Miguel Rico y Emilio Pérez de Rozas montan en El Partidazo la guerra en la que vive el barcelonismo

Miguel Rico y Emilio Pérez de Rozas se enzarzaron en una discusión en 'El Partidazo' de la Cadena Cope que ejemplifica los dos bandos del barcelonismo.
Miguel Rico y Emilio Pérez de Rozas se enzarzaron en una discusión en 'El Partidazo' de la Cadena Cope que ejemplifica los dos bandos del barcelonismo.

El empate a uno entre el Barcelona y el Granada ha levantado en armas al barcelonismo. Para su facción cruyffista, en la que el cómo importan tanto como el qué, la imagen del equipo dirigido por Ronald Koeman, que llegó a realizar un total de 54 centros laterales al área, según datos de OPTA, fue inaceptable. Para su entrenador, y parte del entorno que defiende un discurso más posibilsita, básicamente es lo único que se podía hacer para intentar ganar el partido. Los porcentajes entre unos y otros no están claros, pero la fricción es evidente.

Así lo representó 'El Partidazo' de la Cadena Cope, que en su clásico 'Tertulión' postpartido contó con cuatro periodistas del ámbito culé que tomaron bando rápidamente. Aun lado, David Sánchez y Emilio Pérez de Rozas defendían que la plantilla azulgrana da para lo que da y es la principal responsable del descalabro. Al otro, Dani Senabre y Miguel Rico enarbolaban la bandera del llamado 'ADN Barça', según la cuál el club debería morir con sus ideas en el terreno de juego.

Las dos posiciones, claramente enfrentadas, tuvieron sus máximos representantes en los periodistas más veteranos, que mantuvieron un cara a cara muy caliente. Empezó Rico con una exposición en la que, claramente, criticaba el planteamiento del técnco neerlandés. "Araujo ha sido el mejor defensor y el mejor atacante del Barça. Lo que ha pasado entre las dos áreas, es todo lo que le ha faltado al Barcelona, que es algo de fútbol. El Barça no ha creado una ocasión de jugada. Ha sido todo balón bombeado, y eso ha sido demasiado rústico para pensar que el Barça solo tiene eso", comenzó argumentando el de Mundo Deportivo.

Aquello encendió a De Rozas, hasta entonces sorprendentemente callado durante el debate: "Soy el único que defiende que Koeman va a morir por no respetar la Santa Biblia con unos futbolistas que no son de ese nivel. Pero, los talibanes del cruyffismo, creen que, incluso, con estos futbolistas, se tiene que jugar con el ADN y tú no puedes renunciar a ese ADN. Y si el presidente te lo dice, te lo obliga, y te dice que juege Riqui Puig, como ha jugado hoy el últmo cuarto de hora y tal, y tú no cumples, te vas a la calle porque vendrá otro que sí obedecerá. Este señor va a morir por no hacer caso a los talibanes del estilo".

La expresión "talibanes del cruyffismo" caldeó los ánimos. "Yo asumo todas las limitaciones que tiene el Barça, con independencia del entrenador que hubiera (...) pero tan poco no hay, ¿eh? Hay lo que hay, pero no tan poco", volvió a repetir Rico, quién pide al técnico que realice un juego de posición con las piezas que tiene. Claro que era solo un pretxto para, a la mínima intervención de Pérez de Rozas, salir lo que le había dolido: "Tengo entender, Emilio, que me llamas talibán por no ver el fútbol de la manera que tú lo ves. Y tiene huevos que tú llames talibán a alguien".

Ante el inicio de las alusiones personales, Juanma Castaño, conductor del espacio, trató de rebajar el tono y la discusión se fue por otro lado. Sin embargo, la fractura en el barcelonismo, representada en dos de sus voces más veteranas, es evidente y va mucho más allá de un empate en casa con el Granada.

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