Anuncios
Elecciones México 2024:

Cobertura Especial | LO ÚLTIMO

Miami Heat-Los Angeles Lakers: el "problema" de Jimmy Butler, el café, el fútbol de Neymar y la mirada que lo cambió todo

Un cruce de miradas puede romper todo o unirlo para siempre. El contenido es suficiente. Un adiós o un bienvenido pueden resultar de una simple acción. Una historia puede reducirse en tan sólo ese instante. Y captar la atención de miles de millones de personas. Todo concentrado en un personaje: Jimmy Butler. El chico "desalineado" que terminó en la calle a los 13 años, fue familia de los Leslie que lo cuidaron como uno más de sus siete hijos, le traslado "el problema" a LeBron James y demostró por qué es una de las estrellas de la NBA. Con 40 puntos en su mochila, curó las heridas de Miami Heat y puso la serie final 2-1 cuando todo hacía creer que Los Angeles Lakers tenían lista la escoba para quedarse con un nuevo anillo.

La final de la NBA: Miami Heat respira con un Jimmy Butler fenomenal y achica distancias con Los Angeles Lakers

Camina relajado. Frunce el ceño cuando es necesario. Parece malo si la situación lo pide. Se convierte en un "empresario" del café cuando lo entiende justo. Todo eso puede resultar para Butler. Sólo así se explica que pueda, prácticamente solo, controlar la furia de Lebron, desactivar el talento de Anthony Davis y dejar sin aire a Rondo, Kuzma o Morris. Esa personalidad que se forjó cuando su madre a los 13 años lo echó a las calles de Texas tras mirarlo y decirle que "no le gustaba cómo lucía", es la misma que se pulió cuando Michelle Leslie lo aceptó en su familia, después que Jordan, su hijo, conectase en la escuela con Jimmy, se convirtiese en su amigo y lo sintiese casi como un hermano.

Todos miraban con pena a Miami Heat porque sin Goran Dragic y Bam Adebayo su suerte en la final de la NBA estaba sentenciada a una barrida por 4-0 para los Lakers. Pero Butler no quiere saber nada con eso de la lástima, no es un sentimiento que pretende que ingrese al diccionario de vida de nadie y mucho menos que su equipo piense en esas cosas. Los surcos de vida en su rostro saben de qué se trata luchar contra la mirada del otro: "Por favor, sé que vas a escribir algo sobre mí. Solo te estoy pidiendo que no lo escribas de una manera que haga que la gente sienta lástima por mí ... Odio eso. No hay nada de qué sentir pena. Amo lo que me pasó. Me hizo quien soy. Estoy agradecido por los desafíos que he enfrentado. Por favor, no les hagas sentir lástima por mí", le dijo Butler a ESPN cuando le contó la historia que su madre, Londa, lo dejó a la deriva en Tomball, Texas.

Sus números en el tercer juego de la lucha por el anillo de la NBA ante los Lakers dejaron en claro que se trató de un auténtico concierto de Jimmy Butler: 40 puntos, 11 rebotes y 13 asistencias. El 22 de Heat se sumó a la selecta lista de los legendarios Jerry West y LeBron James que consiguieron un triple-doble de 40 puntos, es el único desde Shaquille O'Neal en 2002 con un registro de puntos así sin tirar ni un solo triple y como si fuera poco su producción equivale a 73 puntos, entre puntos y asistencias. Es que el momento lo desafiaba, porque el Heat era mirado como un equipo sin chances, pero a él le encantan esos desafíos. "Siempre han dudado de mí. Mi madre, en el colegio me decían que era bajito y después me decían que no iba a ser elegido en el Draft. A mí me han enseñado que todo es posible y lo que más me motiva es que alguien dude de mí", dijo en una charla con ESPN en 2011.

Es duro, no le teme a los golpes. Desafiante, por eso en el cierre del partido se lo pudo ver cómo gritaba "están en problemas", en respuesta a una frase que primero le dijo LeBron James a él durante el primer cuarto del partido. Para él este juego es su forma de vida. Y así lo toma Butler, porque lo que él está viviendo en Orlando es un "viaje de trabajo" como le dijo a su familia tras armar las valijas para ir a la burbuja de la NBA en Disney. Por eso pasó solo su cumpleaños número 31, no aceptó que su familia viajase a estar con él porque quería cuidarla de posible contagios y celebró a la distancia el primer año de Rylee, su hija.

Rompe con el formato tradicional del jugador de la NBA. Amante de la música country, puede usar botas y camisas como señal de alguien que creció en Texas. No le importa cómo lo vean los demás. Está en su mundo, porque por fuera del universo del básquetbol comparte tiempo con el actor Mark Wahlberg, a quien conoció en 2013, cuando rodaba en Chicago, la película "Transformers: Age of Extinction". Por entonces, Butler jugaba en los Bulls y una cena tras un partido al que asistió el actor fue suficiente para sellar una amistad. No es de encerrarse en su ambiente, porque puede viajar a la semana de la moda en París para compartir algunas cenas con Neymar, su otro gran amigo. Se conocieron en 2016, durante los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro, Butler quedó impresionado por el talento del brasileño y se lo hizo saber en los vestuarios. Incluso, se volvió fanático de Paris Saint Germain, pasó algunas vacaciones en Brasil junto a Ney y hasta les enseñó a sus compañeros en los Heat que se llaman "camisetas" las que usan los futbolistas y no "jersey" como se las conoce a las de básquetbol en los Estados Unidos.

Ama viajar y en una de sus travesías Butler estaba en Senegal para visitar a la familia del entrenador de los Philadelphia 76ers, Remy Ndiaye, que se dedica al desarrollo de talentos. Allí Yeo Pogba, la madre del futbolista, lo vio en el lobby de un hotel y organizó que Jimmy y Paul, se conocieran por FaceTime. Tras aquella charla, Butler continuó con su mapa de viajes y el destino fue Londres: un paso por el Old Trafford en agosto de 2019, selló su vínculo con Pogba. "Soy fanático de Neymar hasta la muerte y soy fanático de Paul Pogba hasta la muerte", dijo Butler en una charla con New York Times.

Es un auténtico personaje. Entendió que dentro de la burbuja de Disney tenía que encontrar una actividad para los tiempos muertos y allí fue con su cafetera francesa, la instaló en su habitación para darle forma a "Big Face Coffe", una marca que ya registró y que se extenderá como un negocio para Butler. En el mientras tanto les vende a los jugadores una taza de café a 20 dólares y el que difundió este emprendimiento del 22 de los Heat en Disney fue su compañero Leonard Mayers, que posteó en redes sociales una foto de la pizarra en la que estaban los sabores disponibles, la aclaración de que sólo aceptaba efectivo y el valor único para las tres medidas del vaso de café.

No le importa nada, porque fue elegido por los Bulls en el puesto 30 del Draft, una selección para jugadores "poco relevantes", después llevó su furia a los Sixers y terminó por desembarcar en los Heat con un contrato de 142 millones de dólares por cuatro temporadas. Es un líder que asumió su rol en la noche en la que Miami lo necesitaba. Toda una declaración de principios para un equipo que quiere volver a dar un golpe en el cuarto jugo de la serie que continuará esta martes.

"No me importan los triples-dobles. No me importa nada de eso. En verdad. Quiero ganar. Lo hicimos. Estoy contento con el resultado. Creo que nos dimos cuenta de que merecemos estar aquí". Firmado por Jimmy Butler el chico que "no lucía bien" y que ahora brilla entre una constelación de estrellas de la NBA.