Microorganismos que manipulan nuestra mente… ¿qué piensa la ciencia?

En nuestro cuerpo viven más de 2000 especies diferentes de microorganismos a los que llamamos Microbiota | imagen Open Clip Art creative commons
En nuestro cuerpo viven más de 2000 especies diferentes de microorganismos a los que llamamos Microbiota | imagen Open Clip Art creative commons

Resulta curioso, y hasta cierto punto inquietante, saber que la gran mayoría de las células que componen nuestro organismo en realidad no son nuestras. Es interesante reflexionar durante un momento sobre ese dato y sus consecuencias: la mayor parte de las células de tu cuerpo no son realmente tuyas. Son lo que denominamos Microbiota humana y está compuesta de una increíble variedad de especies diferentes de bacterias, virus, hongos e incluso animales microscópicos viven en nuestro cuerpo desarrollando infinidad de funciones. De hecho los estudios indican que en una persona saludable, las células microbianas superan en número a las células del cuerpo en una proporción de diez a uno.

Es frecuente que cuando oímos hablar de este tipo de microorganismos, como las bacterias, no pensemos en nada bueno, sin embargo la inmensa mayoría de los aproximadamente 100 billones de microorganismos que habitan el cuerpo de una persona sana resultan beneficiosos para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Sin ir más lejos, se calcula que el 95% de estos organismos simbióticos se encuentran en nuestro sistema digestivo dando lugar a lo que conocemos popularmente como “flora intestinal”.

Nuestra relación con estos organismos suele ser simbiótica, es decir nos beneficia mutuamente y se estima que el ser humano tiene en su interior unas 2.000 especies bacterianas diferentes, de las cuales solamente 100 pueden llegar a ser perjudiciales.

Durante las últimas décadas estamos comprendiendo más y más nuestra relación con esta variada fauna de microorganismos con los que convivimos y estamos descubriendo que la Microbiota afecta a nuestro cuerpo de maneras realmente sorprendentes. Cada vez aparecen más estudios que apuntan a que no solo pueden afectarnos de manera fisiológica sino que también pueden cambiar nuestra conducta para su beneficio. Un ejemplo fascinante de esta relación es que existen bacterias capaces de cambiar nuestro comportamiento, haciéndonos más sociables, para aumentar así la probabilidad de transmisión a nuevos huéspedes.

Es probable que hayáis leído que las bacterias que habitan en nuestro interior son capaces de alterar nuestro estado de ánimo, cambiar nuestro humor, elevar nuestros niveles de estrés e incluso afectar nuestro comportamiento. La manera en que conseguirían estos cambios también es inquietante: muchos de estos microorganismos son capaces de generar compuestos químicos de estructura similar a algunos neurotransmisores como la adrenalina o la dopamina.

La gran mayoría de las bacterias que habitan en nuestro interior son beneficiosas para nuestro organismo | imagen public domain
La gran mayoría de las bacterias que habitan en nuestro interior son beneficiosas para nuestro organismo | imagen public domain

Sin embargo, en un artículo publicado hace unos días en la revista Nature y titulado “¿Por qué la Microbiota afecta a nuestro comportamiento?”, investigadores de la Universidad de Oxford vienen a ofrecernos algo de tranquilidad en esta perturbadora visión de microorganismos manipulando nuestra conducta.

Para los dos autores, la doctora Katherina Johnson y el doctor Kevin R. Foster, es cierto que la Microbiota afecta a nuestro comportamiento pero el pensar que nuestros cerebros sean “manipulados” por nuestros microbios es muy poco probable dada la inmensa diversidad de especies microbianas y cepas que habitan en el intestino.

Conseguir esa manipulación mediante la producción de químicos neuroactivos requiere un coste energético enorme para cualquier microorganismo, y ese gasto lo haría ser vulnerable frente al resto de microbios, explican Johnson y Foster, que añaden: “las condiciones que favorecen esa manipulación son muy poco frecuentes debido a la gran diversidad genética de los microorganismos que componen el microbioma en los mamíferos”.

En otras palabras: nuestro intestino está poblado por infinidad de especies diferentes de bacterias. A la luz de la evolución no tiene mucho sentido dedicar el alto esfuerzo energético que requiere producir las biomoléculas necesarias para alterar nuestra conducta en su beneficio, favoreciendo así al resto de bacterias que conseguirían los mismos resultados sin tener que invertir ese coste energético.

Según el artículo no tiene sentido hablar de “manipulación” aunque los propios autores reconocen que se necesitan más estudios en este campo específico para conocer las implicaciones reales de las intrincadas relaciones entre nuestra conducta y los miles de millones de microorganismos que habitan nuestro cuerpo.

Referencias científicas y más información:

Katerina V.A. Johnson & Kevin R. Foster “Why does the microbiome affect behaviour?” Nature Reviews Microbiology (2018) doi:10.1038/s41579-018-0014-3

Paul Bertrand, Amy Loughman, Melinda Jackson “Gut feeling: how your microbiota affects your mood, sleep and stress levels” The Conversation

Sci-News: “Does Gut Microbiota Manipulate Our Minds?