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Mentimos mucho menos por email, pero mucho ojo con las videollamadas

Parece ser que el email es el medio de comunicación en el que menos se miente. Foto: Getty Image.
Parece ser que el email es el medio de comunicación en el que menos se miente. Foto: Getty Image.

Las comunicaciones personales han evolucionado a un ritmo vertiginoso en apenas dos décadas. A finales de los ochenta y principios de los noventa, la irrupción de los teléfonos móviles cambió el paradigma de las telecomunicaciones, y quienes ya tenemos unos años recordamos a la perfección que para hablar con un amigo o nuestra novia, había que llamar a su casa (con todos los matices que esto implica). Sin embargo, la gran explosión en las comunicaciones llegó con las redes sociales, que, a la postre, suponen un nuevo formato para decir lo mismo. Pero… ¿Es esto realmente así? Un estudio ha desvelado un elemento distorsionador de un canal a otro: la mentira.

Un estudio llevado a cabo a comienzos de noviembre por la International Communications Association ha desvelado que en algunos canales de comunicación tendemos a mentir más. En realidad, este estudio es una actualización —incorporando las redes sociales— de un trabajo inicial que se llevó a cabo en 2004. Y los resultados son muy llamativos: tendemos a mentir muy poco por correo electrónico, pero la tentación de faltar a la verdad se dispara cuando hablamos por teléfono o, peor todavía, cuando llevamos a cabo una videollamada.

Con todo, los autores de este estudio advierten que sería necesario llevar a cabo un trabajo de campo superior para confirmar estos extremos, elaborados con un muestreo limitado.

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Cuidado con las videollamadas o simplemente las llamadas de teléfono, son el formato de comunicación en el que más se miente. Foto: Getty Images.
Cuidado con las videollamadas o simplemente las llamadas de teléfono, son el formato de comunicación en el que más se miente. Foto: Getty Images.

La “decepción” marcaría la diferencia

La pregunta se hace obligada: ¿Por qué se miente menos por email que mediante otros canales de comunicación? Los autores especulan sobre la existencia de un factor determinante en este formato de comunicación: la trazabilidad. Esto es, una mentira en un correo electrónico queda ahí, por escrito, para sonrojarnos en el futuro si es descubierta. Sin embargo, una conversación telefónica o videollamada parece que se la lleva el viento una vez ha concluido.

Esta teoría sostiene, en este sentido, que si nuestro consciente y subconsciente saben que nos pueden pillar en un futuro, andaremos con más cautela a la hora de faltar a la verdad.

Aquí entra en juego un curioso concepto que es el que determinaría el uso de la mentira: la decepción. Según este estudio, la citada decepción llegaría cuando el interlocutor descubriría que había sido mentido, y en este sentido, la llamada y la videollamada serían menos facilitadores de la decepción que el correo electrónico. Este último, evidencia de forma tosca la mentira al estar visible y redactado.

También es cuestión de la relación

Adicionalmente, los autores de este peculiar estudio sospechan asimismo que el canal de comunicación está muy vinculado con la relación de nuestro interlocutor; esto es, resulta menos frecuente que enviemos un email a un amigo, y al mismo tiempo, que hagamos una videollamada a nuestro jefe.

Esta teoría explicaría que nos resulta más tentador soltar una mentirijilla a nuestros amigos o pareja, con los que es más habitual comunicarse por teléfono o videollamada. Por contra, es más frecuente relacionarse laboralmente por correo electrónico, y este tipo de relación haría que fuéramos más sinceros por si las moscas.

¿Y qué hay de WhatsApp y similares?

El estudio equipara los resultados a los del correo electrónico, como cabría suponer: en las plataformas de chat vamos dejando un rastro que luego puede ser verificado y nos pueden pillar en un renuncio.

¿Quiere esto decir que mentimos más en redes sociales que en otros formatos de comunicación? Lo curioso del caso es que no, Facebook, Instagram y demás son empleados —dejando de lado el autobombo propio de estas redes— de la misma manera que otras formas de comunicarse de forma escrita, como los emails.

Resumiendo: que solo se miente de forma más clara en aquello de lo que no queda rastro, esto es, las comunicaciones por voz.

Así que ya sabes, si quieres conocer siempre la verdad, pídele que te lo cuente por email…

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