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Los ministros de la UE instan a Hungría a adherirse al embargo al crudo ruso

El ministro de Asuntos Exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergis, durante una rueda de prensa en Vilna

BRUSELAS (Reuters) -Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea trataron de presionar públicamente el lunes a Hungría para que levante su veto a la propuesta de embargo de petróleo a Rusia, y Lituania dijo que el bloque está siendo "rehén de un Estado miembro".

La prohibición de las importaciones de crudo propuesta por la Comisión Europea a principios de mayo sería su sanción más dura hasta la fecha tras la invasión de Ucrania por parte de Moscú el 24 de febrero, e incluye excepciones para los Estados de la UE más dependientes del petróleo ruso.

Alemania, la mayor economía de la Unión Europea y uno de los principales compradores de energía rusa, dijo que quiere un acuerdo para autorizar el embargo de petróleo, y sugirió que podría durar años.

"Confío en que lograremos un acuerdo en los próximos días", dijo la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, al llegar a una reunión con sus homólogos del bloque. "Tenemos que prepararlo muy bien porque tiene que ser sostenible".

Sin embargo, Hungría, el aliado más cercano de Moscú en la UE, ha dicho que quiere tener acceso a cientos de millones de euros del bloque para mitigar el coste de abandonar el crudo ruso. La UE necesita que sus 27 Estados miembros estén de acuerdo con el embargo para que este siga adelante.

"Toda la Unión es rehén de un Estado miembro (...), tenemos que ponernos de acuerdo, no podemos ser rehenes", dijo el ministro lituano de Asuntos Exteriores, Gabrielius Landsbergis.

Pocos ministros llamaron directamente a Hungría por su nombre mientras hablaban con los periodistas, pero Rumanía dijo que es el bloque el que debe hacer entrar en razón al Gobierno del primer ministro Viktor Orbán.

¿SOLUCIÓN DE LA CUMBRE?

El ministro de Asuntos Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, dijo que Budapest no ha recibido ninguna nueva propuesta seria sobre las sanciones petroleras desde que la presidenta de la Comisión Europea visitó Hungría a principios de mes.

"La Comisión Europea ha causado un problema con una propuesta, por lo que es una expectativa legítima de Hungría (...) que la UE ofrezca una solución: financiar las inversiones y compensar (...) las subidas de precios (resultantes), lo que requiere una modernización total de la estructura energética húngara en una magnitud de entre 15.000 y 18.000 millones de euros", dijo en Facebook.

Otra solución sería que los envíos de petróleo por oleoducto queden exentos del embargo propuesto, dijo Szijjarto..

El embargo al petróleo ruso, ya impuesto por Estados Unidos y Reino Unido y que seguiría a cinco rondas de sanciones anteriores de la UE, se considera la mejor manera de reducir los ingresos rusos por su guerra en Ucrania.

El jefe de la política exterior de la UE, Josep Borrell, dijo antes de la reunión del lunes con los ministros europeos que estaba haciendo todo lo posible para romper el estancamiento de las sanciones petroleras.

Algunos diplomáticos apuntan ahora a la cumbre del 30 al 31 de mayo como el momento para acordar una prohibición gradual del petróleo ruso, probablemente durante seis meses, con un periodo de transición más largo para Hungría, Eslovaquia y la República Checa.

Sin embargo, representantes de la UE dijeron que había otros elementos del paquete de sanciones propuesto por la Comisión que algunos Estados miembros indicaron la semana pasada que no estaban dispuestos a respaldar.

Entre estos países se encuentran la República Checa, Eslovaquia, Bulgaria y Chipre. Este último expresó su preocupación por la propuesta de prohibir la venta de propiedades a ciudadanos rusos.

Moscú califica su invasión de Ucrania de "operación militar especial" para librar al país de lo que dice son "fascistas", una afirmación que Kiev y sus aliados occidentales consideran un pretexto sin fundamento para una guerra no provocada.

(Información adicional de Francesco Guarascio y de Krisztina Than en Budapest; redacción de Robin Emmott y John Chalmers; edición de Catherine Evans; traducción de Flora Gómez)