A Meade le urge subirse a un ring y pegarle de frente a López Obrador

REUTERS/Edgard Garrido
REUTERS/Edgard Garrido

En el proceso electoral mexicano nos encontramos en lo que el Instituto Nacional Electoral (INE) llama periodo de “intercampañas”; va del 11 de febrero al 29 de marzo y se ubica después de las precampañas para dar paso después a lo que serán las campañas de partidos y candidatos.

No se sabe para qué sirven las intercampañas, pero el INE ya dijo lo que no se puede hacer en ellas.

El consejero presidente, Lorenzo Córdova, en la sesión del instituto del 8 de febrero, señaló que los candidatos no podrán aparecer en spots y no podrán llamar al voto, porque estarían haciendo actos anticipados de campaña.

De hacerlo, serían sancionados económicamente y se podría llegar a la negativa de registro a los aspirantes. Aunque si podrán participar en entrevistas.

En el proceso de definir para que sirven las “intercampañas” el INE agregó a las restricciones anteriores, en su sesión del 19 de febrero, que “los candidatos no podrán participar en debates ni en mesas redondas de aquí hasta el próximo 29 de marzo”.

El candidato a la presidencia, José Antonio Meade, cuestionó la determinación del INE de prohibir los debates en las intercampañas y señaló que con esta medida se “protege” a quienes no pueden contrastar ideas.

Comentó que el PRI impugnará la determinación del INE porque las nominaciones de los partidos están definidas y es necesario aprovechar todos los espacios para que los ciudadanos conozcan los planteamientos de los candidatos a la presidencia.

“Creo que este espacio de evaluación, este espacio de reflexión, es un espacio propicio para empezar a encontrar momentos en donde podamos discutir y debatir, que es de lo que se tratan, al final del día, las elecciones”.

Da la impresión de que José Antonio Meade tiene prisa por crecer en las preferencia electorales de los ciudadanos y una manera de hacerlo es mediante los debates y, para su conveniencia, sobre todo si logra hacerlo con el puntero en las encuestas, Andrés Manuel López Obrador.

Al terminar las precampañas algunas de las encuestas que se publicaron en los diarios coincidieron en poner a AMLO por arriba de todos. La encuesta del periódico Reforma registró que “El fundador
de Morena registra un 33%, mientras que Ricardo Anaya representante de la coalición Por México al Frente (PAN, PRD, MC) se posiciona en segundo lugar con el 25% de las preferencias, mientras que José Antonio Meade (PRI, PANAL, PVEM) se ubica en el tercer puesto con el 14%.”

Diferentes analistas políticos comentan que Meade no tiene el control de su campaña, que está siendo diseñada desde Los Pinos y no participa de las negociaciones a los puestos de elección popular como diputados, senadores, y gobernadores, que le pueden acarrear seguidores y votos el día de las elecciones.

Ante este panorama se entiende la estrategia de Meade de promover su presencia en los medios y en particular lograr que los ciudadanos contrasten su personalidad, propuestas y experiencia en la administración pública contra la que tienen sus dos principales adversarios, pero sobre todo con López Obrador que va al frente en las preferencias electorales.

Al respecto Andrés Manuel López Obrador comentó que los debates entre los candidatos, en este periodo de intercampañas, podrían ser entre José Antonio Meade y Ricardo Anaya que se disputan el segundo lugar.

“Que todo mundo sea libre de manifestarse, de expresarse, yo entiendo la situación de Meade, él quiere muchos debates, pero sería bueno que debatiera con Anaya porque están, con todo respeto, están disputándose el segundo lugar, entonces que se confronten y debatan y el que gane ya después dialogaría con nosotros”.

Se considera que los debates políticos entre candidatos a puestos de elección popular, como la presidencia de la república, son una oportunidad para crecer y tener opción de ganar o un riesgo para alcanzar la meta de conquistar el poder.

Son un instrumento para contrastar ideas, aunque en la práctica han sido utilizados para atacar al adversario.

Siendo López Obrador el puntero en las preferencia electorales reportadas por las encuestas es obvio que los que le disputan el lugar desean crecer haciendo evidente, por la vía de la comparación, las limitaciones que el candidato de Morena tiene como orador, pues en estas confrontaciones la rapidez de la palabra y la claridad de ideas es lo que impacta al receptor.

El rechazo de López Obrador es el mejor indicador de que reconoce sus propias limitaciones y prefiere continuar con su estrategia de burlarse y ridiculizar a sus adversarios manteniendo el discurso popular que gusta a la gente.

Fue el éxito de Cantinflas que se burló del poder, diciendo sin decir.