Maxi Iglesias, incómodo tras su paso por la Argentina: "Me molesta mucho la mentira"

Su personaje en Separadas, la tira producida por Polka que finalizó abruptamente por la crisis del coronavirus, le dio a su nombre familiaridad para el público local. Luego de su estadía de algunos meses en Argentina, hoy disfruta de la cotidianidad en su país. A los 29 años, el español Maxi Iglesias es una de las figuras que, a paso firme, va construyendo una carrera matizada con buenos títulos, interesantes historias y personajes que le calzan bien.

Desde aquel César Cabano de Vera, su personaje en la serie de Cadena 3 Física o Química que le dio masividad, hasta la actualidad, el actor ha podido alternar su trabajo a través de los lenguajes de los medios audiovisuales y el teatro. De hecho, hoy se lo puede ver al madrileño en la serie Valeria, emitida por Netflix, y, desde el 19 de agosto, será uno de los protagonistas de Penélope, en el marco del Festival de Teatro Clásico de Mérida.

"Fue un reto, porque tuve muy poco tiempo para prepararlo, tratando de asimilarme lo más posible al Víctor de los libros. La producción me dijo que no los leyera, pero lo hice porque me interesaba parecerme más al Víctor de los libros que al que figuraba en guion. Historias con chicos que conquistan chicas hubo y hay a montones, lo interesante es encontrar la diferenciación. Eso me parece clave", reconoce el actor a LA NACIÓN desde España, confiado en la buena construcción que hizo de su personaje en la historia que emite Netflix y en el que lo acompañan Diana Gómez, Silma López, Paula Malia y Teresa Riott.

Valeria es un seriado basado en el best seller creado por Elísabet Benavent, en el que se narra el vínculo de una joven escritora con sus amigas, en ese ejercicio catártico de la amistad en tiempos de crisis de todo tipo, incluidos los sinsabores de la pareja. En ese contexto, aparece en acción Víctor, el personaje de Iglesias, que llega para romper con un statu quo, con una normalidad incómoda.

"No me gusta caer en frases estereotipadas. Necesito darle, a al personaje, un toque concreto, real, que sea verdad y factible", explica el actor sobre el personaje que, en un principio, iba a ser interpretado por el actor argentino Benjamín Alfonso. Causó gran revuelo en el mundo del streaming su salida del proyecto. Curiosamente, Iglesias soñaba con darle vida a ese personaje, sin embargo, le costó acceder a ese deseo, concretado gracias a los avatares del universo televisivo que se reordenaron a su favor. "Cuando corrió la noticia que esta historia iba a ser producida para Netflix, me escribió mucha gente diciéndome que le gustaría que el personaje de Víctor lo hiciera yo, que se lo imaginaban interpretado por mí. Entonces, tomé capturas de pantalla de esos comentarios en las redes y se los mandé a mi representante y él lo envió a la productora y a Netflix", cuenta.

-¿Qué respuesta tuvieron?

-Netflix dijo que no, que quería a alguien de afuera. No me dieron la opción de hacer casting.

-Finalmente, te tocó interpretarlo. Una vuelta del destino.

-Así es la vida. Felizmente, no me considero una persona orgullosa, así que, acepté.

-Víctor te estaba esperando.

-No me gusta decirlo así, por respeto a mis compañeros. Lo que quiero decir es que nunca se sabe, que la vida da muchas vueltas. Hay cosas que parecen hechas para alguien, obvias, y no lo son. En esta profesión puede suceder cualquier cosa. Siempre confío en recibir lo que a mí me gusta dar, que es lo bueno. No prejuzgo, las cosas pasan, a veces te da mucha rabia, pero es así, hay que aceptarlo.

Netflix apuesta a una segunda temporada de la serie, cuyo estreno acontecería recién en 2021, debido a que la pandemia del Covid-19 ha demorado la pauta inicial del rodaje. Por estas horas, el actor que fuera una de las caras de Velvet Colección ensaya la obra Penélope, una mirada de La Odisea desde el punto de vista del personaje que le da nombre a la propuesta. Los ensayos se producen en medio de la llamada "nueva normalidad" internacional, lo cual genera protocolos inusuales para el trabajo actoral: "Lo transito con mucho cuidado, sin dejar de ser responsable con uno mismo y con la sociedad, sin bajar la guardia. Ensayamos con todas las medidas posibles, con mascarilla, guardando distancia, lavándonos las manos. El clima no es de normalidad al ciento por ciento. Viajé por España y la situación era muy diferente a la conocida. Hay que ser consciente de las medidas y ser muy cuidadosos, si no vamos a tardar mucho en salir", reconoce el actor.

Su experiencia en el Cono Sur

-¿Qué balance hacés de tu paso por Argentina?

-Tenía muchas ganas de recorrer, conocí a gente maravillosa, muy agradable. Pero, vamos, ahora ya estoy en mi casa, en mi país. Siempre voy a decir que como en España no se está en ningún lado. Aquí tengo a mi familia y amigos, la comida que me gusta, el deporte. Pero encuentro la satisfacción de haber trabajado en un mercado más, como ya me había sucedido con Colombia, México o Miami. Siempre llevaré a Argentina en mi memoria y en mi corazón.

-A partir de tu tránsito por Separadas, ¿encontraste muchas diferencias en la manera de grabar ficción en Polka con respecto a tus experiencias en otros mercados?

-Siempre hay estilos diferentes. En mi caso, estoy acostumbrado a hacer prime time o series de ocho o diez capítulos para plataformas, no tenía incorporado el ritmo de una tira diaria. Así que no me sirve de nada comparar, no quise entrar en eso. Busqué adaptarme a un estilo de trabajo, para mí, diferente. Traté de hacerlo con todo el cariño del mundo.

Su paso por nuestro país concluyó en marzo, generando suspicacias en torno a la trunca continuidad de su personaje en la ficción de Polka. El actor desmiente esta versión, aclarando que su tiempo en Argentina era el estipulado antes de su arribo a Ezeiza: "La segunda temporada de Valeria se iba a hacer en marzo, por eso mi salida de Argentina ya estaba pactada, y no como mucha gente pensó que me estaban corriendo de Separadas. Quizás, por eso me llevé un sabor bastante amargo de Argentina, pensaron que me estaban sacando de la tira. Eso estaba pactadísimo desde septiembre. En marzo, ya tenía que estar en España para grabar la segunda temporada de la serie. Una lástima que la gente piense así. No tengo ningún problema con las críticas, si tienen su verdad y fundamento. Si alguien, con rigor, dice que no he estado bien, no me sienta mal, porque entiendo que esa persona sabe mucho. Lo que me molesta es que se hable sin saber. La gente no puede saber si me sacaron de la tira o no, y se dijo que me sacaron porque mi personaje no gustó, porque era malo. ¿Por qué se habla eso?", explica con notorio malestar.

Otro de los rumores, generados en su paso por el país, fue un posible vínculo personal con la actriz Viviana Saccone, compañera de elenco en la tira producida por Adrián Suar. Alguna salida compartida al teatro generó suspicacias. A pesar de pertenecer a una generación habituada a convivir con el universo de las redes sociales y las privacidades vulnerables, el actor no se siente cómodo ante este tipo de ideas que se tejen en torno a su persona: "Me vincularon con una actriz que lo único que ha sido es una buena compañera, como lo fueron todos, ¿qué estamos tratando de contar? La vida no va de eso, la vida va de ser honesto. Si se quiere criticar, que sea con fundamento, y que se hable con verdad. Una vez a la semana fui a un teatro distinto en Buenos Aires, eso es verdad, pero me molesta mucho la mentira. Y mucho más me molesta tener que salir a justificar eso. Lo veo más absurdo todavía. Me di cuenta que pasa mucho allí, aquí no pasa eso. De todos modos, me habían avisado que era así. En las últimas semanas me he llevado ese sabor de boca amargo".

En las redes sociales, sus fans elogian, además del talento, su porte y el físico cuidado. A pesar de mostrarse de esa forma, reconoce que esa no es una exigencia impuesta ni sacrificada. "Cada uno, en su trabajo, tiene que hacer determinadas cosas. En el día a día, y no solo por mi actividad sino por mí, me cuido. Estar bien me ayuda a concentrarme. El cuerpo me pide hacer ejercicio y, en el momento del día en que lo hago, puedo relajarme, distenderme, pero sin caer en la obsesión, eso no me gusta. No se si es una exigencia, pero es cierto que todas las profesiones las tienen. Me parece que se trata del cuerpo y de la salud".

-En tu caso, ¿no se trata de responder a parámetros de belleza ni imposiciones de mercado?

-Hay un físico que mantener, pero no me gusta darle importancia a eso. No quiero que haya un titular que diga: "Me cuesta mucho mantenerme en forma". Ya me lo han hecho. Me gusta el deporte, eso sí. Pero no quiero que se cree una imagen de apariencia y artificial. Este trabajo requiere de salud, no solo física, sino también mental, emocional. Y, sin embargo, sobre eso no se pregunta tanto. Tengo que tener mucho cuidado al responder porque no faltará quien piense que solo me preocupo por eso y no es así, me preocupo por un montón de cosas a lo largo del día: estudiar, leer, estar con mi familia y con mis amigos, y también está el cuidado físico.