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Melenchon, un enérgico fan de Castro y aspirante a presidente francés

Por Brian Love PARIS (Reuters) - Admira al fallecido líder revolucionario cubano Fidel Castro y al expresidente venezolano Hugo Chávez, y tiene poco tiempo para la canciller alemana, Angela Merkel: Jean-Luc Melenchon, aspirante a presidente francés, es un verdadero izquierdista que defiende las subidas de impuestos y del gasto público. Si es elegido, el líder de 65 años del pequeño Partido de Izquierda dice que Francia gastaría 100.000 millones de euros de dinero prestado en grandes proyectos de construcción de viviendas y en energías renovables para estimular el crecimiento económico y la creación de empleo. Impondría un superimpuesto del 90 por ciento sobre los que ganen más de 400.000 euros al año, rechazaría las normas de la UE sobre la reducción del déficit y convocaría un referéndum "Frexit" para salir de la Unión Europea si Merkel y otros líderes se niegan a cambiar radicalmente de rumbo, sobre todo dando la espalda a años de austeridad financiera. En una manifestación el 12 de abril, Melenchon advirtió de que los votantes franceses "toserán sangre" si eligen a cualquiera de los otros tres aspirantes a la presidencia en las elecciones del 7 de mayo. Los rivales son el centrista Emmanuel Macron, favorito en las encuestas, François Fillon, un derechista que quiere reducir el gasto público y el número de funcionarios, y Marine Le Pen, cuya mayor diferencia con Melenchon es su posición contra los extranjeros. Al igual que Le Pen, es miembro del Parlamento Europeo, pero no es fan de la dirección adoptada por la Unión Europea. La pobreza y un débil crecimiento económico, según él, son el resultado de una economía liberal y una alergia al gasto para reducir el déficit de la que culpa a la Alemania de Merkel. Gastando mucho y elevando los salarios del sector público, dice, la economía francesa crecerá más rápido y reducirá la tasa de paro del 10 por ciento al 6 por ciento al final del mandato en 2022, estimulando los ingresos tributarios para el estado y los servicios sociales. El hombre que abandonó al Partido Socialista después de tres décadas en 2009 para luchar por una marca más dura de socialismo quiere nacionalizar sectores clave como aeropuertos y autopistas, crear un gigante de la banca pública y legalizar el cannabis. Quiere devaluar el euro para impulsar la competitividad comercial. Promete vetar los pactos de libre comercio, acabar con la independencia del Banco Central Europeo de los políticos, abandonar el Fondo Monetario Internacional y sacar a Francia de la alianza militar de la OTAN. La búsqueda de una agricultura e industria ecológicas y alternativas a la energía nuclear y basada en el carbono es una oportunidad que Francia y Europa deben aprovechar, dice. De ahí el compromiso de gastar gran parte de su estímulo de 100.000 millones de euros en nuevos proyectos de energía. En lugar de los acuerdos de libre comercio que denuncia, Melenchon aboga por formas alternativas de cooperación. Su manifiesto elogia un acuerdo latinoamericano bajo el que Chávez envió petróleo a Cuba y Castro envió médicos oftalmológicos para tratar a miles de venezolanos cegados por cataratas. Una desconfianza hacia los medios tradicionales le ha llevado a depender en gran medida de las redes sociales para llegar a los votantes. Se jacta de tener más seguidores en Youtube que el presidente estadounidense, Donald Trump, durante la carrera a la Casa Blanca. Utiliza tecnología de holograma digna de las películas de Star Trek para sus mítines, en los que normalmente lleva un híbrido de las tradicionales chaquetas proletarias, mientras que un Melenchon de realidad virtual hace lo mismo en actos políticos en otros lugares. Nacido en la ciudad portuaria marroquí de Tánger, Melenchon atribuye su carácter enérgico a sus raíces mediterráneas. Los sondeos le sitúan en cuarta posición de cara a la primera vuelta del 23 de abril tras despegar en las encuestas en los últimos días. Le pasó lo mismo en 2012, pero fue eliminado con un resultado mucho menos impresionante en el día de las elecciones.