En Metepec piden a San Isidro Labrador que termine con la sequía

METEPC, Méx., mayo 21 (EL UNIVERSAL).- Con mucha fe y convencidos de la necesidad de pedir por una buena temporada de lluvias, cientos de metepequenses participaron en el Paseo de la Agricultura en honor a San Isidro Labrador. Es una festividad que se distingue porque los hombres se disfrazan de mujeres y acompañados por bandas musicales, hacen un recorrido por todo el municipio, en donde lucen carros alegóricos y retablos hechos con semillas en honor al santo patrono.

Este año participaron 500 carros alegóricos, aproximadamente 15 mil personas y al ser una tradición de Metepec estiman que llegaron hasta 30 mil visitantes o espectadores.

"Este año más que nunca debemos pedir mucho para que haya cosecha, lluvia, prosperidad", dijeron los delegados.

Retablos llenos de semillas y carros alegóricos enmarcaron la tradicional fiesta de este pueblo mágico en la que las familias piden por la prosperidad de la tierra.

Este año es atípico, dijeron, no solo las temperaturas extremas que azotan las cosechas sino la sequía y la sensación de que el clima no mejora, fueron preocupaciones de toda la comunidad.

Luego de las severas sequías que se han reflejado en el país, que impactaron sobre todo los terrenos de cultivo y la producción de diversos alimentos, en Metepec se comprometieron para que la festividad fuera una petición para que haya lluvias.

Noé Chávez, presidente de la mayordomía afirmó que han sido días muy duros, que se han coronado con las olas de calor intenso en regiones donde antes el clima era frío y húmedo.

"No queda nada de esos tiempos y hoy lo que nos toca es pedir con mucha devoción, que llueva".

Entre las danzas y los honores a San Isidro, hubo un solo mensaje, porque los participantes pidieron para que mejore el clima, algunos lamentaron que las cosechas se han afectado y no es exclusivo de Metepec, sino en todo el estado las condiciones son adversas, por lo que retomar el origen, la raíz de la ceremonia es importante.

La música no paró de sonar, y los hombres de bailar. En punto de las 11:00 de la mañana, tras la misa y las bendiciones, comenzó la fiesta y la algarabía que implica dicha festividad.