Miles marchan en Bolivia en apoyo al presidente Luis Arce y para exigir al Congreso aprobar leyes
Unos 4.000 trabajadores y campesinos bolivianos marcharon este martes en La Paz en apoyo al presidente Luis Arce y para exigir a la oposición en el Congreso aprobar leyes crediticias que -según el gobierno- aliviarán parte de la crisis económica.
"Esta es una marcha pacífica, queremos que el Congreso trate los proyectos de ley que son de importancia nacional", afirmó el líder de la unitaria Central Obrera Boliviana (COB), Juan Carlos Huarachi, afín al mandatario Arce.
Huarachi acotó que "simplemente, estamos pidiendo (a los legisladores) que trabajen" y que "si no quieren legislar, que asuman sus suplentes y si sus suplentes no quieren, vamos a plantear el cierre del parlamento".
Los trabajadores y campesinos comenzaron su marcha en la ciudad de El Alto y caminaron por varias horas unos 10 kilómetros hasta la plaza de armas de La Paz, donde se encuentran las sedes de los poderes Ejecutivo y Legislativo.
Unos manifestantes trataron de ingresar por la fuerza al Congreso, pero en las puertas se apostó otro grupo que impidió su entrada a las instalaciones legislativas.
Los manifestantes exigen al bloque parlamentario leal al expresidente Evo Morales (MAS), exaliado de Arce, y a dos partidos de derecha y centro, a aprobar una decena de créditos internacionales por unos 1.000 millones de dólares.
El poder Ejecutivo argumenta que esas leyes ayudarán a enfrentar la crisis económica en Bolivia, afectada por la escasez de dólares en el sistema financiero y de combustibles.
En conjunto, los tres bloques son mayoría en el congreso bicameral, mientras que otro grupo minoritario de legisladores se mantiene leal al presidente Arce.
Arce y Morales (2006-2019) están enfrentados por obtener la candidatura por el oficialismo para las elecciones presidenciales de agosto de 2025, aunque sólo el exmandatario ha manifestado su intención de repostularse.
La falta de gasolina y diésel es recurrente casi cada dos meses en Bolivia. El gobierno subvenciona la importación de combustibles. En 2023, destinó 1.100 millones de dólares y para 2024 presupuestó 1.408 millones.
Bolivia compra a países vecinos el litro de gasolina a 0,86 dólares y lo vende localmente a 0,53 dólares.
Ese gasto significó una profunda caída de sus reservas internacionales.
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