Lo más leído en 2019 | Ni monstruos, ni extraterrestres: lo que hallaron en el fondo del Gran Agujero Azul de Belice

El Gran Agujero Azul de Belice es el sumidero más grande del planeta. (Foto Getty Creative)
El Gran Agujero Azul de Belice es el sumidero más grande del planeta. (Foto Getty Creative)

No han sido pocos los misterios alrededor del Gran Agujero Azul de Belice, el sumidero más grande del planeta, que a principios de este año fue explorado por un grupo de científicos en busca de respuestas a unas enigmáticas huellas encontradas en el fondo de este singular círculo de color azul intenso, bajo aguas inmensamente turquesas.

A unos 100 kilómetros de la costa de Belice, con unos 300 metros de ancho y 123 de profundidad, este agujero sumergido siempre se ha considerado como uno de los lugares más atractivos para los buzos y los expertos que estudian los océanos.

El imaginario popular lo ha relacionado con el hábitat de monstruos marinos y hasta con un portal hacia otra dimensión, aunque ahora ya se sabe realmente lo que allí se oculta, luego de la expedición que llevaron a cabo el multimillonario Richard Branson y Fabien Cousteau, nieto del famoso buceador Jacques Cousteau, quien fue uno de los primeros en poner atención global sobre tan increíble lugar.

El agujero se ubica en medio de la Barrera de Arrecifes de Belice, el segundo sistema de arrecifes más grande del mundo. “Fue como ver una fotografía del pasado”, comentó a los medios Bryan Price, uno de los exploradores de la empresa Aquatica, que construyó los dos submarinos empleados en la misión de descubrir los misterios ocultos en ese lugar.

La expedición fue llevada a cabo, a principios de este año, por el multimillonario Richard Branson. (Foto Coastal Living)
La expedición fue llevada a cabo, a principios de este año, por el multimillonario Richard Branson. (Foto Coastal Living)

Un sumidero es una hondyra en la tierra, formado cuando el suelo se derrumba dejando un gran agujero en la superficie. Hace decenas de miles de años, ese agujero era tierra firme, pero con el aumento del nivel del mar, tras el fin de las glaciaciones, quedó sumergido. Price aseguró que pudieron ver “cómo era el lugar cuando no estaba cubierto de agua”.

Tras la exploración del sumidero, que por primera vez pudo ser visto en su total dimensión gracias a la tecnología empleada, los científicos revelaron qué hay allí abajo y sobre todo qué son realmente esas misteriosas “huellas” que pudieron captar con un sonar de alta resolución.

Allí abajo, uno de los puntos que más los sorprendió, fue un área que bautizaron como “La catedral”, que está llena de estalactitas, que aunque ya se habían detectado, no había podido ser observada en detalle.

Los investigadores observaron que el agujero se divide en tres “capas”, cada una con características diferentes. La más superficial luce como las típicas aguas del Caribe, pero luego a medida que aumenta la profundidad, el agua va dejando de ser cristalina. “Es como ir a través de nubes o humo“, dijo Price.

En la capa más profunda no hay luz ni oxígeno, por lo que pudieron observar especies que habían caído ahí y se habían preservado, además de las referidas huellas misteriosas “En el agujero en sí mismo no hay mucha vida, porque no hay mucho intercambio de agua”, aseguró Price. Sin embargo, pudieron observar algunos tiburones. La misión también sirvió para crear un mapa 3D del agujero.

No obstante, las especulaciones del imaginario colectivo no se hicieron esperar sobre los sonidos que detecta el sonar. ¿Huellas de extraterrestres? ¿Las pisadas de un animal gigante desconocido? ¿Un monstruo que los científicos no pudieron ver?

Afortunadamente, la respuesta es más simple. Los informes de la expedición revelan que estas marcas tienen que ver con la eterna lucha entre la vida y la muerte.

El agujero se ubica en medio de la Barrera de Arrecifes de Belice, el segundo sistema de arrecifes más grande del mundo. (Foto Coastal Living)
El agujero se ubica en medio de la Barrera de Arrecifes de Belice, el segundo sistema de arrecifes más grande del mundo. (Foto Coastal Living)

Las extrañas huellas del fondo del Gran Agujero Azul son creadas por los seres vivos que caen al lecho marino en los instantes previos a su muerte, refieren los investigadores. Erika Bergman, jefa de submarinistas de la expedición, explicó que el fondo marino podría ser considerado como un gran cementerio de caracolas.

Bergman dijo que se trata de una zona habitual en la que las caracolas desarrollan su vida y que, en muchas ocasiones, terminan cayendo de manera accidental por el borde del Gran Agujero Azul.

Sin escapatoria, mueren en pocas horas porque el agua del interior del sumidero es anóxica, es decir, el oxígeno disuelto con el que debería contar está agotado, por lo que las caracolas terminan por asfixiarse y el fondo se convierte en sus tumbas.

Cuando llegan al fondo, su propio peso y el movimiento del agua termina por enterrarlas, pero en muchos casos su huella permanece. En sus últimos momentos de vida dejan las huellas que fueron reconocidas con el sonar de alta resolución de la expedición.

“Pudimos ver cómo las caracolas han llegado a dejar pequeñas huellas en las paredes laterales del Gran Agujero Azul tratando de escapar. Después, se observa una marca de deslizamiento que confirma que terminaron cayendo hacia después de, presumiblemente, asfixiarse en el ambiente anóxico”, detalló Bergman.

La explicación de esta experta puso punto final a las especulaciones sobre este enigma del Gran Agujero Azul de Belice, donde desafortunadamente sí encontraron restos del único y verdadero monstruo que hoy se encuentran en casi todo los mares: el plástico.