miembro de las academias mexicanas de la Lengua y la Historia, así como de las de Artes y Ciencias de EE.UU. y del Instituto Smithonian, entre otra veintena de instituciones.

Durante su carrera, condujo programas de radio y televisión-siempre vistiendo una camisa gris- para difundir la historia y las tareas de recuperación de La Habana y era el encargado de enseñarle La Habana a cuanto presidente o figura internacional visitara Cuba.

Enfermo de cáncer desde hace años, su salud y su visibilidad fueron mermando en los últimos tiempos y fue uno de los grandes ausentes de las celebraciones en 2019 por el 500 aniversario de La Habana.

¿Cuál fue su relación con el gobierno de Cuba?

Aunque fue siempre cercano a Fidel Castro, a quien declaraba públicamente su admiración, en muchas ocasiones se destacó como una voz crítica e inusual dentro de la nomenclatura del gobierno.

Pese a reconocerse como católico, logró ser admitido en el Comité Central del Partido Comunista en 1991 y desde entonces se hizo conocido por realizar cuestionamientos con un verbo florido contra algunas de las medidas más controvertidas del régimen.

Como diputado a la Asamblea Nacional fue también muchas veces una de las escasas voces de disenso en el Parlamento, como cuando defendió los primeros intentos de legalización del matrimonio homosexual en la isla (que no han fructificado).

Habana vieja
Los hoteles de La Habana Vieja ahora están controlados por los militares.

En 2012, unos escándalo de corrupción en empresas que pertenecían a la Oficina del Historiador a su cargo llevó a "su caída en desgracia": aunque nunca fue destituido, su poder fue reducido y los militares tomaron el control de alguna de las principales compañías que antes estaban bajo su mando.

Actualmente, la mayor parte de los hoteles de La Habana Vieja, que ahora forman parte del conglomerado militar cubano, están en la lista negra de entidades sancionadas por EE.UU.

¿Cuál es su legado?

Leal fue considerado como una figura de culto dentro de Cuba independientemente de su posición política.

Bajo su tutela, La Habana logró preservar y recuperar alguno de los edificios más importantes del periodo colonial y muchas construcciones que antes se encontraban en ruinas volvieron a lucir como no lo hacían desde hacía siglos.

Su logro más reciente fue la renovación completa del edificio del Capitolio Nacional, el antiguo parlamento de Cuba, que fue negado por años por el gobierno comunista por su semejanza con el de Washington.

habana
Leal se dedicó durante casi 40 años a recuperar La Habana.

Su trabajo, como casi todo en Cuba, no estuvo ajeno a la polémica.

Leal fue señalado en ocasiones de enviar a albergues a habaneros pobres que vivían en antiguos edificios para convertir sus viviendas en hoteles y tiendas o de utilizar métodos no siempre legítimos para recuperar patrimonios de algunas antiguas familias acaudaladas de La Habana.

Su muerte este viernes, sin embargo, deja abierta la interrogante de qué pasará ahora con su legado y quién podrá sucederlo.

Leal
Leal (der.) era conocido por dar peseos por La Habana Vieja a los presidentes y personalidades que visitaban La Habana.

"Tengo discípulos y sobre todo la obra pasó a ser una nostalgia de la gente mayor de otras generaciones para convertirse en una necesidad de los más jóvenes, porque era lo diferente, siendo lo antiguo", dijo en su última entrevista con la BBC sobre qué pasaría tras su muerte.

"De ahí surgió mi idea de que no se puede ir al futuro sino desde el pasado. Claro, a mí me preocupa el futuro como le preocupa a tantas personas, pero creo que no hemos arado en mar. La obra de La Habana Vieja es un pequeño ejemplo… Siempre pensé que era como una piedra tirada en el famoso espejo del agua".


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