Isa Marcos, la limpiadora que ha superado cuatro intentos de desahucio: “Solo quiero un alquiler social y vivir en paz”

Isa Marcos, en su vivienda.

Sostiene que, previamente, “nunca, nunca, nunca” había oído hablar de los desahucios ni sabía lo que significaban. Ahora ya ha resistido a cuatro intentos hasta la fecha, el último el 18 de marzo y a cargo de la SAREB, entidad conocida popularmente como el ‘banco malo’ y ahora propiedad del Estado. Isa Marcos, la protagonista de la entrevista, lleva batallando en los últimos años frente a un sistema de vivienda para el que no eres suficiente cuando eres una mujer migrante trabajadora del sector de limpieza.

Nacida en Angola, de padre del mismo país y madre caboverdiana, creció en Portugal, el país del que se siente y que le “llena de orgullo”. A España llegó por su hermano, quien trabajaba como guardaespaldas del embajador angoleño en la época. Fue en Madrid donde crió a sus tres hijos, todos ellos ya mayores de edad. Como otras mujeres migrantes, acabó en el sector de la limpieza, encadenando algunos empleos sin contrato con sus consiguientes malas condiciones laborales que le han acarredo problemas de rodilla y espalda. La pandemia le puso la estocada definitiva: el trabajo escaseaba y pagar la vivienda se convirtió en imposible. Desde entonces, los intentos de desahucio se suceden sin que se le ofrezca un alquiler social, su principal demanda, que la saque de la espiral.

Acompañada de organizaciones como la Asamblea de Vivienda de Villalba o Plan Sareb y de personas que se han puesto de su lado en el proceso, Isa Marcos visibilizó su situación y consiguió, una vez más, superar el envite de la Sareb. Unas horas antes del intento planificado para el 18 de marzo concertamos esta entrevista para ‘España no es (solo) blanca’, donde charlamos de su camino de Portugal a España, de su periplo en el sector de la limpieza, del impacto de la crisis del coronavirus y de las trabas de un mercado de la vivienda implacable.

¿Cómo te encuentras en este momento?

Muy triste, no es mi vida. Es la primera vez que me pasa. Ahora estoy muy agitada y me pongo nerviosa. También estoy tranquila porque tengo a mucha gente maravillosa que me está apoyando, gente de todas partes que llaman por la mañana y por la noche. Acabo de salir de estar con la trabajadora social y me dice que hay gente que no me imagino que me está apoyando en Madrid. Me quedé emocionada y nos abrazamos.

¿Cuáles son tus raíces?

Mi raíz es de Portugal y Angola. Mi mamá es de Cabo Verde y mi padre es angoleño. Yo nací en Angola, pero crecí en Portugal y me siento portuguesa. Me llena de orgullo. Mi hija me dice “qué fuerte”, pero a mi Angola no me identifica nada.

¿Y por qué te instalaste en Villalba?

Tenía un hermano que vivía aquí y vine de vacaciones a Madrid, a su casa. Él trabajaba en la seguridad del embajador de Angola en España. Tenía un buen trabajo y una buena vida. Nosotras de vez en cuando veníamos aquí y me quedaba un tiempo. Luego tuve un pequeño problema en Portugal y mi hermano me decía que me quedara un tiempo en Madrid. Me pedí un año sabático en mi trabajo y vine. Apuntamos a mi hija en el cole. Mi hermano me dijo que podía trabajar de interna para ahorrar dinero. Pero había muchos gastos.

Isa Marcos posa en su vivienda.
Isa Marcos posa en su vivienda. (Aldara Zarraoa)

¿En qué sectores has trabajado desde que llegaste a España?

Siempre he trabajado en restaurantes, en Portugal también, y en la limpieza de hospitales. Por ejemplo aquí, un chico portugués que llevaba 40 o 50 años en España, me llamó para trabajar en su casa en Galapagar. Hacía ensaladas de pollo, limpiaba los baños, el salón…

¿Ahora sigues trabajando en el sector de la limpieza?

Ahora no, ya no quiero. He sido muy engañada en España. Trabajé en una peluquería durante años hasta que llegó el COVID. Ahora tengo problemas en las rodillas, en la columna… Se aprovecharon de mí, me quedaba horas sin cobrar, no tenía un contrato. 12 años en una empresa grande.

¿Con qué familia estás actualmente en España?

Yo tengo tres hijos, mayores, que están todos bien. Tienen 26, 24 y 20 años ya.

¿Sabías algo sobre los desahucios antes de vivirlo en persona?

No, nunca, nunca, nunca. Toda mi vida he trabajado y he vivido en pisos en los que pagaba todo. Trabajaba mucho, cuidaba a mis hijos, y no me enteraba. No sabía qué era esto. No era rica, pero tenía una vida normal. Ahora fue cuando me enteré de que hay gente en estas situaciones complicadas, sin trabajo, sin dinero y en la calle.

¿Cuándo empezó el proceso de desahucio?

Yo estaba en dificultades. En la peluquería cobraba muy tarde, como el día trece, y luego yo ingresaba el alquiler en el banco. Pero la dueña habló con su hijo para preguntarme si me pasaba algo, porque el dinero tenía que estar el día 5. Me llamó el chico y primero me dijo que no pasaba nada.

¿Y qué fue lo que pasó cuando llegó el coronavirus?

Cuando empezó el COVID estaba asustada. Me quedé sin trabajar dos meses, tres meses, cuatro meses… Y fui llamando porque el COVID estaba mejorando, y me dijeron que “no, no, no”. Me dijeron que se enteraron de que estaba en Portugal, pero yo no salí de España.

¿Tú no le tú no les dijiste a los caseros en ningún momento que te habías quedado sin trabajo?

No, no, no. Tenía menos trabajo extra. ¿Y yo qué hacía? Esperaba a cobrar en otro lado, lo juntaba con otros extras y pagaba. Pero los dueños notaron que estaba pasando algo porque me atrasaba más.

Desde entonces has pasado por tres intentos de desahucio. ¿Cuándo te enteraste del cuarto?

Me avisaron una semana antes, fue muy rápido. Desde el viernes pasado, solo tenía hasta el jueves para moverme. ¿Qué haces entonces? No me sentí sola, me sentí un poco frustrada, como una humana más. Yo digo gracias a que encontré a estas personas maravillosas que me están ayudando.

Me podría hundir porque estás sin trabajo, sin dinero y te sientes impotente. ¿Qué haces ahora otra vez? Pero esta gente está allí diciendo que te van a apoyar, que lo van a parar. Estuve hablando por teléfono con una chica, no he visto su cara, pero me está apoyando.

En este punto Pablo López, de la Asamblea de Vivienda de Villalba, interviene para explicar por qué no le otorgan el alquiler social a Isa Marcos: "Eso hemos estado negociando. Y por pasiva y por activa, con distintas personas incluso, dicen que Isa no cumple con los requisitos de vulnerabilidad. Los requisitos no son públicos y los aplican cuando quieren y cuando no, pues no. Isa, como es una persona que no tiene una discapacidad o no está cuidando de una persona que es dependiente, no tiene hijos menores o no tiene más de 75 años, parece que no cumple con los requisitos de vulnerabilidad para que le ofrezcan el alquiler social. Hemos avanzado muy poquito en este sentido".

Isa, ¿tú crees que si no fueras una mujer negra inmigrante la situación sería distinta?

Yo creo que sí. Hay muchas cosas que están pasando, pero no quiero hablar de eso, no busco pelea con la gente.

¿Qué es lo que esperas que pase a partir de ahora?

Te voy a ser sincera. Creo mucho en Dios y en estas personas que me están apoyando. Solo quiero un alquiler social y vivir en paz como todo ser humano. Más de 50 personas han venido a casa para apoyarme y me dicen que están dispuestos a ir presos por mí. Tú no te vas a la calle me dicen. Creo que me voy a quedar, pero no sé lo que va a pasar.