La mayoría de los estadounidenses que murieron de COVID en 2020 tenían esto en común

La mayoría de los estadounidenses en edad laboral que murieron a causa del COVID-19 durante el primer año de la pandemia eran trabajadores esenciales en servicios y empleos que exigían estar en la primera línea, y tener un contacto prolongado con otras personas, de acuerdo con un estudio recientemente publicado por un epidemiólogo de la Universidad del Sur de la Florida (USF).

El estudio investiga las muertes por COVID-19 en el 2020, y afirma algo que muchos ya sabían o sospechaban: que los norteamericanos que no trabajaban desde la casa y que laboraban en empleos de salarios bajos con pocos o ningún beneficio, como tener días por enfermedad y cobertura de salud, se llevaron la peor parte durante el primer año de la pandemia, dijo Jason Salemi, profesor asociado de la Escuela de Salud Pública de USF y coautor del trabajo.

Salemi dijo que, aunque quizás pronosticados, los resultados dejan dos moralejas: que los llamados trabajadores esenciales necesitan más protección durante una pandemia, y que el deseo de la sociedad de “regresar a la normalidad” significará cosas diferentes para diferentes personas, con consecuencias desiguales.

Las medidas tomadas por el virus se han relajado en Estados Unidos. REUTERS/Eduardo Munoz
Las medidas tomadas por el virus se han relajado en Estados Unidos. REUTERS/Eduardo Munoz

“Si digo que quiero que las cosas vuelvan a la normalidad, estoy en una posición ventajosa”, dijo Salemi. “Puedo trabajar desde la casa la mayor parte del tiempo. Tengo acceso a un médico primario y tengo derecho a días por enfermedad. Hay personas en este estudio cuyos casos no son precisamente este”.

Para realizar el estudio, Salemi y sus colegas analizaron casi 70,000 certificados de defunción de personas cuyas edades oscilaban entre los 25 y los 64 años, y que murieron de COVID-19 en 2020. Casi todas las muertes ocurrieron antes que la primera vacuna se autorizara en diciembre de ese año.

Sin embargo, los certificados de defunción no incluían siempre la ocupación del fallecido, agregó Salemi. En su lugar, los investigadores utilizaron el nivel de educación, que aparece en todos los certificados de defunción, para conocer la posición socioeconómica de cada cual. No tener una educación superior a la secundaria se calificó como “baja”, en tanto tener ciertos estudios universitarios se calificó como “intermedio”, y cualquier persona con al menos un título universitario se calificó de educación “alta”.

Los investigadores usaron información del Censo Nacional de ocupaciones de adultos en el 2020 para calcular la posibilidad de trabajar desde la casa para los diferentes grupos, que posteriormente se dividieron por raza, origen étnico, género y edad.

La tasa de mortalidad por covid es más alta en hombres hispanos con bajos salarios

El estudio concluyó:

▪ La tasa de mortalidad de adultos con una posición socioeconómica baja era cinco veces más alta tras compararla con la de adultos con una posición socioeconómica alta, mientras la tasa de mortalidad de adultos con una posición socioeconómica intermedia era dos veces más alta.

▪ Las mujeres blancas integraron el grupo poblacional con la posición socioeconómica más alta. En comparación, casi el 60 por ciento de los hombres hispanos estaban en una posición socioeconómica baja.

▪ La tasa de mortalidad de hombres hispanos una posición socioeconómica baja era 27 veces más alta que la de mujeres blancas con una posición socioeconómica alta.

Salemi señaló que lo más destacado del estudio es que entre todos los adultos entre los 25 y los 64 años que murieron en el 2020, los que tenían una posición socioeconómica baja integraban cerca de una tercera parte de la población en edad laboral, pero equivalían a dos terceras partes de las muertes por COVID-19 del mismo grupo de edad.

Análisis de las muertes por covid de los norteamericanos en edad laboral

Desde el 2020, casi 250,000 estadounidenses en edad laboral han muerto por el COVID-19, dijo Salemi, aunque no sabe si el mismo patrón de mortalidad ha persistido en 2021 y 2022. Los investigadores intentaron analizar estas muertes, también, para ayudar a las autoridades de salud pública y a los políticos a desarrollar estrategias para proteger mejor a los trabajadores.

Sin embargo, otras vez están apareciendo nuevos casos, y tres de cada cuatro condados de la Florida tienen en actualmente en la comunidad un nivel “alto” de COVID-19, según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).

Salemi señaló que el estudio podría ayudar a motivar a diferentes agencias federales, como el Instituto Nacional para la Seguridad y la Salud Ocupacional, a hacer recomendaciones para que disminuya la propagación de las enfermedades infecciosas entre los trabajadores.

“Necesitamos una protección mayor contra los patógenos que se transmiten por aire”, dijo. “Esto va mucho más allá de simplemente utilizar una mascarilla. Las compañías pueden hacer mucho más para ayudar a mantener a salvo a las personas. Sin embargo, mientras más hagamos los miembros de la comunidad, y los que tenemos la suerte de trabajar desde la casa para reducir la trasmisión del virus, más podríamos proteger a las personas que trabajan en la primera línea de fuego”.

Traducción de Jorge Posada

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